Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
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13 de abril de 2022

Rusos, ucranianos y bielorrusos son pueblos hermanos que quieren la paz.


Por Jorge Aliaga Cacho

Moscú recibió su nombre del río Moskva que baña las tierras donde hoy se levanta la ciudad. Las tribus ugrofinesas solían vivir en el territorio de la actual Moscú. El nombre del río Moskva probablemente se origina en una antigua lengua finlandesa. La ciudad alberga varios sitios declarados Patrimonio de la Humanidad como lo son: su histórica Plaza Roja, la Catedral de San Basilio y el Kremlin de Moscú, complejo arquitectónico que sirve como sede de gobierno de la Federación de Rusia, el país más grande del mundo con un territorio de más de 17 millones de kilómetros cuadrados. La Federación de Rusia, formada el 25 de diciembre de 1991, está sitiuada en el este de Europa y en el norte de Asia. El país tiene fronteras con 16 estados y su línea fronteriza tiene 60 mil kilómetros de extensión.
Jorge Aliaga Cacho en la ciudad de Moscú

Por su parte Kiev, en 1934, se convirtió en la capital de la República Socialista Soviética de Ucrania, honor que hasta entonces le había tocado a Járkov fundada en 1655. Járkov, invadida por Hitler, fue liberada por los soviéticos en febrero de 1943, pero unas semanas después los alemanes conquistaron la ciudad por segunda vez. 'El Ejército Rojo la liberó definitivamente el 23 de agosto de 1943, en la cuarta batalla de Járkov'. La guerra dejó el 70 % de la ciudad destruida, murieron miles de sus habitantes. Járkov era ya, antes de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad más poblada de Ucrania'.
Un dato interesante sobre Járkov, en el censo de 2001, refleja que existen dos principales grupos étnicos en dicha ciudad: los ucranianos con un 63% de la población y los rusos con un 33%. El 4% restante de la población está conformado por minorías de judíos, bielorrusos, polacos y ciudadanos de otros países. El idioma ruso señala el censo: 'es más utilizado por la mayoría de la población'.
Bellos monumentos arquitectónico en Járkov, como la bella catedral barroca de Uspensky o los que existen en Kiev, como el bello Monasterio de las Cuevas de Kiev que data del siglo XI y sus varias iglesias con cúpulas doradas y sus antiguas reliquias de épocas escitas deben preservarse. La destrucción de este patrimonio de la humanidad debe preocuparnos.
La ciudad de Kiev, Ucrania

Cuando se fundó Moscú en 1147, se llamaba "Moskov", que sonaba más parecido a la pronunciación inglesa actual. La Rusia moderna deriva su nombre de Kevian Rus, que son los antepasados ​​de Rusia, Ucrania y Bielorrusia. El nombre Rus proviene de una palabra nórdica antigua para denominar a 'los hombres que reman'. Los vikingos remaron desde Suecia hasta los territorios ahora rusos y ríos abajo hasta Ucrania. Los rusos son un grupo étnico eslavo oriental originario de Europa del Este, que comparten una ascendencia, cultura e historia comunes. Moscú se encuentra en el extremo occidental de Rusia y fue capital de la ex Unión Soviética.
Guardo gratos recuerdos de Rusia: su arquitectura, sus parques, sus ríos, su gente y de mis amigos que viven en dicho país que, al comienzo, por desconocimiento del idioma, me pareciera enigmático. Sin embargo, las ciudades de Moscú y su Plaza Roja, San Petersburgo y sus puentes que me hicieron recordar al ''Crimen y castigo'' de Dostoievski; Yaroslavl con sus bellas iglesias; Kazán y su distintivo kremlin; o Kursk, lugar donde se librara una impresionante batalla de tanques contra los nazis en 1943, durante la II Guerra Mundial, viven en mi recuerdo.
Hoy que Ucrania y Rusia se encuentran en guerra debemos alentar un tratado de paz entre estos pueblos eslavos y hermanos, unidos por vínculos de historia y cultura originada en el Kevian Rus. No permitamos que Estados Unidos y la OTAN escale el conflicto en otras regiones de Europa. Dejemos a los rusos, ucranianos y bielorrusos arreglar los problemas existentes en su región. De lo contrario estaríamos entrando a una situación de conflagración mundial, es decir, el exterminio de la humanidad.

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