Por Ricardo Falla.
Pepe Mujica nombró Ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay a Luis Almagro quien al finalizar su gestión fue propuesto como candidato a la Secretaría General de la OEA. Logró el apoyo de casi todos los países de América gracias al prestigio del célebre presidente uruguayo. Así, una vez en el cargo, traicionó a Mujica y convirtió a la OEA en dependencia del Departamento de Estado de USA en momentos que Donal Trump presidía éste país. Todas las causas de la derecha fascista de América Latina recibieron su apoyo y todos los gobiernos progresistas recibieron condena. Algo semejante ocurrió en el Ecuador. Rafael Correa tuvo como Vicepresidente a Lenín Moreno y al finalizar su gestión lo propuso como candidato a la presidencia. Lenin Moreno ganó la presidencia de la república en virtud del apoyo recibido de Rafael Correa y su movimiento Revolución Ciudadana. Una vez en el poder, persiguió con saña a Jorge Glas, vicepresidente de la república, logrando encarcelarlo bajo el manto de judialización de la política. A renglón seguido, enfiló sus baterias contra Rafael Correa, quien tuvo que asilarse en Bélgica junto a su familia. Tanto Almagro como Moreno, en realidad, resultaron topos de la CIA, agentes encubiertos o agentes dormidos, reactivados cuando las circunstancias lo exigen. Ojalá para el bien del pueblo peruano, cuya centenaria causa se llevó consigo a sus mejores hijos tanto del campo y la ciudad, las energías creadoras expresadas en el arte y la literatura, el pensamiento y la ciencia, la lucha esperanzadora de sus mártires y luchadores sociales, no se vean traicionadas por los acontecimientos vividos por pueblos hermanos como Uruguay y Ecuador. De momento, y con Vallejo en los labios "un poco de calma camarada". Nunca olvidar, firmes en la esperanza.
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