Patricia Rojas |
Patricia Rojas, La Rosa Argentina, deja un comentario, sobre Jorge Aliaga Cacho, que serà parte de una antologìa que aparecerà, pròximamente, gracias a la inicitativa y nobleza de ese gran poeta y animador cultural, Alfred Asis, desde Isla Negra, Chile.
Por Patricia Rojas
ARGENTINA
Mi participaciòn en la convocatoria de esta antologìa es muy honrosa para mi, por tan merecido homenaje a este Ser maravilloso y despuès de leer incansablemente a Jorge, en todos estos años, me voy a referir a Èl, primeramente, como el Ser incansable y luchador a la que estoy acostumbrada. Con Jorge, recorrimos caminos literarios, en largas noches de encuentro, cuando la lìrica de los versos era la ùnica melodìa que emanaba del alma y fluìa a travès del monitor.
Pude asì, leer y releer a Jorge; y su impronta de fina y elocuente lìrica abrìan paso, no sólo al poeta, sino tambièn al hombre que pudo ganar un centenar de amigos, recorriendo en cada uno de sus viajes por su dolida Amèrica, dejando huellas a su paso, pero de pronto, tambièn encontrè al maestro que, con su innato don, dejò recuerdos muy càlidos en la vida de mi hijo, en largas noches de clases de inglès.
Es tanto lo que puedo explayar de Jorge, que las horas se volverìan eternas y màgicas, porque eso es lo que produce su Ser, como lo fue el dìa de nuestro encuentro en esa tarde lluviosa de primavera junto a nuestra amiga Soledad Benages.
El cafè aprisionaba con sus abstractas manos esa tarde, en el cafè principal de mi capital salteña, cuando la lluvia caìa en los cristales, no queriendo poner fin a ese encuentro entre seres hablando el mismo idioma.
Ese boleto de regreso se depositaba en su valija, sin querer ser usado, pero las risas y la alegrìa de vernos se extendiò hasta la media noche, degustando las cepas salteñas con ricas empanadas, se filtraron recuerdos y versos entre colegas y familia.
Jorge nos acostumbrò a una exquisita tècnica del lenguaje mostrando el corazòn poètico y dejar plasmado su belleza artìstica, propia de un poeta, quedando el lector prendido como gota de agua en el espejo por donde corren, es nada màs ni nada menos a lo que aspira, como dijo Octavio Paz ''no decir un poema, sino a SER''.
Concluyo con estas simples palabras, dejando para mi Amigo la placidèz, de un remanso de paz al final de su viaje y que el lector pueda seguir disfrutando su càlido y paciente navegar, entregàndonos la esencia de su alma que se convierte en caja de resonancia de nuestra condicion de viajeros de nuestros propios rìos de sentimientos.
Les comparto su bello poema, dejando asì plasmado en estos versos la profundidad de un corazòn y alma entregados al amor.
EL CUMPLEAÑOS DE LA LUNA
Me pierdo en tu mirada
y contemplo la duda
de tus ojos,
dardos
que miran la luna,
indiferente,
dolor gaseoso
que grita auxilio,
de dolor perdón pidiendo
de dolor amor sufriendo.
Tomo tus manos
para besar la noche,
que las lluvias borran penas
quiero decirte,
para pedir te quedes,
que las tormentas pasan,
que son disparos de Dios
que llegan al alma,
que no muere.
Dame el invierno
de tu noviembre en Praga,
de aquel cirio que alumbró tu delirio,
dame tus manos para quemarlas
en el fuego de mi piel,
para celebrar el cumpleaños
de la luna,
nuevamente mi noviembre
en tu noviembre,
nuevamente, vida.
Jorge Aliaga Cacho-poeta, escritor y sociòlogo peruano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario