Oscar Renè Benitez |
EL VIEJO ARCE
Majestuoso eleva sus ramas al cielo,
sinfonía de pájaros en sus frondas.
Al viejo árbol llegan en alegre vuelo
aves de colores, pájaros y alondras.
Cien años enraizado, firme y eterno
en el prodigioso mundo de aquel suelo
de la nueva Taipéi y en el invierno,
contra el viento fuerte el arce lucha en duelo.
Sobresale gallardo e imponente
en la montaña de verde intenso,
el viejo arce muy alto ante el sol poniente
brinda su gran corona al cielo inmenso.
Por las tardes se llena de ternura
y su entorno lo adornan mariposas
y hay insectos libando en sus hojas
del rocío vespertino la dulzura.
Ah viejo árbol de frondosas ramas
todo Taipéi te cuida con cariño.
El tiempo solo fue para ti un guiño,
bajo tu sombra a meditar nos llamas.
A meditar sobre la vida y el tiempo
bajo tu sombra tan suave, acogedora…
En extasiado asombro yo te contemplo
y siento trascender contigo en esta hora.
© Copyright 2019 by Oscar René Benítez
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