Por Miglio Beloglio Beloglio.
Cuando empiece a caer las goteras del tiempo
ya no habrá más que hacer que mojarnos de sed.
He dejado pasar tantas gotas de él,
sin saber que por ellas tú pasabas también.
Y ese niño que ayer chapoteaba en el fango,
es el barro que hoy se me hunde en los pies;
es dolor que se quiebra y me amasa a la vez.
Dónde están esas lluvias que alegraban mis campos, nos hacían bailar
No son ellas las mismas que llenaron mis cuencas y vaciaron mi fe.
Si pudiera volver a encontrarte otra vez
Correría los campos empapado de ti
mojaría mis pies como tinta en papel
bebería de sed el rocío y la flor
sentiría el perfume de los días de abril
el olor de la casa que hoy habito sin ti.
Pero todo pasó; un torrente fue el tiempo y un caudal que se fue.
Si algún día te cansas de hurgar mis caminos,
no me busques. Yo tal vez no seré.
Sólo soy los escombros de lo que un día fui.
Ya vendrán otros tiempos, de seguro, a juntarnos
Recogiendo estaré de tu sombra mis pies.
Sólo dile al destino, que ese niño que ayer
ya jugaba a ser grande: era yo, que salí a correr.
Aquí estoy jugueteando a la vida
y rendido al dolor.
Tengo sueño y sueños...
Es mejor que me vaya a dormir
Ya mañana vendrán otros días sin mi
Aquí estoy esperando que hago ahora sin ti.
¡Dime pues, de qué sirve llorar,
cuando el cielo se ha roto y hay goteras en él!
No hay comentarios:
Publicar un comentario