Por JULIO SOLÓRZANO MURGA
Lo primero que quiero decir es que realmente el libro “Alas para el tiempo” de mi gran amigo Oscar Castillo Banda, es reconocer de la calidad y estilo propio de nuestro poeta, para el es todo un acto ceremonial escribir un poema, lo que describe en el la base de su formación pedagógica puesta en escena en la elaboración de este bello libro de poesía o poemario como quieran llamarlo. Necesitaríamos quizás tener el poder de almacenamiento de un disco duro de una PC, para retener en nuestras mentes todos sus versos que son simplemente hermosos y finos al timbre de la voz de cualquier declamador.
El poeta Eduardo Espina, nacido en Montevideo Uruguay en el año 1950 en su libro Valores personales, editado en el año 1982, escribe: “ La poesía debe de ser escrita cuando se esta feliz”, cosa que personalmente pienso que nuestro amigo Oscar escribió este libro con una felicidad tremenda, por tres cosa primordiales que aprecio al leer el poemario, primero el echo que su amada hija Ruth Castillo Pacheco inicie la aventura de esta bella historia poética, con su hermosa pintura que da vida a la caratula del libro, segundo por ser un padre privilegiado por el destino al presentar esta obra donde le rinde pleitesía a su pueblo Cajamarca, a sus Padres José y Lucia, a la ciudad de Huacho, a su hermano Walter, sus amigos y sobre todo a la vida, y por ultimo mi gran amigo Oscar experimenta la dicha mas grande que todo poeta desearía experimentar en la vida, me refiero a la presentación de su hija Ruth, como una excelente escritora, ella cierra el desfile poético en el libro “Alas para el tiempo” con un bello cuento titulado “Mi nuevo Trabajo” donde escribe: Todo estaba tranquilo... era un día hermoso para que sea invierno, un caluroso sol, voy en mi auto a mi nuevo trabajo… No puedo imaginar que este día iba a cambiar por completo mi punto de vista de ver el mundo…
(…)
Todo lo que sabía de mi “nuevo” trabajo era que tenía que arreglar computadoras en un laboratorio alejado de la ciudad….No me imaginaría que esto iba a pasar en mi primer día de mi trabajo…
El poeta Guatemalteco Henry Reyes Castillo, suele decir siempre al inicio de sus presentaciones poéticas, que el mejor regalo recibido en vida fue entregado de la mano de su hija, un cuaderno con poesías escritos por ella, donde plasmaba toda sus ideas y sentimientos de niña inquieta y fantasiosa.Alas para el tiempo, siempre será más que recomendable, una bella opción de hacer lectura, donde se puede disfrutar de ella solo o en grupo, no estoy hablando de un libro con filos de romanticismo, y es que, aunque la poesía no tiene por qué ser siempre de amor, lo cierto es que el poeta Oscar Castillo en su imaginario colectivo se ha atribuido una característica pasión por las letras.
Alas para el tiempo; Que los hombres agradezcan/ a su creador por hacerles volar por el mundo/ y asi estar mas cerca de donde fluyó lam vida/ y hasta cuando nuestras alas arrastrarán las estaciones del tiempo con el reloj de la memoria.
Es importante determinar el pensamiento del poeta Oscar Castillo Banda, antes de empezar a escribir este corto comentario de su reciente obra, me preguntaba si la filosofía del poeta estaba de acorde a sus pensamientos y la verdad que estoy gratamente sorprendido, sino este extracto de la poesía Un salmo para Nosotros, nos dice, Este siglo que anda buscando el paraíso olvidado.
Desvestido uno viene a poblar el mundo y desvestido retorna al lugar de donde recogió la vida.
Luego en su poema Lo que acontece en este siglo, escribe: El acto apocalíptico más infame que está acabando el noble corazón humano.
Busco y no doy con esos pensamientos/ bruscamente desparramados/ como un pájaro desplumado/ me pierdo en el asombro infinito.
El poeta escribe un hermoso poema para su hija Ruth, la heredera de su pluma, la continuación de su obra, la sonrisa eterna de sus labios.
Una niña en mi pupitre, así titula al poema que sin lugar a dudas será el catalogo de vida para ambos. Para Ruth, por ser para Jéssica y yo dice el poeta, nuestra obra de amor humanamente primigenia.
Una niña en mi pupitre/ juega con mi pluma y escribe/ ¿Quiero un consejo señor?
Pone en devoción sus manos y reza/ es tierna e inocente/ parece muñeca inmóvil.
El poeta Oscar Castillo Banda escribe para sus amigos unos poemas que alegran el espíritu amical del ser humano, los poemas para amigos, por lo general deben de contar con algunas características básicas que es importante señalar.
En primer lugar el poeta utiliza un lenguaje que es característico en él, con tal naturalidad que permite tejer un pequeño lazo de amistad entre el emisor y el receptor, dando fuerza a sucesos acontecidos en el entorno de la amistad.
Es así que le escribe al Maestro de Aforismo, Raúl Gálvez Cuellar.
En si poema Al hombre del aforismo escribe: A Raúl Gálvez Cuellar, por desnudar el universo, con su palabra comprometida.
Hombre de rolliza estatura y gravitante saber/ de semblanza austera y franca/ afianzada sobre una montañosa barba/ que esconde el mundo con sus labios lisonjeros/ que cuando hablan, fluyen voces de emotiva rebeldía/ confesando ideales exactos en la rebelión/ de sus pensamientos.
Al poeta José Pablo Quevedo le escribe:
Hombre del orillero mar. A José Pablo Quevedo, que ha dibujado el universo/ sobre el lienzo de la patria ausente/ en los deshielos del tiempo con su arte regresivo.
Hombre de inconquistable saber/ ciudadano universal del orillero mar/ y acaracolada existencia/ de estatura filosófica y de corazón libre/ con sus pies andantes arrastra sus memorias/ por el éxodo perseguido de su pluma/ esa inútil barbarie terrenal de mezquina razón.
También le escribe al escritor Jorge Aliaga Cacho.
En su poema Viajero del mundo, nos dice:
Viajero del mundo. A Jorge Aliaga Cacho. Heredero peruano de un ideario social.
Vendaval ruido, pájaro alado de pluma pensante /vocero de la extendida palabra/
arrullador romántico del renglón seguido/sindicalista emergente de las causas justas/
movilizador de juventudes,/semillero anunciador de la protesta /hombre social y clasista/ combativo en la oralidad de su lenguaje/que anida la vida una lluvia de forastero/en la tierra seca y circundante/que atiza su llamarada como centellante relámpago.
La poeta española María Victoria Atencia, nacida en Málaga en 1931, tenia siempre en sus poemarios bellos poemas dedicados a sus hijos, entre ellos recuerdo el siguiente:
A mi hijo
Hace 20 años llegó a mi existencia una gran razón de ser/ ese día ha sido uno de los mas extraordinarios de mi vida/ ser Padre por primera vez ha sido tan excitante que la fuerza del amor.
El poeta Oscar Castillo Banda de igual manera escribe para su hijo Josué.
Mi héroe de Cristal. A Josué por ser la revolución de mis días.
Estepa de mi sangre/pajarillo tempranero /que llegaste haciendo la bulla en una madrugada de mayo./Marinero de tierra firme, /hábil, delgado, tierno/ a veces proclive en tus pasos.
Bendito niño, capitán intrépido /que te animaste a caminar conmigo/por la patria terrenal de la infancia.
Con tus ojos grandes levantas el día,/con el sol de tus juegos/ haces dormir la noche.
El poeta Víctor Sandoval, distinguido autor de nuestra época, nacido en Aguascalientes (México) en 1929, en el prologo de su ultimo libro, escribió, los mejores versos que he escrito en mi vida son los que escribí a mis padres.
Así mismo este humilde servidor JSM, cuando escribo a mis padres siento sus presencias y todo a mi alrededor se torna divinamente bello.
Oscar Castillo Banda les escribe a sus progenitores:
Oda al hombre de la alforja. A mi padre, maestro de mis primeras vocales que con hidalguía combatió la pobreza.
Veo su semblanza morena/ un sereno mirar que recorre,/ la esperanza del camino lejano,/ que guardará su apacible corazón las huellas de sus pasos.
Devolviéndote tu favor madre. A Lucila quien me prestó su luz para ver el mundo.
He venido al lugar de donde un día me fui/para devolverte otra vez el favor / con estas mis manos obreras/ que tejieron mis juegos, mi razón.
Bueno quisiera seguir comentando mas sobre los 44 poemas que contiene este libro de Oscar Castillo Banda, donde también sobresalen los poemas.
Hecho de polvo y de tiempo. Para mi hermano Walter (15/02/1978 -15/05/2011)
Walter que llegaste con el carnaval de febrero/ de la fuente bendita de tu madre/la Lucila de nuestros días,/ esa mujer que enterció con sus manos/ tus primeros latidos /humanos en la cruz de sus brazos,/esa mujer que te arrulló /con el regalo santo de sus caricias,/en el milagro de los días de la semana/ fuimos siete que nos dio el favor de su amor.
Huacho ciudad tatuada. Villa con olor a brisa marina y a libertad.
Huacho... ¡Pueblo admirable!/ciudad tatuada de hospitalidad/ villa portuaria de dulce fruto /franja costera de anchuroso mar,/ enjambre de arena movediza/atmósfera celeste de tórrido sol/ que sin nube y sin rastro/elevas flameante el vuelo de la gaviota/ y del movedizo pelícano /que sobre el cobertor de un muelle /mira apetecible un pez /para saciar su hambre.
Un privilegio o una desdicha. Así nació mi poesía entre semillas esparcidas, fogones llameantes, arados, bueyes y esas lampas trabajadoras que eternamente mecerán los verdes prados de mi tierra.
Crónicas esculpidas con el sufrimiento de la alegría. A esta purísima estirpe de vidas que crecen y cantan.
Dos verbos, un solo corazón. Por ser la mejor comedia humana
La muerte. Y Dios levantará a Abel por segunda vez.
Bendita materia. A la civilización que ha madurado la semilla para el reino del hombre.
Felicito y saludo al poeta Oscar Castillo Banda por entregarnos este tesoro poético, que será de mucha valía en el día a día de nuestros pequeños y grandes lectores, Alas para el tiempo, es y será el vehículo que conduzca a nuestros estudiantes por la vía de la muy venida a menos lectura, recordemos que solo la lectura hace buenos y mejores hombres para el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario