Jorge Aliaga Cacho hace uso de la palabra en el Parlamento de Escocia |
Hoy me gustaría hablarles acerca de la actual situación política en el Perú.
Hemos tenido elecciones generales este año y ahora el Perú tiene un nuevo presidente: Ollanta Humala.
¿QUIÉN es Ollanta y cuál es su historia?
Ollanta Humala es un ex militar.
Su carrera castrense comenzó en 1982 y participó en los dos conflictos más importantes del Perú durante los últimos 20 años:
En primer lugar, la lucha contra la organización conocida como Sendero Luminoso. Y en segundo lugar, en el año 1995, la Guerra del Cenepa contra Ecuador.
Es hijo del abogado Isaac Humala y Elena Tasso y tiene dos hermanos: Antauro Humala, quien se encuentra cumpliendo una condena de 25 años de prisión por el secuestro de 17 policías (y por casusar la muerte de cuatro de ellos). Y Ulises Humala quien tiene la profesión de docente.
El 29 de octubre de 2000, después de la segunda reelección del Presidente Fujimori: Ollanta y Antauro (en ese momento oficiales del Ejército Peruano) se sublevaron en Tacna y pidieron la renuncia del entonces Presidente, Alberto Fujimori.
Fujimori, a su vez, huyó del país y esto conllevó a que los rebeldes se entregaran a las autoridades interinas de la República.
Los hermanos Humala fueron acusados de rebelión, sedición e insulto a sus superiores, pero en diciembre de 2000 recibieron la amnistía por parte del Congreso de la República.
Durante la presidencia de Alejandro Toledo (2001-2006), Olllanta Humala se desempeñó como asesor militar en las embajadas del Perú en Francia y Corea del Sur, y continuó sus estudios para la obtención de un Master en Ciencias Políticas de la Universidad La Católica, en Lima, y siguió algunos cursos de Derecho Internacional en la Sorbona de París.
Ollanta Humala se retiró del servicio militar el 30 de diciembre de 2004, después de la rebelión de su hermano Antauro en Andahuaylas, la misma que fue inspirada por la ideología etnocéntrica de su padre. Es cierto que Ollanta Humala se distanció de la acción de su hermano, pero no de la influencia ideológica de su padre. De hecho, esas ideas inspiraron la creación del Partido Nacionalista Peruano, nueva formación política, fundada en octubre de 2005 por Ollanta Humala.
Como líder de este nuevo partido Ollanta Humala participó en las elecciones presidenciales de 2006.
El programa del Partido Nacionalista Peruano inicialmente estaba cercano a los postulados del "socialismo latinoamericano del siglo XXI" y se comparó con los programas de Hugo Chávez, en Venezuela, o de Evo Morales en Bolivia.
A pesar que Ollanta Humala fue capaz de llegar a la segunda ronda de votación, fue finalmente derrotado por el Partido Aprista, de tendencia socialdemócrata, liderado por Alan García, quien comenzó un régimen corrupto que involucró a altas autoridades del nuevo gobierno.
En las elecciones presidenciales y parlamentarias de 2011, Ollanta Humala lideró la coalición Gana Perú, formado en torno al Partido Nacionalista Peruano y que contaba con el respaldo del Partido Comunista Peruano, de gran influencia en el movimiento sindical, dirigido por Roberto De La Cruz. También forman parte de esa alianza: el Partido Socialista, el movimiento político Voz Socialista y un sector del movimiento político Lima para Todos.
El Partido Comunista del Perú (Patria Roja), que una vez fuera ultra-izquierdista y pro chino, y de cierta influencia en el Sindicato de Maestros, abandonó la alianza política recién formada al comienzo de la campaña electoral.
A pesar de haber formado una alianza radical, Ollanta Humala moderó su discurso, y se posesionó en el centro del espectro político. Al mismo tiempo firmaba un documento promovido por los principales intelectuales del Perú, titulado "Compromiso en Defensa de la Democracia".
En abril de 2011, Ollanta Humala, ganó la primera vuelta de las elecciones, superando a Keiko Fujimori, hija del corrupto ex presidente Alberto Fujimori, quien ahora cumple una condena por violación de los derechos humanos y otros delitos.
Durante las elecciones de junio de este año. Humala obtuvo 51,6% de los votos frente al 48,4% obtenido por su rival, Keiko Fujimori.
El manifiesto electoral de los dos candidatos tenía un mensaje idéntico: En primer lugar, un mensaje de apaciguamiento para el sector empresarial del país, asegurandoles que las reglas de la economía de mercado seguirían siendo respetadas de tal manera que continúe el significativo crecimiento experimentado por e Perú en los últimos diez años. De otro lado, el manifiesto electoral, lanzaba un mensaje de esperanza para la clase trabajadora que no había recibido los beneficios de ese crecimiento.
El hecho es que, aproximadamente, la mitad de la población del Perú vive en situación de extrema pobreza. Durante la campaña previa a las elecciones, el electorado tenía miedo que Keiko Fujimori, como presidente de Perú, amnistiara a su padre, quien se encuentra encarcelado desde septiembre de 2007. También actúo en su contra el hecho de que el gobierno de su progenitor obligó la esterilización de 200.000 mujeres indígenas, y que también había cometido otras violaciones de los derechos humanos entre 1996 y 2000.
Sin embargo, durante su campaña, Keiko Fujimori aparece con un discurso populista, ofreciendo al electorado un Estado paternalista que daría apoyo a los pobres.
Para lograr ese objetivo comenzó su proselitismo, distribuyendo entre sus partidarios bolsas de arroz, azúcar u otros productos comestibles.
Ollanta Humala por su parte, se inclinó hacia objetivos de cierta tendencia socialista, abogando por la implementación de políticas para la redistribución de la riqueza nacional, con inclusión social, y la lucha contra la corrupción.
Durante la campaña, Ollanta Humala fue acusado de cometer violaciónes de los derechos humanos durante la lucha contra Sendero Luminoso en los años 90. No menos polémico fue su padre, Isaac Humala, quien defendió apasionadamente la ideología étnica y nacionalista, basada en la historia de los Incas del Perú. Esto, al parecer, es lo que inspiró a su hermano Ollanta para tomar las armas contra el presidente Alejandro Toledo, en Andahuaylas, en enero de 2005.
Como dije antes, Ollanta Humala se distanció de esta acción, mientras que Antauro, su hermano, ha estado en prisión desde entonces. Antes de asumir el cargo el 28 de julio de 2011: Día de la Independencia del Perú, Ollanta Humala visitó varios países de América Latina y terminó su gira en Cuba. Sostuvo conversaciones con Raúl Castro, almorzó con Fidel Castro, y habló por teléfono con Hugo Chávez, quien se encontraba recibiendo tratamiento médico en Cuba.
La reciente victoria de Ollanta Humala en Perú nos ha proporcionado dos lecciones importantes.
En primer lugar, ahora tenemos una sólida evidencia de que sí es posible derrotar a los medios de comunicación capitalista, con la unidad de las clases populares, y el uso de las nuevas tecnologías como el Internet y las redes sociales. La gran importancia de la utilización de la Internet se reveló durante el proceso electoral peruano. Y ahora sabemos que podemos dar una buena pelea a los medios de comunicación imperialistas y derrotarlos, en su campaña de mentiras, en una contienda electoral.
El hecho es que el pueblo se ha dado cuenta de como las clases dominantes manejan la información en los medios de comunicación: la controlan. Sin embargo, es necesario ser firmes y permanentes en la lucha ideológica, ya que la ola de opinión, con los poderosos mecanismos de disinformation que la derecha posee, puede revertir y ser cambiada a su estado original. La segunda lección nos enseña que no es suficiente ganar una elección. Lo más importante es tomar el control de la economía del país y ponerlo al servicio de las personas que eligieron al nuevo gobierno. Esto último no ha sucedido en el Perú.
El poder económico sigue en manos de grandes empresas extranjeras que en alianza con sectores
pro-empresariales del gobierno impiden la transformación democrática del país.
La primera prueba de Ollanta Humala se verá cuando veamos como resuelve el problema planteado en la región de Cajamarca, donde las grandes empresas mineras quieren eliminar a cuatro reservorios de agua natural, con el propósito de extraer oro del subsuelo.
El pueblo de Cajamarca, unido, se ha opuesto a este proyecto, porque dañaría el sistema ecológico. Los pobladores desean conservar sus reservas naturales de agua. El gobierno, sin embargo, detuvo a los líderes de la protesta, sin cargos en su contra, y declaró Cajamarca en estado de emergencia.
El gobierno tampoco ha cumplido con la consulta pública antes de considerar la viabilidad de este proyecto; el mismo que ha sido criticado por el Ministro del Medio Ambiente, recientemente removido de su cargo ministerial, en una medida que señala claramente que Ollanta Humala está cediendo a la presión de la derecha.
También el pasado sábado el Presidente del Consejo de Ministros, Simon Lerner, dimitió a su cargo y se ha efectuado una reestructuración del gabinete ministerial. El nuevo gabinete apostará o se inclinará a favor de un componente técnico en lugar de apostar por opciones políticas.
La composición del gabinete claramente ha cambiado y ahora tiene diez ministros de derecha vinculados al orden público y la inversión, cinco tecnócratas "progresistas", y dos miembros del Partido Nacionalista de tendencia anti-socialista.
Sin embargo es justo remarcar el hecho de que el programa de inclusión social se ha reflejado en el Presupuesto Nacional donde se a fijado un incremento en el gasto público con una cifra superior al 30%. Algunos sostienen que este nuevo gabinete le dará mayor coherencia al gobierno, consistencia y una mejor imagen pública hacía grupos externos. Otros temen que este gobierno podría recurrir a medidas de militarización y represión para contrarrestar las demandas de la población. Es por esto que es tan importante, tener reuniones como ésta, donde la opinión pública internacional pueda ser compartida y expresada, de una manera tal que presione al gobierno peruano a cumplir con el compromiso adquirido con la democracia y la justicia social en el Perú.
El avance de un buen gobierno en el Perú es parte del avance hacia buenos gobiernos en toda América Latina. Me gustaría señalar que estamos viviendo un momento especial en América Latina. Durante 50 años Cuba resistió la agresión imperialista y el bloqueo, una victoria moral. Tenemos también en la última década un crecimiento económico en muchos países de América Latina: a un ritmo de entre el 4 y el 5%, y Perú se identifica como la economía de más rápido crecimiento en la región, con un promedio en los últimos diez años de 7,5 %.
La semana pasada la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) fue creada, directamente motivada por la necesidad de defender la región contra la crisis económica en Europa y los Estados Unidos. Hay 33 países en América Latina que forman un PBI combinado de 6,3 trillones de dólares de acuerdo a la fórmula de poder adquisitivo del Banco Mundial. Esto significa que, en conjunto América Latina es la tercera economía del mundo. El potencial de América Latina es evidente cuando vemos que Brasil ya es una potencia mundial, séptimo en el ranking mundial, México es undécimo, y la Argentina se encuentra en la ubicación 22.
Estos nuevos tiempos en América Latina requieren la unidad entre los Estados miembros. Es necesario el diseño de una política de desarrollo inclusivo, que pueda poner fin a la dominación imperialista en la región. Les puedo asegurar que los peruanos, cubanos, venezolanos, bolivianos, argentinos, mexicanos, brasileños, etc., todos unidos, podemos dar una buena pelea de 50 años a la codicia de América del Norte. Y al igual que Cuba en su lucha política contra Goliat, los latinoamericanos vamos a derrotar al monstruo en el campo económico.
Esta sería la mejor contribución que el pueblo latinoamericano podría darle a la humanidad. El entierro de la dominación neoliberal en el mundo y la instauración de políticas humanistas y socialistas para alcanzar la justicia y la felicidad para todos los pueblos.
Les Agradezco nuevamente por su amable invitación y los llamo a apoyar la lucha del pueblo peruano.
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