José Ingenieros (1877 - 1925) |
Por Jorge Aliaga
Se encuentra entre mis manos una antología del ilustre pensador argentino, José Ingenieros, gran intelectual de personalidad revolucionaria y optimista. Nació en 1877. Se ha dicho que él compartió el pulso del mundo. Tuvo una vida apasionada y escribió con sumo interés los acontecimientos más importantes de su época: La Revolución Mexicana de 1909, La Revolución Rusa de 1917, el Movimiento Aprista en el Perú, y la Internacional del Pensamiento creada por los intelectuales de Claridad que formó Anatole France en Francia. Sus escritos abarcan diversos temas: filosofía, moral, sociología, historia, psicología, psiquiatría, criminología, ciencias naturales y ensayos sobre arte.
José Carlos Mariátegui, escribiría del ilustre argentino lo siguiente:
"José Ingenieros era en el Continente uno de los mayores representantes de la Inteligencia y el Espíritu. En Ingenieros, los jóvenes encontraban, al mismo tiempo, un ejemplo intelectual y un ejemplo moral. Ingenieros supo ser, además de un hombre de ciencia un hombre de su tiempo. No se contentó con ser un catedrático ilustre; quiso ser un maestro. Esto es lo que hace más respetable y admirable su figura". (*).
En el Perú se ha hecho famosa su obra "El hombre mediocre". Creo que el gobierno peruano debería reeditar las obras de ilustres pensadores y educadores latinoamericanos. La antología que estoy leyendo tiene por título "José Ingenieros, ANTOLOGÍA, su pensamiento en sus mejores páginas". Editorial Losada, Buenos Aires, 1961.
No resisto el deseo de compartir con ustedes algunos pensamientos de José Ingenieros sobre "los hombres serios", que espero disfruten:
"No creamos en los hombres solemnes que temen comprometerse ante quien los ve reír. Son contrabandistas del talento, falsos monederos de la intelectualidad, piratas del éxito y de la fama; solo aspiran a que la masa ingenua los consagre "hombres serios"; saben que con ese pasaporte, y sin bagaje, se puede llegar muy alto y muy lejos. Los hombres solemnes y silenciosos son simuladores de baja ralea, espíritus indigentes que ocultan en la penumbra del silencio la andrajosa miseria de sus ideas. Es raro el hombre serio que calla por astucia; más son los que callan porque no tienen nada que decir. Su seriedad no cobija pensamiento alguno, pues el cerebro de los hombres solemnes suele ser una página en blanco. La seriedad es una simple incapacidad de reír". (José Ingenieros en obra citada, página 73).
* Publicado en Variedades: lima, 7 de Noviembre de 1925, reproducido en Repertorio Americano, tomo XII 94, San José de Costa Rica. 25 de Enero de 1926.