Por Jorge Aliaga Cacho
Una mañana, muy diferente a aquella mañana que César Vallejo había vaticinado su partida, los comunistas peruanos, residentes en Europa, se reunieron en París. Fue la mañana del 1 de noviembre último. Esa mañana el sol daba leve abrigo y amenazaba con salir. En la esquina del metro, en Port de Italie, los comunistas peruanos discutían si sería más económico viajar a la tumba del poeta en el metro, pues, de acuerdo a los consejos del camarada Azparret: `viajar en taxi, de a dos o de a tres, resultaba tan económico como viajar en metro. Por nueve euros el taxista parisién llevó a un grupo hasta la puerta misma del Cementerio Montparnasse. Otros grupos harían lo propio y, casi al unísono, llegarían taxis elegantes, como para darle un brillo más oficial a la romería que los comunistas peruanos le harían al camarada y poeta universal, César Abraham Vallejo Mendoza. (1892-1938).
En la puerta del Montparnasse ya estaba vestido de oscuro el Secretario General de la CGTP, Mario Huamán, quien venía a París para dar un informe, en nombre de la dirección del Partido Comunista Peruano, a la IV Conferencia Europea del PCP. También estaban esperando, en la puerta del campo santo, miembros de Patria Roja, como también miembros de la comunidad peruana y latinoamericana residentes en París. Desde ese momento se desarrolló un programa sincronizado y místico que quedará grabado en las memorias de todos los que acudieron a aquel homenaje. El desplazamiento a la tumba de Vallejo se inició en el mismo momento que llegaron las flores para la tumba del poeta. Una nutrida concentración encabezada por Mario Huamán y José Azparret, responsable de la célula de París, iniciaron la marcha por aquellas anchas avenidas del Montparnasse. César Vallejo en alguna oportunidad le confesó a su esposa, Georgette Phillippart, el deseo de ser enterrado cerca de Baudelaire (1821-1867), uno de los más destacados poetas simbolistas de Francia: “Le Fleurs du mal” (1857). A iniciativa de su viuda, Vallejo, quien fuera enterrado, el año 1938, en el Cementerio Mountrouge, fue luego trasladado al Cementerio de Montparnasse donde descansa cerca al cenotafio de Baudelaire.
Cuando llegaron los comunistas peruanos a la tumba del poeta, encontraron vestigios de ofrendas que otras personas habían dejado en la tumba del vate. El rol de oradores fue iniciado sin pérdida de tiempo. Hicieron uso de la palabra entre otros: Jorge Miñano, Carlos Angulo, José Carcelén. Enrique Puican y el autor de esta nota. Mario Huamán cerró el rol de oradores con una enjundiosa síntesis de la vida y obra del poeta de Santiago de Chuco. En todas las intervenciones se valoró el compromiso de los comunistas para continuar en la tarea iniciada por los fundadores del partido.
En 1928, el 29 de diciembre de ese año para ser más exacto, César Vallejo, reunido en París con Armando Bazàn. Juan P. Paiva, Jorge Seoane y Eudocio Ravines, habían redactado un documento para distanciarse de la política de Haya de La Torre. El 1 de noviembre de 2010, ochenta y dos años después, los comunistas peruanos se reunían nuevamente en París, precisamente ante la tumba del poeta universal, para reafirmar el compromiso de lucha para la instauración del socialismo en el Perú de acuerdo a los lineamientos señalados en la fundación del partido marxista fundado por el amauta, José Carlos Mariátegui, con el nombre de: Partido Socialista Peruano.
Esta Romería a Vallejo que el Partido Comunista Peruano y Patria Roja ha realizado en París ha sido una muestra de la potencialidad que nos brinda el desarrollo de tareas conjuntas. La unidad, el sentimiento unitario, ha sido el mejor homenaje a la memoria del poeta inmortal. Deseamos que estas semillas de unidad, vertidas en París, rindan los frutos necesarios para organizar y dirigir las luchas por la liberación de la clase trabajadora y nuestro pueblo en su conjunto. Intereses mezquinos no debieran ser permitidos en las filas de fuerzas hermanas que se consideran revolucionarias. Muchos más pueden sumarse a la unidad que la lucha del pueblo exige y creo que tanto la celebración conjunta del 82 Aniversario de la Fundación del Partido Comunista, así como el encuentro de los comunistas peruanos en una Francia convulsionada por las luchas de su pueblo, son pruebas irrebatibles de las bondades del trabajo unitario que todas las organizaciones revolucionarias y democráticas deberían seguir sin prejuicios ni miedos infundados. ¡Viva la memoria de César Vallejo!
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