Jorge Aliaga Cacho |
Por Jorge Aliaga Cacho
Miraron al cielo, aturdidos
por las muestras de amor
por las muestras de amor
que escenificábamos ante ellos.
Comprendieron entonces
Comprendieron entonces
que éramos vida,
y confundidos
y confundidos
meneaban sus cabezas.
Quedamos colmados de placeres;
y ellos, buscando equilibrio,
quedaron llenos de ausencia.
Amábamos la vida
nuestros cuerpos brillaban de alegría.
nuestros cuerpos brillaban de alegría.
Te tuve entre mis brazos,
dulce charla,
mirábate a los ojos,
brillante luz de luna
sol de la noche.
sol de la noche.
Innumerables estrellas,
vistosas nebulosas
noche tibia de Orión.
Te acaricié el rostro
besé tus senos
y aún conservo
esa imagen:
'tú y yo, amándonos
con delirio,
ellos: buscando equilibrio'.
Y tus senos miraban la noche
cuando quedaste dormida.
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