Jorge Aliaga Cacho en Escocia |
Por Jorge Aliaga Cacho
No estamos solamente en un compartimento que llamamos por su nombre musulmán o cristiano. El ser humano comprende todas las posibilitades, es el eterno uno sin segundo. Somos almas en proceso de evolución y todo lo que ocurré en la vida: la guerra, la pandemia, todo es perfecto y necesario porque sino no ocurriría ya que el universo no pierde energía, no pierde información. De esta forma Julio Bogeat inicia su conferencia sobre la Física Cuántica, el 13 de marzo del presente año, la misma que he seguido con mucho interés.
No existe nada malo ni nada bueno. sólo existe lo que debe existir y nada más -afirma Bogeat-, que es docente en la Cátedra Consciencia y Desarrollo de la Universidad de Granada. Y añade que lo que se puede hacer son ejercicios de recepción y aceptación.
Es decir: hacer un correcto manejo de la energía vital que reproduce cuatro puntos: El correcto sueño, correcto dormir, la correcta alimentación, ejercició físico y una practica espiritual adecuada adaptada a uno mismo. 'Con ello tenemos el camino trazado para ganar en posibilidades de vivir la paz imperturbable que anhelamos'.
Estamos en conflicto porque la realidad en que vivimos es la realidad que nosotros creamos. Es decir: todo aquello cuanto creemos lo hemos creado. El precio del cambio es uno mismo. El ego cumple una función pero en un nivel de conciencia. El ego es el constructo de pensamientos, sentimientos, acciones que hemos estado repitiendo y que a lo largo de nuestra vida se ha instalado en nosotros como hábito. De esa manera uno cree que el ego es uno pero en la medida que nos conocemos a nosotros mismos comenzamos a generar una brecha donde nos conectamos con todo aquello que somos que es esa divinidad, esa luz, que ya existe, existió y existirá desde siempre.
Es a partir de allí que tenemos la posibilidad, la oportunidad de aliarnos con nuestro ego para llevarlo a nuestro antojo y no a la inversa: 'que sea el ego el que nos secuestre y nos convierta en un centaruro, medio animal, medio ser humano, donde la paz es mucho más difícil de conseguir'. El ego es esa voz, decían los antiguos, que escuchas en tu cabeza y genera sufrimientos.
A través de la leyes universales, nos explica Bogeat, comprendes que nadie te está haciendo deliberadamente nada en particular y que existen 7 leyes básicas que debemos comprender en un sistema de interconexión:
1 La Ley de la Naturaleza
2 La Ley de la Armonía
3 La Ley de la Correspondencia
4 La Ley de la Evolución
5 La Ley de la Polaridad
6 La Ley de la Manifestación
7 La Ley del Amor, que es la ley que todo lo entronca, todo lo maneja. Cuando uno conoce estas leyes, afirma Bogeat, uno comprende, entonces, que no existe la justicia en términos egóicos, humanos, sino que existe la correspondencia. Esa correspondencia es absolutamente vinculada a un proceso evolutivo hacia el amor, no hacia el amor humano sino a la gran comprensión de todo lo que es la sabiduría universal. Es en ese momento cuando uno puede descansar, por fin. Sin embargo esto no signifca que no existan conatos o momentos en los cuales tenemos la energía vital baja, que resulta en nueva entrada a la reactividad egóica. Esto también le ha pasado a cualquier sabio de la humanidad. Por ello es fundamental tener la energía vital elevada.
Todas las cosas que no podemos aceptar las rechazamos y nos genera sufrimientos, de esa manera nos alejamos cada vez más de la oportunidad de ser felices. Pero hay un dicho sabio que dice lo siguiente: 'Si los problemas tienen solución para que preocuparse' y 'Si no tienen solución para que preocuparse'. Es decir, solamente, poner lo mejor de uno mismo y el resto se dará por añadidura. Así también lo hacía Jesús. Poner lo mejor de ti, lo mejor de mí y soltamos. Poner lo mejor de uno mismo y luego ver los resultados. Contrariamente, apegarnos a los resultados que devienen de nuestras acciones a lo único que conlleva es al sufrimiento porque allí es donde ponemos la expectativa y quien pone la expectativa está condenado a frustrarse en algún momento.
La verdad es que somos almas en evolución. Todo es un camino. El cielo es únicamente un nivel de conciencia. Si existe un infierno ese infierno se encuentra en la Tierra. Lo estamos viviendo, es un estado mental y no existe realmente el malo, existe el ignorante de información. Cuando uno comprende que no existe la maldad sino que lo que existe es la ignorancia esto puede provocar un conflicto. Cuando uno entiende este fenómeno uno deja de responsabilizar a causas externas. Es muy importante reconocer la voz de nuestro alma que no sale del institnto sino que es la misma presencia que escucha esa voz, ese aliento, esa energía.
A Julio Bogeat le diagnosticaron a la edad de 9 meses una enfermedad renal crónica, fruto de una “negligencia médica”. A los 8 años vivió una ECM, (Experiencia Cercana a la Muerte), que cambió por completo su visión de la realidad. Juio Bogeat ha recibido tres trasplantes de riñón, el último procedente de su hermana. Esas experiencias lo han convertido en buscador incansable de todas aquellas disciplinas que puedan aliviar el sufrimiento en el ser humano.
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