Héctor Béjar y Jorge Aliaga Cacho en la UNMSM |
Héctor Béjar Rivera
Jorge Aliaga expone con precisión la relación de Max Weber con el fantasma de Carlos Marx. Una relación desigual, puesto que Marx no podía responder a las posiciones antisocialistas de Weber, sino desde el pasado.
Alemanes ambos, Carlos Marx y Max Weber pertenecieron a generaciones diferentes. A partir de los cuarenta del siglo XIX, Carlos Marx empezó su vida intelectual escapando de la sombra de Hegel, criticó a la sagrada familia de los intelectuales alemanes de su tiempo, señaló sus discrepancias con Ludwig Feuerbach y, habiendo establecido que no se trataba solo de explicar el mundo sino de transformarlo, se incorporó a la lucha social de Francia en las revoluciones de 1848 y 1871 sobre las que escribió sendos y precisos análisis. Al final, desde su pequeña y pobre casa en el Soho y su rincón en el Museo Británico, escribió su monumental obra El Capital.
Max Weber perteneció a la generación alemana que culmina el siglo XIX y entra en el siglo XX. Tenía 19 años cuando falleció Carlos Marx. Fallecido en 1920, sobrevivió en treinta años a Marx, que murió en 1883. La difusión de su obra tiene que ver mucho con el afán de las corrientes conservadoras de presentar un análisis alternativo a la obra de Marx en el occidente capitalista. Y aunque este no haya sido su propósito, así ha funcionado en la práctica con la obra de Weber y Parsons, durante todo el siglo XX: decirle al mundo que Marx estaba equivocado y la ciencia social verdadera estaba en los escritos de Weber y Parsons, no en los de Marx.
Dictaduras feroces de América Latina, como las de Videla y Pinochet, no se hicieron problemas: eliminaron y a veces quemaron, los libros de ambos, Marx y Weber. Las universidades de algunas democracias limitadas como la peruana de hoy, sacaron a Marx de sus programas de estudios sociales y se dedicaron solo a Parsons y los posmodernos. Marx fue almacenado en las cajas enmohecidas del pasado cuando se anunció, con el fin de la historia, ya no el superhombre de Nietzsche sino el nuevo hombre de Fukuyama.
Sin embargo, la obra de ambos pensadores perdura. El Capital de Marx es tan importante como Economía y Sociedad de Weber si se quiere entender la evolución del pensamiento económico, histórico y sociológico de ambos siglos, el XIX y el XX.
Weber conocía la obra de Marx, pero siempre mantuvo frente a él una actitud distante. Pocas veces lo citó, aunque usó ampliamente sus ideas. A diferencia de Marx, que se apartó de la política del sistema para realizar su obra filosófica, Weber se mantuvo en la academia y la política hasta el fin de sus días.
Weber nació en el lejano y atrasado este alemán, en Erfurt, cuando Marx tenía 46 años. Marx nació en el Oeste minero e industrial, en Tréveris. Mientras Weber nació en un hogar
de políticos ligados al sistema, Marx fue casi un marginal, en un hogar de judíos convertidos al luteranismo. Mientras Marx tuvo una vida agitada por exilios sucesivos y una pobreza persistente, Weber disfrutó la vida tranquila y rentada de un profesor burgués.
A diferencia de Marx que proclamó con Engels el internacionalismo, Weber acompañó la formación de Alemania y defendió a su país respecto de sus enemigos, incluso sirviendo en el ejército. No fue exactamente un nacionalista, pero sí un intelectual nacional, mientras Marx fue un intelectual internacional e internacionalista.
Mientras Marx postulaba la universalización de la lucha proletaria, Weber era un pangermanista.
A diferencia de Marx, que postulaba la lucha de clases, Weber quería la unión de la nación alemana.
Marx fue un alemán socialista, Weber un alemán liberal que se reconocía como nacional y burgués.
Weber rechazaba el socialismo en todas sus formas. Marx lo promovió, asesoró y apoyó.
Marx no creía ni en la ideología ni en los discursos sino en cómo se desenvolvía la realidad de las sociedades y las clases, Weber investigaba las causas éticas y espirituales de la realidad capitalista.
Mientras Weber legitimó el espíritu del capitalismo por el ahorro al que condujo la ética protestante, Marx hizo toda la historia sangrienta de la acumulación originaria del capital.
Si se puede reprochar a Marx su reduccionismo económico, habría que reprochar a Weber su reduccionismo idealista. Pero ambos han debido aclarar más de una vez a sus seguidores. Weber alegaba no haber olvidado los parámetros económicos, Marx y su amigo Engels aclaraban que no se podía interpretar mecánicamente la relación entre estructura y superestructura.
Filosóficamente, Marx provenía de Hegel, Weber venía de Kant.
Weber advirtió, recién nacida la Rusia soviética, que acabaría siendo una dictadura, “un dominio del burócrata sobre el no burócrata” en que la alienación persistiría. En pleno clima de guerra, no se hacía problemas en hablar contra el socialismo a los oficiales del ejército alemán, a petición de la Oficina de Defensa contra la Propaganda Enemiga, mientras otros escritores denunciaban los crímenes del militarismo belicista.
A pesar de estas diferencias, desde aproximaciones distintas, ambos, Marx y Weber, tomaron los mismos objetos de estudio: la sociedad burguesa, el capitalismo y el Estado. Sus obras capitales, Economía y Sociedad y los tomos segundo y tercero de El Capital,
además de los Manuscritos económico filosóficos y La ideología alemana, fueron publicados después de su muerte.
Todo esto explica el texto de Jorge Aliaga sobre Weber y el fantasma de Carlos Marx, que todavía recorre el mundo. Weber habría discutido con Marx sin mencionarlo siempre.
En realidad, las ideas circulan entre los pensadores, pero estos no siempre lo reconocen. La relación entre los pueblos de religión protestante y el capitalismo ya la encontramos en Marx. La idea del espíritu del capitalismo está en Sombart, el rival con quien Weber siempre discutió. El significado del protestantismo para el mundo moderno está en Troeltsch, el amigo de Weber.
Marx y Weber dedicaron largo tiempo a sus investigaciones históricas, fueron en gran medida historiadores. Pero Weber siempre protestó cuando se le quiso presentar como alguien que subestimaba la economía.
El texto de Jorge Aliaga Cacho analiza esta curiosa relación de un académico del sistema como Weber y el fantasma de un iconoclasta como Marx. Una relación realmente fascinante, que no ha terminado, porque los fantasmas de ambos siguen recorriendo las ciencias sociales y el mundo.
Max Weber en un debate con el fantasma de Carlos Marx
Todos los derechos son reservados.
Por Jorge Aliaga Cacho MA PGCE Dip. Sp.
Cuando los estudiantes de sociología en Gran Bretaña y Estados Unidos, repiten que: "la sociología de Weber es un debate con el fantasma de Carlos Marx", primero, para abordar dichas consideraciones debemos, en primer lugar, introducir algunas referencias que centren el desarrollo de nuestra discusión. Es importante, por ejemplo, recordar que durante el tiempo de Weber, el marxismo no se presentaba como una corriente política dominante y, por consiguiente, el pensamiento social de la época no fue determinado por argumentos marxistas. De otro lado, las polaridades del pensamiento social, de ese entonces, eran distintas a las de nuestros días, que es cuando se nos hace la pregunta sobre la naturaleza fantasmagórica de la relación intelectual entre Marx y Weber. Sin embargo, es cierto que, en 1890, siete años después de la muerte de Marx, apareció una síntesis teórica entre marxistas y estudiosos de las disciplinas sociales, a pesar de sus recriminaciones políticas.
El 'tema', origen de nuestra pregunta, surgió en 1945, cuando el sociólogo alemán, Albert Salomon, argumentó que: ''Weber era un sociólogo en diálogo largo e intenso con el fantasma de Carlos Marx, y que el propósito principal de la economía y la sociedad eran aplicar un nuevo estudio a las tesis sociológicas marxistas''.(1)
Otros intelectuales, como Gerth y Mills, sugirieron que Weber participó en un debate fructífero con los argumentos propuestos por el materialismo histórico. Sugieren que el énfasis del trabajo intelectual de Weber derivó hacia Marx. Más tarde, las interpretaciones sueltas del materialismo histórico de Marx y el enfoque "todo incluido", con el marxismo, ayudó a encontrar afinidades entre estos dos importantes pensadores teutones. Las analogías halladas creo que podrían ayudarnos a establecer hasta qué punto la teoría social de Weber es un reflejo distorsionado de la obra de Carlos Marx, "la figura fantasmagórica", o alguna otra cosa semejante.
Sin embargo, esta tarea no es fácil dado que Weber no dio cuenta detallada de las influencias intelectuales que recibió su obra. Por lo tanto, con el fin de ensayar una respuesta, nuestro esfuerzo debe concentrarse en observar la sustancia de la obra de Weber. De esa manera podríamos reconstruir su posición teórica con respecto a la de Marx.
Según Reinhard Bendix y Guenther Roth, Weber se consideraba adversario del marxismo y expresó su desacuerdo con el 'punto de vista economicista', que por aquella época estaba en boga, en diferentes tiendas políticas e intelectuales.
Weber señaló que: 'la perspectiva de avanzar de manera determinista estaba en peligro de sucumbir a ciertas ilusiones y que sobrevaloraba el poder explicativo de sus propias nociones' ... ( 2 )
Weber también criticó al marxismo por desvanecer, y hacer oscura, la diferencia entre los fenómenos tecnológicos y económicos. Según Weber: diferentes superestructuras podrían descansar en el mismo tipo de tecnología. Weber en lugar de hacer hincapié en la tecnología, dirigió su atención a los modos de apropiación y expropiación. Una posición "cuasi - marxista", pero en realidad se refería a una diferencia del marxismo ( 3 ) .
Weber dijo lo siguiente a la Asociación Sociológica:
'Que yo sepa, Marx no ha definido la tecnología - Hay muchas cosas en Marx que no parecen contradictorias, pero en realidad son contrarias a los hechos. Esto es verificable si hacemos un análisis exhaustivo y preciso, como de hecho debemos hacerlo'.
Entre otras cosas, hay una cita de Marx muy referida: "El uso del molino de mano nos da el feudalismo, el molino de vapor nos da el capitalismo". Esa es una construcción económica tecnológica, y una afirmación simplemente falsa, como se puede demostrar con claridad. Pues el uso del molino de mano se extendió hasta los tiempos modernos y tiene «superestructuras» culturales de todo tipo en todos los campos imaginables".
"La ética protestante y el espíritu del capitalismo", de Weber, expresa claramente el desacuerdo de este con el materialismo histórico de Marx, al que calificó de una doctrina ingenua. Como sabemos, Marx aplicaba una interpretación materialista de la historia en la que el modo de producción de las cosas materiales establecía el fenómeno social, cultural y político, dando prioridad causal a la economía más que a las ideas cuando se trataba de explicar los procesos históricos establecidos.
Weber, por su parte, cree que el capitalismo domina la vida económica, 'educa y selecciona los temas económicos que precisa a través de un proceso de supervivencia económica de los más aptos. Pero aquí uno puede ver fácilmente los límites del concepto de selección como un medio de explicación histórica. Para que una forma de vivir, tan bien adaptada a las peculiaridades del capitalismo, pueda ser seleccionada, debió primero llegar a dominar a las demás, tenía que originarse en algún lugar, y no solamente en individuos aislados sino en grupos enteros de hombres que seleccionaron una vida común. (4)
Según Weber este origen necesita ser explicado y, como lo hemos apuntado antes, Weber no creía que tales ideas eran causadas por la estructura de la situación económica. En América el espíritu del capitalismo, 'en el sentido que le hemos dado', fue traído desde antes de la aparición del orden capitalista. El escritor peruano José Carlos Mariátegui, en 1928, llegó a una conclusión implícita al explicar la conquista católica en el Perú. Mariátegui escribió: 'el colonizador de la América sajona fue el pionero puritano, no se puede decir lo mismo del colonizador de la América española. El primero: el cruzado, el caballero, era conquistador de una estirpe espiritual, el colonizador español no lo era. La razón no está al alcance de cualquiera: el puritano representaba a un movimiento en ascensión, la Reforma protestante, el cruzado, el caballero, personificaba una época en la cual el Medioveo Católico concluía.( 5 ) . ( Trad.: Jorge Aliaga Cacho).
Por tanto, podríamos decir que las ideas traídas por los anglosajones a América, la reforma protestante, el 'espíritu del capitalismo', formaron los fenómenos sociales, culturales y políticos que se desarrollaron en América. El paso hacia una sociedad capitalista, de acuerdo con "La ética protestante y el espíritu del capitalismo" de Weber, se debió principalmente a los hábitos, actitudes y creencias del protestantismo, y especialmente al calvinismo y el puritanismo, sus hábitos industriosos. Los puritanos incrementaron su riqueza debido a que el ascetismo de su credo no les permitía consumir su patrimonio. De ahí que los recursos, que la religión no les permitía gastar en placeres y ocios, fueron invertidos en la nueva formación económica capitalista.
Para Weber, los conceptos económicos de Marx no están claramente definidos. Weber considera que el comportamiento económico significa aquello que está destinado a adquirir recursos que también son deseados por otros por medios que excluyen la fuerza y el fraude. En la opinión de Weber, los factores puramente económicos pueden actuar como parámetros dentro de los cuales el comportamiento no económico es posible; y que la economía en sí misma es una influencia limitante, pero no determinante, en la sociedad. Weber cree que el materialismo económico de Marx se disuelve bajo tal examinación. Sin embargo, hay que señalar que la obra de Weber no debe ser vista como una respuesta directa a la obra de Marx. Es cierto que Weber tenía un conocimiento general de Marx a comienzos de su carrera, pero otras influencias, como lo ha sugerido Roth, eran más importantes. Los intereses de Weber estaban enraizados en problemas ortodoxos de la historia de la economía y el derecho, y cuando Weber usa el término 'materialismo histórico', la referencia es dirigida a la avalancha de trabajos académicos, que reclamaban una ascendencia marxista, que apareció en la década de 1890. Ella representa, a juicio de Weber, la vulgarización de las ideas de Marx, una desviación de la principal posición de Marx. Por ello me parece necesario para nuestro análisis, separar la opinión que Weber vertiera sobre la validez y utilidad de la obra de Marx, para liberarla, haciendo de esta forma uso de la evaluación que Weber hiciera del marxismo 'vulgar'. En consecuencia trataré de exponer las similitudes y diferencias entre estos dos pensadores. En primer lugar, hay que afirmar que Weber reconoce los aportes fundamentales de Marx al análisis histórico y sociológico.( 6 ).
Sin embargo, en opinión de Weber, las concepciones evolutivas de Marx nunca pueden considerarse 'como algo más que fuentes de comprensión, o, a lo sumo, como conceptos típicos ideales, que pueden aplicarse para iluminar un análisis histórico y sociológico específico'. (7).
Según Weber, la atribución de Marx sobre la 'dirección' racional general al curso de la historia es, dentro de los términos del marco marxista, ilegítima y, al mismo tiempo, admite, con ciertas reservas, el uso de 'etapas' evolutivas como construcciones teóricas que puedan aplicarse, como 'medio pragmático', para ayudar a la investigación histórica'; rechaza completamente la formulación de esquemas' deterministas 'basados en teorías generales del desarrollo'. (8).
Según Georg Weippert, Max Weber pensó que el socialismo era históricamente posible y que su contribución a la teoría de la 'socialización completa', bajo el título 'Plan de Economía Racional' era meritoria. Después del colapso, Weber, según Weippert, presionó por una 'socialización planificada'. Sin embargo, Weber pensaba que el socialismo no puede abolir el control del hombre sobre los hombres. Según él 'la tendencia a la burocratización gana terreno con la socialización'.( 9 ).
Por ello, en la arena política, Weber trató de impedir el socialismo en el sentido de la 'socialización completa'. Este punto de vista en los años 1916-1918, y la inmediata posguerra, fueron similares al punto de vista de la social democracia. Weippert reconoce frases de Weber llenas de odio, asumidas por Marcuse, que no fueron dirigidas contra el socialismo ni los socialistas, sino, principalmente, contra los diletantes en materia económica, los que podrían haber creado una excusa para la invasión franco-estadounidense de Alemania. Se ha dicho que si tuviéramos que expresar en una sola palabra la obra de cada uno de estos pensadores, tendríamos que elegir la palabra esperanza para-Marx y pesimismo para-Weber.
Marx ve claramente la lucha de los trabajadores y el desarrollo de su conciencia de clase como precursoras de una sociedad nueva, más justa. en la que los trabajadores tomaran el control del Estado. Sin embargo, Weippert piensa que Weber admite la adaptabilidad del capitalismo y que este luchó por las modificaciones en contra de la opinión dominante de la burguesía. Se prevé una larga vida para el capitalismo debido a la alta maleabilidad de la economía de libre comercio. Durante el tiempo que se mantuvo firme, presionó para la formación libre de los sindicatos, y el contrato colectivo de trabajo, y 'se dirigió de manera impresionante a la conciencia de los empleadores, para que estén abiertos a las demandas de los trabajadores y su derecho a la libertad'. ( 10 ).
Weber parece haberse preocupado por dotar al capitalismo de un atractivo popular, o 'rostro social', para usar el término de Weippert, y dejar que los trabajadores se sientan económicamente, y prácticamente, en su casa, en su Estado - nación. Bendix ha declarado, en respuesta a Marcuse, que los escritos de Weber tienen como tema principal la racionalidad abstracta como tal, su dependencia histórica y las posibles consecuencias de su irracionalidad. El propósito del enfoque científico de Weber no es 'hacer caso omiso de todo lo humano e histórico', sino para definir conceptualmente los fenómenos que maneja, a fin de analizar más claramente sus precondiciones y condiciones".
Bendix considera que estas presuposiciones sociales de discusión científica y objetividad son los puntos de vista de Marx, en el prefacio de "El Capital", cuando comparó su propio análisis de Inglaterra, como un caso típico, 'con los métodos que usa el físico en la clasificación de tipos', a pesar que también se encuentran ejemplos del carácter científico en las obras que Marx usa como arma polémica. Es útil tener en cuenta que Weber utiliza los términos: 'racionalidad formal o acción económica" para diseñar la extensión del cálculo cuantitativo de la contabilidad lo cual es técnicamente posible y que se aplica efectivamente como 'racionalidad material'. Como grado en el que un grupo dado de personas es, o podría ser, provista de mercancías a través del curso de orientación económica de la acción social. Este curso de acción, según Weber, es un conjunto de valores fundamentales, sin importar lo que sean. En su interpretación hay una variedad de diferentes posibilidades. El término 'racional', en la interpretación de Weber, es una forma más precisa de los significados en la discusión de la socialización y la evaluación en dinero y en especie. El término 'formalmente racional' se utiliza de acuerdo con el grado en el que 'las disposiciones relativas a las necesidades, esencial aroma a toda economía racional, sea capaz de ser expresada en términos numéricos calculables, y así se expresa'.
Reinhard Bendix afirma que en 1890 Weber conoció al pastor Fiedrich Naumann y colaboró con él en el Congreso Evangélico-Social y lo ayudó a fundar la Asociación Nacional abortada en 1896. Naumann y Göhre querían establecer un partido anti marxista de la clase trabajadora guiado por el idealismo cristiano de hombres educados. Weber tenía sus dudas acerca de esta combinación y discutió junto con el adoctrinamiento marxista de los trabajadores en su libro de "Die Hilfe", "La ayuda". ( Dec.6 , 1896) :
'Sería un paso adelante para ganarse a la clase trabajadora en ascenso por parte de un trabajador patriótico'. Esto significaría la emancipación intelectual de los trabajadores. La libertad de pensamiento no es tolerada por el Partido Social Demócrata, ya que martilla y fragmenta el sistema marxista como a un dogma en la cabeza de las masas. Como todos los misioneros de Berlín pueden corroborararlo: la libertad de conciencia existente en la social democracia existía sólo en la retórica, no en la realidad. Sin embargo, en un partido de clase no habría espacio para nosotros, especialmente, si usted, Naumann, desea ejercer una nueva presión sobre la conciencia, exigiendo que la fe cristiana sea reprimida en reuniones políticas...Usted debe darse cuenta de que un partido que conoce solo el principio de: '¡Abajo los ricos!' es una caricatura de partido. Todos los estratos en ascenso de la población, incluidos los de la clase obrera, se convertirían por ello en enemigos naturales del movimiento Social-Nacional. Podría retener sólo a los sectores mas bajos de la sociedad. Un partido que cuente sólo con los que no tienen importante representación. "Si usted elige el criterio de los 'corazones sangrantes' ('miserabilistische Gesichtspunkte'), que recuerda el movimiento Cultura Ética, se convertirán en tránsfugas, personas que cada vez que sus nervios se vean afectados por la visión de la miseria económica, reaccionarán moviéndose unas veces a la derecha y otras veces a la izquierda. A veces contra los agrarios, a continuación en contra de la bolsa de valores o las grandes empresas. Tales reacciones no equivalen a una posición política".
Esta última cita nos da una rica imagen de la posición política de Weber. Él se consideraba un adversario del marxismo y del humanitarismo políticamente ingenuo.
Weber como lo manifesté anteriormente se opuso al punto de vista económicista en muchas áreas políticas e intelectuales .
En 1895, Weber destacó la perspectiva de avanzar de manera determinista porque así se estaba en peligro de sucumbir a ciertas ilusiones y sobrestimar el poder explicativo de las propias ideas. Sin embargo la cuestión discutible es si, a pesar de su oposición política al determinismo económico y al marxismo, los primeros trabajos de Weber fueron significativamente influenciados por los escritos de Marx. Algunos han afirmado una influencia marxista de formación, por ejemplo, Vernon K Dibble compara la contribución de Weber a las encuestas agrarias de la "Verein fur Sozialpolitik", ("Asociación para la política social"), en los primeros años, a partir de1890, y deduce por su estudio que:
"Weber tomó a Marx en serio, y aprendió de Marx". Dibble observó que Weber tenía una comprensión mucho mejor de las relaciones de grupo económico que los otros cinco autores de su estudio que: 'tomaron una posición individualista o miraban a los trabajadores sólo desde el punto de vista del empresario'. (12).
Baumgarten considera que la disertación de Weber de 1889, "Sobre la Historia de las Sociedades Comerciales del Medioevo", tiene un punto inequívocamente orientado al punto de vista de Marx. Ofrece pasajes de Baummgarten con la familia como la unidad original de la producción y el consumo. Engels, en su "Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado", (1884 ), también vio a la familia y no al individuo como unidad económica primigenia.( 13 ).
Sin embargo, de acuerdo a Heusler, La Antigua Ley Alemana de la Familia era una organización de miembros del hogar, no sólo de los parientes de sangre. Weber como estudiante de derecho estaba familiarizado con el trabajo de Heusler, por lo tanto, las primeras opiniones de Weber sobre el hogar no pueden ser vistas como influencia marxista. La opinión de Weber acerca de la crueldad del capitalismo antiguo, no era, en mi opinión, debido a la influencia marxista sino debido a sus profesores Theodor Mommsen y Levin Goldsschmidt, que tenían puntos de vista similares sobre el capitalismo antiguo.
Ernest Troeltsh considera como influencia importante del marxismo en Weber, a la dialéctica marxiana que fue ignorada, en gran medida, por los teóricos socialistas de la época. Otto Baumgarten se refiere a la influencia del determinismo económico que se puso de moda en la generación de Weber y su variante política más importante: -El marxismo del movimiento obrero en boga antes de la Primera Guerra Mundial.
Troeltsh fue más allá al afirmar una influencia marxista penetrante en Weber cuando el marxismo, es considerado inclusivo y, tiene un distintivo significado global. Él sostiene que es cierto que la mayoría de los eruditos académicos rechazan la dialéctica hegeliana o marxista. Sin embargo, Troeltsh afirma que: 'uno no debe dejarse engañar por declaraciones metodológicas de un erudito acerca de su metodología real '. ( 14 ).
Troeltsh observa que: 'las obras de Plengue, Tönnies, Bucher, Sombart y Weber conservan una visión dinámica de las totalidades individuales... y una orientación hacia la base socio económica de todos estos movimientos históricos y conexiones, -características que separan a este tipo de investigación de las monografías históricas que están completamente alienadas de cualquier contexto filosófico, y, también, del tipo de historiografía que coquetea con las leyes meramente causales de la vida intelectual. Para Troeltsh, las interrogantes de Weber son fragmentos de una vista, evolutiva y sociológica inclusiva, que replantea el pensamiento hegeliano y marxista de una manera conjunta; su forma es esencialmente sociológica y proporciona a la historiografía nuevos puntos de vista de gran importancia. ( 15 )
Podemos observar que las interpretaciones de Troeltsch siguen dos direcciones: por un lado, el trabajo de Weber parece influido por Marx, por otro parece trascender la dialéctica marxista. Bendix piensa que Troeltsh estaba tratando de probar a algunos académicos burgueses, mejores marxistas que los teóricos socialdemócratas, cuyo determinismo económico y monismo él criticaba mordazmente. ( 16 ).
(Monismo: Significado extraído de la RAE): concepción común a todos los sistemas filosóficos que tratan de reducir los seres y fenómenos del universo a una idea o sustancia única, de la cual derivan y con la cual se identifican. Se llama así por antonomasia al materialismo evolucionista de Haeckel.
Troeltsh estuvo tentado a ir más allá de la evidencia. La ambivalencia de Troeltsh, según Bendix, se refleja en su obituario y tal vez a su rechazo de la solicitud de Marianne Weber para que hablara en el funeral de Weber. Sin embargo, lo que está claro es que Weber reconoce, en los escritos de Marx, algunas variaciones en el grado de sofisticación con que se presenta la interpretación materialista de la historia. Weber cree que en "El Manifiesto Comunista", Marx expresó su punto de vista : "con la materia prima de su genialidad en forma temprana.( 17 ).
Weber pensaba que en "El Capital", las interpretaciones de Marx se formularon más a fondo. Pero que incluso en él se hace necesaria una definición precisa de cómo lo 'económico' está delimitado por otras esferas de la sociedad. Por lo tanto, cuando Weber intenta distinguir en la 'Economía', 'los fenómenos económicamente relevantes' y 'los fenómenos económicamente condicionados'; ello puede ser visto como un intento de aclarar esta deficiencia. En la opinión de Weber, existen muchas formas de acción humana, que si no son en sí mismas de carácter 'económico', tienen relevancia para la acción económica. Por ejemplo la práctica religiosa. Yo añadiría la pacifista o acciones ecológicas. Para Weber las líneas de límite de los fenómenos 'económicos' son vagos y no se definen fácilmente.
El aspecto económico, según Weber, 'no sólo es «económicamente condicionado» o «económicamente relevante». En la introducción de El Capital, escrito por Ernest Mandel, nos encontramos con un pasaje interesante que puede resolver este argumento de manera diferente: «cada forma social específica de organización económica tiene sus propias leyes económicas. "El Capital", se limita al estudio de lo que rige el modo de producción capitalista. "El Capital", por tanto, no es la teoría económica 'pura' en absoluto. Para Marx, la teoría económica 'pura', que es la teoría económica que hace abstracción de una estructura social específica, es imposible ... Sería similar a la anatomía 'pura', abstraída de las especies específicas que deban ser consideradas». ( 18 ).
Mandel cree que la teoría del materialismo histórico de Marx incluye análisis comparativos y que estas comparaciones pueden resultar sólo desde el análisis de los modos específicos de producción, cada una con su propia lógica económica y sus propias leyes de movimiento que no puede ser sustituida por o subsumidos bajo 'eternas' leyes económicas. Sin embargo, la relación más importante en la que Weber separa sus puntos de vista de los de Marx son los límites y la validez de su conocimiento, la epistemología. Debemos recordar que Weber fue sustancialmente influenciado por una visión neo-kantiana mientras que Marx tenía un punto de vista neo-hegeliano. Marx y Weber procedían de estos dos ángulos epistemológicos. Desde estos puntos de vista se produjo la completa separación lógica de las proposiciones fácticas y normativas de Weber, el postulado de la irreductibilidad de los valores en competencia y, para Marx, el compromiso con la ética 'científica' del 'objetivo fundamental', y por lo tanto la aceptación de una concepción 'total' de la historia.
La concepción de carisma de Weber, por otra parte, manifiesta su convicción de que el desarrollo histórico no puede interpretarse en términos de un esquema racional que exprese lo que es normativamente válido. Según Weber, el marxismo intenta representar el verdadero curso de los acontecimientos, ser el reflejo de la realidad y de su desarrollo en el sentido de una 'relación esencial'. El escritor francés, Julien Freund, apoya a Weber, e indica que: 'esos conceptos son un malentendido del carácter probabilístico de la casualidad histórica' y que son una contradicción con la naturaleza misma de la ciencia, ya que no hay conocimiento sin presuposiciones. Freund piensa que el propósito de la metodología de Weber es servir como una 'relación cognoscendi'. Como tal, es capaz de 'descubrir las fallas en las doctrinas que pretenden reproducir la realidad y determinar la distancia que separa su intención conceptual de la realidad histórica que pretende reflejar '. (19). Las ideologías en boga durante el tiempo de Weber se consideraban capitalistas desde un punto de vista limitado. Weber rechazó esa opinión. Consideraba al capitalismo como un sistema económico que continuaría durante mucho tiempo, en diferentes formas, para dirigir la economía mundial. El capitalismo en su visión, no puede ser destruido por una revolución perteneciente a las necesidades de la racionalización económica. El capitalismo, por esta razón, en opinión de Weber, continuará influyendo en las nuevas estructuras sociales que los hombres puedan establecer: 'Juicios de valor y la desaprobación puramente ética son impotentes ante la necesidad de los hechos'. (20).
También tenemos que tener en cuenta la exigencia ontológica, y desde esa perspectiva nos damos cuenta de que, si bien es cierto que Weber rechazó la base metafísica y ontológica de la dialéctica marxista, también es cierto que Weber aceptó la relación.
Transcurrirá la actividad económica y otras actividades humanas expresadas en esa filosofía. La interpretación que Weber le da a Marx se basa en el enfoque contemporáneo del marxismo como una forma de determinismo económico. Marxistas como Kautsky, fueron, en mi opinión, el espejo de Weber para observar a Marx y, en donde lo político se asimilaba a lo económico. En contra de este punto de vista Weber pensaba que 'lo político no era un fenómeno secundario y derivado, sino un elemento activo, autónomo, ejerciendo un papel fundamental en la formación de la sociedad moderna'. ( 21 ).
El capitalismo, según Marx, es un sistema estructurado de lucha de clases y contradicciones internas. Para Weber era un modo racional de organización y muy diferente de las formaciones sociales anteriores. La posición de Weber respecto de la autonomía política, tal como se expresa en nuestro último párrafo, y la propagación de la racionalidad entre el capitalismo, lo llevaron a estar en desacuerdo con la teoría marxista del Estado como instrumento de dominación de clase. Para Marx, la propiedad o la falta de ella, constituye la categoría básica de todas las situaciones de clase. El factor que produce clases sociales es predominantemente el interés económico. Weber se aparta de este último agregando que la habilidad también constituye una forma de propiedad que produce diferencias de clase: Los que ofrecen servicios son diferenciados 'tanto en función de su tipo de servicios como en la forma en que hacen uso de estos servicios'. (21).
Esto último es corroborado por Goldthorpe, citado por J E T Eldrige, mi profesor en la Universidad de Glasgow, cuando sugiere que Weber plantea muchas preguntas sobre la relación entre la carrera profesional y el estilo de vida. Él piensa que las cuestiones de esa naturaleza son las que los sociólogos de este país han estado buscando a la hora de considerar la tesis de aburguesamiento. Eldrige observa que los trabajadores mejor pagados en Alemania, como señaló Weber, 'podrían gozar de similares ingresos e incluso formación académica que los jóvenes funcionarios, empleados y miembros de la pequeña burguesía. Pero, ¿En ellos se manifiestan modos similares de vida familiar, patrones de ocio, afiliaciones religiosas? Además, entre la clase obrera en su conjunto 'podrían ser observadas diferencias en estilo de vida, si así fuera, ¿Qué criterios existen para explicarlas? ' ( 23 ) .
Según Weber, el sistema de estratificación en una sociedad capitalista desarrollada consiste en clases trabajadoras, pequeño burgueses, 'intellgentsia', tales como ingenieros, funcionarios burocráticos, otros trabajadores de cuello blanco y una clase que ocupa una posición privilegiada a través de la propiedad y la educación. Este complejo sistema de estratificación no proporciona una relación simple entre la situación de clase de Weber y la conciencia de clase tal como la concibió Marx. Además, Weber rechazó la relación histórica de la clase con el cambio social, «el concepto de leyes objetivas históricamente necesarias del desarrollo social» (24). Para Weber, la situación empírica del mercado estructura la conciencia y, por lo tanto, rechaza la noción de Marx de "clase para sí misma", es decir, plenamente consciente de sus intereses históricos.
Karl Löwith ha declarado que Marx y Weber son 'comparables' en términos de personalidad y logros, ya que son de estatura comparable. Löwith piensa que una comparación de una cosa con otra 'asume que los objetos comparados sean idénticos en algunos aspectos, mientras que difieren en los demás'.
( 25) . Y él también considera que la comparación hecha por un tercero presupone que sus respectivos objetivos de investigación deben distinguirse con respecto a su idea del hombre; Löwith piensa que: 'este no era el objetivo deliberado y explícito en la investigación de Marx y Weber, pero era, sin embargo, su motivo original' . ( 26 ).
Las intenciones del 'Manifiesto Comunista' son de carácter práctico y político mientras que los estudios de Weber en la sociología de la religión son inclinados a lo teórico-histórico. Sin embargo, según Löwith, esto no excluye la posibilidad "de que la motivación básica y original tanto para la 'investigación' histórica de Weber como para el 'Manifiesto' de Marx puedan haber partido de la misma profunda pregunta que busca la explicación de nuestro modo contemporáneo de ser humano". ( 27 ).
Marx en su "Manifiesto Comunista" proporciona una crítica agitativa de los 'burgueses', mientras que Weber, por su parte, en sus primeros estudios en la sociología de la religión, produce un análisis no menos 'crítico' de los 'burgueses', donde el ser humano es diferentemente evaluado. En mi opinión, ambas críticas son importantes en nuestra situación histórica.
Lówith considera que Marx y Weber combinaron el carisma del profeta con las habilidades de 'periodismo, adicción y demagogia', típicas del político profesional moderno. Venció la 'ciencia' en el sentido estrecho de la especialización y la política en el sentido estrecho de la participación. Marx, por su parte, combinó la ciencia y la política dentro de la unidad del 'socialismo científico', 'una práctica teórica y una teoría práctica'.
Me parece otro punto de divergencia, en el análisis weberiano del capitalismo, los términos de una 'racionalización' universal e inevitable que es una perspectiva inherentemente neutral pero que se evalúa ambiguamente. (28). La interpretación de Marx, por el contrario, se basa en el concepto ambiguamente negativo de una auto-alienación universal pero transformable. La racionalización y la auto-alienación son, según Löwith, caracterizaciones alternativas del significado fundamental del capitalismo. Si aceptamos la sugerencia de Lówith cuando afirma que allí donde Marx puso el comienzo de la historia humana, Weber vio el comienzo de una ética de convicción razonable, entonces podemos decir que las diferencias entre sus perspectivas de interpretación del mundo capitalista burgués moderno son muy valiosas. Cada perspectiva, en mi opinión, se juzga mejor al observar las contribuciones que aportan por separado a nuestra comprensión de la humanidad.
Quisiera concluir citando a Weber sobre 'La ciencia como vocación':
'El destino de nuestra época se caracteriza por la racionalización e intelectualización, y sobre todo, por el desencantamiento del mundo'. ( 29 ).
Me agradaría desencantar la pregunta de nuestro ensayo. Aceptar en lugar de espejos, o imágenes fantasmagóricas, la idea de que : 'todo está fertilizado de su contrario'. ( 30 ).
Por lo tanto, podría concluir afirmando que la obra de Weber no es un debate con el fantasma de Marx sino un debate real, en curso, con una totalidad dialéctica.
'Nadie sabe quién vivirá en esta jaula en el futuro o si al final de este enorme desarrollo surgirán profetas completamente nuevos, o, tal vez, habrá un gran renacimiento de ideas e ideales antiguos o... petrificación mecanizada...' ( 31 ).
Referencias
1 Citado por Bendix y Roch en 'Beca y partidismo', p.28, Universidad de California
Prensa. Berkeley, 1971.
2 (op. Cit.), Pág. 234.
3 (op. Cit.), Pág. 234.
4 Weber "La ética protestante y el espíritu del capitalismo", pág. 55, Allen y Unwin,
Londres, 1976.
5 J.C. Mariàtegui, '7 ensayos de interpretaciòn de la realidad peruana', p.170, Editora Amauta,
Lima, 1979.
6 Giddens, A, 'Capitalism & Modern Social Theory', p.193, Cambridge, 1992.
7 Ibid.
8 Ibid.
9 Stammer, Otto, 'Max Weber y Sociology Today, p. 152, Oxford 1971.
10 Ibíd, p.153.
11 Weber Max, 'Teoría de la organización social y económica', p.170, Wiliam Hodge, Glasgow,
1947
12 Bendix, R, Scholarship and Partisanship, p.235.
13 Ibíd, p. 230.
14 Ibid, p. 230.
15 Ibid, p.231.
16 Weber, Max, 'Metodología de las ciencias sociales', p.68.
17 Mandel, E, Introducción al 'Capital' de Marx, p. 12)
18 Freund Julien, 'La sociología de Max Weber', p.137, Allen Lane The Penguin Press,
Londres 1968.
19 Ibid.
20 Swinged Wood, A, 'A Short History of Sociological Thought', p.182, Macmillan, Londres, 1991.
21 Ibid.
22 Eldridge JET, 'Max Weber y Modern Sociology', p.110, Routledge, Londres, 1971.
23 Ibid.
24 Löwith, Karl, 'Max Weber y Karl Marx', p.23, George Allen & Unwin, Londres 1982.
25 Ibid.
26 Ibid.
27 Ibid.
28 Weber, Max, 'Science as a Vocation', p.155, inserted en 'From Max Weber', Routledge, Londres.
29 Marx, Karl, citado por Marshall Berman en ''Todo lo que es sólido se derrite en el aire'', Verso, 1990, Londres.
30 Weber, Max, 'La ética protestante y el espíritu del capitalismo'.
31 Ibid.
Jorge Aliaga Cacho MA PGCE Dip.Sp.
Universidad de Glasgow.
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