Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
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10 de mayo de 2020

Destino Colombia.

Osvaldo Hueso

En el mes de marzo, Osvaldo Hueso,  escritor argentino, realizò un viaje a Colombia en compañìa de su esposa. Ellos visitaron la ciudad de Cartagena de la cual quedaron impresionados por su belleza, antiguedad y adornos florales. El siguiente cuento, titulado "Destino Colombia'', inspirò a nuestro escritor las ideas para esta creaciòn literaria en el gènero de ficción. Osvaldo Hueso, a quien tuve el honor de conocer en Santiago de Chile, es una de las exquisitas plumas de Nuestra América. J.A.C.


Por Osvaldo Hueso

El vuelo lo deja en Cartagena de Indias, viene del cartel de Medellín, hace el llamado acordado, le indican el hotel. Se traslada rápidamente, no tiene que perder tiempo, sabe que puede estar vigilado a pesar de todas las precauciones tomadas y los arreglos con el asesor del Coronel. Todo se arregla con dinero, le dijeron y lo sabe, pero no se descuida, la experiencia se lo indica y no la contradice. Toca la pistola disimulada en su axila por la amplia campera negra, íntima de batallas. El hotel le gusta, a su medida. El ambiente bohemio le dice que las horas de espera serán amigas. De escritor lo acompañaba el hambre, ahora le sobra dinero. La habitación otorgada estuvo habitada por un artista plástico francés. Se entera por el escrito en un libro dejado en la habitación, que llegó de adolescente a Cartagena y se quedó asimilado por su cultura y bohemia. Varios cuadros de mujeres eróticamente desnudas están sobre la pared de la cabecera de la cama. Recibe el llamado, acuerda el horario, se encuentra y recoge el dinero, la transacción está lista, su misión terminada. Solo le queda disfrutar de la noche de Cartagena en la plaza San Diego. Elige un restaurante, pide una pizza y cerveza, es fina y con poco queso, la devora con empeño. Un viejito le canta al oído un bolero antiguo, lo sigue con su tarareo. Conversa con él, lo ve muy cansado; le dice que camina todo el día y apenas consigue para comer, no tiene jubilación, el gobierno solo le da un precario subsidio. Le pone en la mano una propina generosa, el viejito lo sigue cantando mientras él se aleja. Le da tristeza tanto dinero en la droga y tanta miseria conjunta. No piensa, es su trabajo, de eso vive y eso aprendió de chico en la recova del once. Duerme esa noche bajo las figuras obscenamente desnudas. Ya en el aeropuerto se siente seguro. Indica la pantalla que a las 7.30 puede abordar su avión por la puerta 3 destino Bogotá con traslado a Aruba. Sonríe, el placer está cercano. Ahora la pantalla indica demora, por parlante avisan granizo en Bogotá. Dormita un rato. Una discusión subiendo de tono lo despierta, aparece un nuevo horario de salida, varios pasajeros discuten con la supervisora de vuelo, le dicen que miente y alguien en su celular descubre un conflicto con los pilotos de la empresa, el retraso puede hacerle perder el vuelo a Aruba. Un nuevo aviso de salida le indica que pierde el traslado a Aruba. Sabe que todo está preparado con amplia ventaja sobre los sicarios que podrían seguirlo. La demora le preocupa pero, el gozo del encuentro con su amante y sus caderas lo anima. El griterío en el aeropuerto es infernal, los pasajeros destrozan bancos y vidrios… El disparo no se escucha, solo se ve un punto rojo en su frente, casi nadie lo ve deslizarse hacia el suelo.

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