Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
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20 de agosto de 2017

Dialectario de Raúl Gálvez Cuéllar en Patria o Muerte

Raúl Gálvez Cuéllar


P A T R I A O M U E R T E
Por Raúl Gálvez Cuéllar

Exclusivo para Isla Negra
Incluye comentario de José Pablo Quevedo.


Ha llegado la hora en la dialectica regresiva,
en la historia de los pueblos de Amèrica Latina,
en la espiral del caracol
de cuyo centro desciende vertical el sol
sobre andes, rìos, selvas, desiertos y ciudades.

Ha llegado la hora en la dialéctica repetitiva
de las arengas de los poetas de los pueblos de Amèrica Latina
compañeros de la pluma
que arrimaron la luna
para elevar el puño màs allà de la nube.

Ha llegado la hora en la dialectica diferenciada
porque ahora se combate en la calle,
porque el plazo se cumplió sin atenuantes,
y porque ya no mata la bala
en el destino de los pueblos de Amèrica Latina.

Raùl Gàlvez Cuèllar

Lima, 15.09.08



Tu poema a simple percepción pareciera como un juego para niños, de esos en los cuales hacíamos nosotros los hoyitos en el suelo para jugar con las bolitas de vidrio, y que en jugadas diestras teníamos que hacer, llevándonos muchas veces a los contrarios para que éstos no pudieran reaccionar y ni siquiera enñocar el primer hoyo, y veces los condenábamos al plantón. Así como un juego breve, hecho en tres ñocos, de complejidad para el análisis de los no expertos en esta materia, leo tu poema último, titulado Patria o Muerte.

Simple pareciera el poema, como rápido afiche, de breve lectura en mirada ascendente como primera impresión. Pero hay que leerlo dos o tres veces. El buen lector sabrá que es una síntesis muy apretada en torno a una filosofía de la historia, un breviaro concentrado de energía nueva. Para otros lectores menos ilustrados, el poema podría merecer diferentes interpretaciones. Tal es la energía que condesa ese destello Dialectario. Y digo energía, pues estoy seguro, que el poema tuyo, creará un campo magnético de simpatía en el lector.

El envío para isla negra, no podría ser más oportuno. Yo por mi lado deseo referirte algunas ideas, que como tú conoces, son de fundamentación filosófica. A breve pluma te las escribo:

Tu poema recoge los fundamentos de los viejos filósofos dialécticos, el eco de los viejos aedas con metàforas y símbolos a explicar. Pero no solamente recoges (en parte sí, en cuanto a lo temático de la dialéctica), pero tú, los SUPERAS, pues tu poema toca no como los viejos filósofos una parte del movimiento dialectico, sino vas a la TOTALIDAD de muchas épocas históricas, y plasmas una lucha permanente en una diversidad de tiempos. En el contenido de tu poema, le asignas el fundamento, también observas e implicas en el movimiento dialéctico las formas espaciales y temporales diversas. En ti el movimiento vive. Los viejos aedas no tenían otros puntos de comparación con otras sociedades en referencias, con otras épocas; solamente sus obras eran referidas dentro de su tiempo, y reflejaban la creatividad de sus impulsos.

En tu caso, tu poema pertenece a la dialectica en regresión, repetitiva y diferenciada, y sobre este campo, haré algunas apreciaciones:

Los versos de despliegue casi lógicos, verticales y concretos, nos presentan una síntesis de historias breves y concentradas, abiertas en temas diversos y que terminan como hasta en sentencias del presente. Tú escribes: Ha llegado la hora en la dialectica regresiva,/ en la historia de los pueblos de Amèrica Latina,/ en la espiral del caracol. Tal vez, aquí el poema esté escrito bajo la lupa del poeta de los aforismos, ahora en expansiones de la dialéctica en regresión.

Desde la primera estrofa, observo una definición, y el fundamento de TODO SER: de cuyo centro desciende vertical el sol. El sol es la energía constante y es la fuente de la vida, de esta fuente emergen los millones de colores, su luz está arriba y abajo, corre sobre el infinito, ella se transforma en plantas, crea las estaciones, hace lo nuevo y lo viejo de las cosas, mueve los astros, el sol es real, y es lo necesario para la vida del hombre. Aquí, en esta metáfora de lo vertical y de lo horizontal de la luz está también representada la filosofía de nuestros pueblos andinos, y del sincretismo de muchos hombres latinoamericanos.

La filosofía de la dialéctica en regresión, supone que sol (energía, luz), es Regresivo y siempre otro. El es repetitivo en su luz pero también diferenciado desde su primera rotación, y con él, somos permanentemente diferentes.

No hay un calco ni copia de lo mismo, en épocas diferentes, pues el sol tampoco es el mismo, así como no hay dos mundos o gotas iguales en el universo. Cada época de lucha, de acuerdo a sus reglas, será entonces, diferente.

Veo fluir desde el primer párrafo, el MOVIMIENTO de una y de las muchas luchas en tu poema, es decir, la Totalidad de esas luchas realizadas y continuadas. Heráclito de Efesos diría: Todo fluye, todo corre, todo transita, todo deviene.

Pero en tu dialectario el fenómeno es regresivo, repetitivo y diferenciado. Y aquí, hay que diferenciar las dos formas de ver el movimiento. Uso la espiral del caracol y la luz desde su centro en lo vertical y horizontal: espacio/tiempo.

La idea del caracol nos entregará la llave para abrir el misterio de lo abreviado en tu poema: El caracol es el símbolo de una aspiral ascendente y descendente, y continua que muestra la horizontalidad y la verticalidad espacial temporal. Aquí el movimiento no es el mecánico o de los cuerpos físicos, integrados en sus formas circulares. El movimiento se relaciona al Tiempo y al Espacio dentro de las formas que reviste el movimiento social. Tiempo y espacio son categorías de ese mismo movimiento concatenado, en la etapa actual y en la lucha diferenciada de nuestra historia.

Tu poema presenta en su síntesis la totalidad del movimiento de Resistencia y de Lucha en la América Latina, su evolución, y en cada estrofa es el compás de un tiempo diferenciado. El caracol es un símbolo también de muchas culturas antiguas, pero también del mundo andino, en muchos de sus usos, intercambios, costumbres y ritos.

También el símbolo de las olas, es el elemento de lo que es permanente, parte del movimiento constante. Ella es lo que viene desde el centro del planeta con el pecho del mar y llegará siempre a la orilla. En la llegada a las orillas, la ola se contrae, forma la resaca. La luz del sol que la ilumina, que la acompaña, también forma con ella la memoria permanente. La resaca adquiere y posibilita el momento de la lucidez, nos recuerda lo que hemos sido, lo que somos, los que queremos ser. Ella es como un escáner en movimientos epocales en los cuales nos reconocemos. La ola está en continuo impulso, forma nuestra memoria, refleja en su movimiento como en un espejo las diferencias, nos dice cómo una lucha se realizó, nos alerta de las lecciones olvidadas, de las derrotas y de los triunfos, nos enseña de lo que se hizo y no se debió de hacer, de las nuevas correspondencias de las clases, conoce si esta será la última lucha para lograr la libertad, como tú te deseas. La ola es memoria, es algo que es ella misma y que en su resaca contra-impulsa: Ha llegado una ola, la ola de este momento. Me dices, en uno de tus escritos, anteriores.

El momento de la lucidez y de la conciencia, hace la memoria, forman los momentos históricos.Y ello está relacionada con: la tercera estrofa: ya es inùtil la bala ante la arremetida del destino de nuestros pueblos que al fin venceràn.

La idea de este movimiento, en sus tres partes nos permite observar siempre un movimiento ascendente de la lucha, como en una cadena de negaciones, de negaciones ascendentes. Las tres partes constituyentes del poema, están formulados dialécticamente como una Tesis, Antítesis y Síntesis, concatenadas repetitivamente y diferenciadas para nuestro Continente. La lucha, hoy en día, alcanza planos dramáticos. Ahora, las clases opresoras apelan a todos los medios para conservar sus privilegios y el poder, pero las clases oprimidas también por el conocimiento de esta dialéctica en regresión, ya conocen sus mutaciones, su estrategia y sus métodos de lucha, y el poema, nos dice, que la lucha debe llegar a su final. Tú sentencias: porque ahora se combate en la calle,/ porque el plazo se cumpliò sin atenuantes,/ y porque ya no mata la bala/ en el destino de los pueblos de Amèrica Latina.

En lo repetitivo y lo diferenciado de nuestra historia continental, hay muchas cosas que se repiten y se repetirán, no de la misma manera, sino diferenciadas. En Palabra de guerrillero, Javier Heraud, escribe: Porque mi patria es hermosa/ como una espada en el aire/ y más grande ahora y aún más hermosa todavía, yo hablo y la defiendo con mi vida. El poeta ya está cansado de reproducir el movimiento puro de la idea, de ver la cáscara de movimiento abstracto de ella misma, y se va al desenlace final. Para tí, ahora, ya no es el acto de uno o de dos revolucionarios. La realidad misma es la que se está moviendo y ella - la podemos captar con todos los sentidos en varios países de América Latina-, es parte ya de la lucha polarizada de las clases opresoras y oprimidas en nuestro Continente.

La dialéctica del movimiento y del tiempo diferenciado y su consecuencia final es lo que has abierto con tu poema Patria o Muerte.

El nuevo orden depende del orden conciente que le demos a la lucha. Tú consideración, acaso, necesaria y oportuna: El poeta no se debe de quedar en la antesala, sino estar en el escenario de los mismos hechos.

Afectuosos saludos:
José Pablo Quevedo

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