José Pancorvo Beingolea |
En Lima, José Pancorvo y Jorge Aliaga Cacho |
Por Jorge Aliaga Cacho
José Pancorvo mantuvo un permanente dialogó con las nuevas generaciones de poetas. Su importante obra aún está por explorarse y difundirse. Hoy lo recordamos.
José Pancorvo Beingolea nació en Lima en 1952. Falleció en la misma ciudad en el 2016.
Fernando Barrantes Rodríguez-Larrín, compañero de colegio de nuestro poeta, ha contado que:cuando José cursaba el cuarto y quinto de secundaria, hacía uso de la palabra en las ceremonias del colegio en fechas conmemorativas e históricas. Sus discursos, nos cuenta su compañero de colegio y amigo de la infancia, duraban una hora y hasta más. José hablaba de memoria, sin ayuda de textos, impecablemente, y dejaba muda a la audiencia producto de su erudición. El estudiante Pancorvo contaba solo con 15, 16 o 17 años. Gran poeta y novelista, amante de las lenguas. Me encontré con José Pancorvo, en contadas oportunidades, pero tuvimos encuentros de largo aliento. Conversábamos, entre trago corto, cigarrillos negros, y el versar de temas profundos que nos llevarían a la cultura clásica, a los griegos. Pancorvo fue un hombre de excepcional gama intelectual, con quien, desde el primer momento, cuando me lo presentó la poeta Nora Alarcón, pude sentirme cómodo, y creo que también él se sentía cómodo, al compartir nuestros puntos de vista. Habíamos quedado en organizar un evento donde conversaríamos sobre esos temas que son poco comunes entre los poetas limeños. Sin embargo, un repentino viaje a Escocia no permitiría que definiéramos una fecha. Estaba seguro que, a mi retorno, algún día acordaríamos los pormenores. Fue muy triste, enterarme de su temprana desaparición física, sentí un vacío inmenso en el aire. Hoy, lamento no haber podido descubrir más de esta lumbrera, y autor de "El profeta del Cielo". Sus amigos lo consideraban hombre de derecha. Él sabía que yo era de los que golpeaban con la izquierda, pero nunca hizo ademán de controversia. Hacíamos silencio para continuar con los temas de trascendencia, culturas milenarias, los griegos, la anti-materia, temas que nos llevarían, con tabaco y pisco, hasta el amanecer. Su obra permite darle espíritu a las palabras, eleva la poesía y el registro literario. José Pancorvo fue un gran arguediano, amante de los Danzantes de Tijeras, excelso conversador, amigo que hoy se deja extrañar.
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