Por Raúl Gálvez Cuéllar
Siempre tus mensajes levantan los espíritus, mi querido y excelso Escritor Internacional.
En efecto, ahora ¡por fin Padre Santo!!!! vivo tranquilino mis últimos días en medio de los verdes y un sol esplendoroso, despertando al canto de los pajarillos de todo tamaño y colores, frente a una catarata de aguas cristalinas y en paz y silencio beatpífico.
Espero antes de irme al otro barrio llevado por la viuda negra, confraternizar con mis amigos entre los cuales estás en primerísima fila, gracias a tus altas calificaciones espirituales y creativas, amén de tu línea socio-política que comparto en un 120 %, mi estimado camarada descendiente del egregio AMAUTA DE CELENDÍN, que siempre permanecerá en nuestro recuerdo.
Cambiando de giro, solamente debemos tener el juego del Sapo, -se me ocurre pedirle a Laurita, su juego de Los Jardines-, para que entonces recibas la más cruenta derrota y el más humillante suplicio delante de los escribas que pudieran presenciar tan catastrófica caída, entre brindis y brindis en el marco de una sabrosa parrillada bajo los árboles, aquí en Chaclacayito donde hay espacio hasta para regalar y armar un Evento Poético y otras Reuniones, ya verás mi hermano, alto Representante de la Literatura Universal.
Andando los días pienso tener varios juegos de Sapo como tuve cuando vivía en Sta Eulalia, aquellos juegos que regalé, quedándome con los bronces que llevé a mi ranchito de Lopecancha (Amazonas), lugar donde también desearía ofrendarte un gran apanado de aplastantes derrotas.
Como comprenderás mi dilecto Aeda, para mí el más alto precio es mi calidad de vida, y por ello no concurro a diversas invitaciones de bardos amigos, ni a ferias ni a concursos. Quizá de vez en cuando baje a Limamanta para vernos, pero cuando lo hago debo realizar algunas diligencias porque estoy preparando mi Recurso a la Corte Internac de DD.HH de la OEA con sede en Washington, con copia a la Comisión de DD HH en Costa Rica, cuyo resultado será mi jugoso cobro de unos 5 ó 6 palitos para adquirir otras propiedades a mi familia que tanto quiero. Como ves, así transcurre ahora mi existencia, siempre tranquilo, alegre y en paz, a la espera de abrazar a nuestros hermanos en un primer encuentro en aires girasolinos.
También espero que cuando nos veamos no estés luchando contra el tiempo, y escapándote de la tanda y tunda.
Bueno Jorge, gracias por tus benéficos correos, saluda porfa a JPQ, y cuéntale lo que te digo, pues ahora estoy paseándome con mi ñora, paseo que realizo a diario como para sacarle el jugo a esta pícara vida.
Con mis más cálidos abrazos.
raul galvez cuellar, el de la barba en Girasoles
http://rgalvezcuellar.blogspot.com/
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