Jorge Aliaga Cacho: MÉXICO Y PERU, SEMEJANZAS EN FRUSTRACIONES, VIOLENCIA Y POSIBILIDADES

Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.

Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
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jorgealiagacacho@hotmail.co.uk
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http://www.jorgealiagacacho.com/

9 de enero de 2015

MÉXICO Y PERU, SEMEJANZAS EN FRUSTRACIONES, VIOLENCIA Y POSIBILIDADES

foto: Fanny Yem Wong

Por Julio Yovera.

México y el Perú tienen una historia parecida, que además es común a los demás países y pueblos de América cobriza. Hernán Cortés, un español más o menos ilustrado que había pisado las instituciones educativas, y Francisco Pizarro, hispano analfabeto que no tenía más conocimiento que la que le bridaba la experiencia directa, dirigieron las expediciones que avasallaron a las culturas aztecas y quechuas. Según investigaciones realizadas eran primos. (1)

Los dos han pasado a la historia por haber impuesto el orden colonial español a culturas ancestrales desarrolladas, con pleno dominio de conocimientos superiores y de avanzada tecnología. En los dos escenarios, las fuerzas de Cortés y de Pizarro, “conquistaron” porque encontraron en las culturas regionales grietas de resentimientos y resistencia contra los aztecas y los quechuas. Esa división, más la superioridad de las herramientas de guerra, incluyendo al caballo, definieron el destino de los pueblos que hoy llamamos América. Este fue el suceso más importante de la humanidad del siglo XV.

De hecho, hubo diversidad de movimientos nativos de resistencia contra la presencia invasora. En lo que hoy es México, los caciques Tecum Umán, Teppepul, Cahí-Imox, Belehé-Qat, Jacinto Canek, Andrés Cocom, se pusieron a la cabeza de las rebeliones originarias. (2) En el Perú se dieron sendas sublevaciones, una de las más intensos fue la de Tupac Amaru. (3) Los dos fueron derrotados imponiéndose una férrea violencia física e ideológica; con la primera, diezmaron la vida y el cuerpo de los nativos; con la segunda, doparon la mente y la conciencia de la gente. Les hicieron creer que eran seres disminuidos y que las huestes invasoras eran supuestamente “superiores” y “civilizadas”. Así discurrieron largos periodos de dominación

A diferencia de América del Sur, la resistencia nativa de México careció de un proyecto nativo de liberación continental. Nuestra independencia, como sabemos, si bien fue fruto de los criollos, se hizo necesidad y conciencia a partir de la experiencia del movimiento nativista subversivo de 1742 que lideró Juan Santos Atahualpa y particularmente el de Túpac Amaru II, que desde 1780 remeció las bases del orden colonial. (4) La desventaja fue que, derrotado este movimiento, fracasó el proyecto emancipador desde la visión de los sectores sociales nativos o indígenas.

Así llegamos al siglo XVIII. La independencia de México fue un acto que tuvo en los sectores religiosos católicos a sus destacamentos de vanguardia. ¿Qué sucedió para que los representantes del catolicismo aparecieran como los guías espirituales de la emancipación?

La historia registra que el famoso Grito de Dolores del sacerdote Miguel Hidalgo (1810) inició una gesta sostenida cuyo corolario fue la libertad de México, en Septiembre de 1821. (5) En el caso del Perú, factor motivador de la independencia fue la Carta a los españoles americanos, que redactó el sacerdote jesuita Juan Pablo Vizcardo y Guzmán (1799) (6) En ambos casos el pensamiento libertario venía de los sectores progresistas católicos, del cuestionamiento al conservadurismo colonial, a la influencia del pensamiento liberal y al impulso de las ideas y cultura de la Ilustración.

Sin embargo, ni en México ni en Perú, la independencia resolvió las contradicciones de las dos sociedades republicanas. En México, la feudalidad se mantuvo y era previsible un estallido democrático y popular contra la férrea concentración de la tierra, que polarizaba al país entre hacendados ricos y campesinos pobres; además se dio también, igual que en el Perú, una contradicción racial y étnica: criollos e indígenas.

En el Perú, nuestro Amauta José Carlos Mariátegui fue el primero que estudió con rigor científico y con espíritu reflexivo y crítico la situación de México, y fue el primero de los intelectuales de nuestras latitudes que enfatizó en toda su expresión el carácter nacional del problema indígena. Hoy, a la sombra de la tragedia y la violencia que cuesta vidas, podemos decir que a pesar de los años, el pueblo mexicano y el pueblo peruano carecen de identidad y esa es una de las razones para que las olas racistas revienten con fuerza en la marea social (7)

En el Perú, en plena guerra con Chile, las clases dominantes, en tanto que ratificaban su vocación entreguista, imponían al pueblo su feroz dictadura de clase. La crisis que se vivió en la guerra generó una polarización al interior del país. Ese fue el contexto que explica la rebelión de los líderes andinos Atusparia y Uchcu Pedro, quienes se levantaron para defender los intereses de una población que era marginada y violentada. El escenario de la rebelión andina contra el poder criollo fueron los valles y cimas de Ancash y terminó en una masacre: miles de andinos fueron asesinados.

A inicios del siglo XX, Porfirio Díaz el caudillo de México implementó reformas a favor del capital. En la misma década, en el Perú, Augusto B. Leguía abría un ciclo de penetración del capital extranjero. Se “modernizaron” las sociedades de Perú y de México. Se experimentó un proceso en los dos países de inversión capitalista, que terminaron influyendo en la estructura productiva. En el Perú se inició el auge del petróleo, los minerales y el caucho, y en México se explotó principalmente oro y plata. Se configuró de ese modo, en ambas sociedades, el carácter primario exportador de las economías. .

México, a diferencia del Perú, tuvo su revolución agraria; fue la rebelión del surco y de la hoz contra el poder de las castas criollas. Esa revolución fue obra de masas campesinas dirigidas por caudillos, con un Programa anti feudal y una demanda de reforma agraria, pero sin un proyecto de nación y sin una visión de desarrollo para el país.

La institucionalización del agrarismo tuvo sus limitaciones. Las hazañas de Pancho Villa y de Emiliano Zapata, en 1910, (8) quedaron en el imaginario popular, en la literatura y la industria cinematográfica y ahí sobreviven. En Perú, las gestas de lucha anti feudal no alcanzaron las connotaciones que tuvo México, pero se dieron movimientos de los sectores andinos como el de Luis Pardo, que la historiografía oficial pretende convertirlo en un simple bandolero cuando en realidad fue el líder de una rebelión que reivindicó los intereses del campesinado y que operó en el valle de Chiquián, en los años de 1900 a 1909. (9)

En tiempos más recientes, los sectores populares de México y Perú han luchado por mejorar sus niveles de vida. Las reacciones de las clases conservadoras han sido de ferocidad y crueldad extremas. En México, en 1968, se masacró en la Plaza pública a 400 estudiantes y más de mil fueron heridos de gravedad. Los militares quisieron borrar las manchas de la sangre del pueblo, que tiñeron de rojo intenso la plaza y las calles, pero no pudo impedir que el mundo enteró conociera el horror de esa violencia demencial (mayo de 1968, Plaza de Tlatelolco).Días Ordaz era presidente, hoy es un cadáver de ingrata recordación. (10)

En el Perú, en plena lucha interna, en junio de 1986, se produjo lo que se considera el más grande crimen masivo de un régimen de gobierno de América Latina contra reclusos. En el penal El Frontón (isla ubicada a pocos kilómetros del puerto del Callao, en Perú), fueron asesinados de 300 presos. Alan García era presidente. Actualmente García, inmune gracias a un Poder Judicial corrupto, se apresta, con la complicidad de su Partido (el APRA, que Haya de la Torre fundara en México) a lograr un tercer mandato presidencial. (11)

En 1992, se produjo el secuestro y asesinato de un docente y 9 estudiantes de la Universidad Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta. El Gobierno lo presidía Alberto Fujimori, tristemente célebre por ser el presidente más corrupto de la historia republicana del Perú. (12)

En el año que acaba de concluir, 43 estudiantes de Ayotzinapa, Estado de Guerrero, México, fueron asesinados y quemados. Las manos asesinas son de militares pero los dos sujetos responsables de este crimen son José Luis Abarca, alcalde del distrito y a Enrique Peña Nieto, presidente de la República. (13)

Hace mucho tiempo, el Estado mexicano se ha convertido en una institución instrumento del poder y del narcotráfico. En el brillante discurso que pronunció Gabriel García Márquez al recibir el Premio Nobel de Literatura, en 1982, dijo: “El general Antonio López de Santana, que fue tres veces dictador de México, hizo enterrar con funerales magníficos la pierna derecha que había perdido en la llamada Guerra de los Pasteles” (14). Si comparemos esos dos hechos nos parece desproporcionado que los cadáveres de 43 jóvenes cuyo delito era soñar con un país respirable no sean encontrados aún y menos sepultados.

Al momento de cerrar esta nota, los jóvenes de México están en las calles, exigiendo su derecho a la vida. En el Perú miles y miles de jóvenes protestan contra un modelo que mide el desarrollo del país en función de lo que atesoran. Todas las burguesías de todas las latitudes miden sus logros por lo que acumulan. Si entendieran alguna vez que no todo es cuestión de capitalización y rentabilidad, el mundo sería mejor. No lo van a entender y por eso mismo, el fantasma de la lucha social de la que nos habla el viejo Marx, retoma y aligera su camino.

Bibliografía:
1.http://www.academia.edu/2388582/HERN%C3%81N_CORT%C3%89S_E_FRANCISCO_PIZARRO_HIST%C3%93RIA_E_MEM%C3%93RIAS

2.- http://www7.uc.cl/sw_educ/historia/america/html/3_2.html