Por Laura Gálvez Salazar
Selheni es una pequeña y feliz niña,
que les pide a sus padres que le compren una mascotita, pero ellos le
responden que no es posible debido a su alergia, a las pelusas y al
polvo.
La niña ante esta respuesta queda
triste, pero el amor de sus padres la consuela. No obstante, cada vez
que en su camino se le cruza un perrito, exclama con mucho cariño ¡hay
como me gustaría llevarte a mi casa!.
Cierto día cuando la niña se despierta
sus padres le dijeron "vamos de paseo con tus hermanos"; y así lo
hicieron. Grande fue su sorpresa cuando se dio cuenta que estaban en la
calle donde vendían mascotas. Ella alegre acariciaba a cada uno de
ellos, y su padre no tuvo más remedio que comprarle un Cocker Spanish,
una linda mascota.
¡ Que hermosa! decía la niña cada vez que observaba a su mascota.
¡ viva! ¡viva! cada vez que veía los accesorios que su mascota necesitaba.
Y así le compraron su cama, su
huesito, su pelota de jebe, su correa, su ropa etc., para que Estrellita
se sintiera bien y parte de la familia.
Cuando llegaron a casa Estrellita
mostraba desconfianza y temor, pero Selheni la acariciaba y le mostraba
su cariño, hasta que la hizo dormir.
Al despertar Estrella, lo primero que
vio fue a la pequeña dueña, quien la observaba detenidamente, ambas se
miraban y de repente Estrella corrió hacia la niña, se tiro sobre ella y
le lamió el rostro, Selheni la cogió entre sus brazos, la apretó contra
si y le dijo que siempre estaría con ella, se encargaría de cuidarla y
darle cariño.
Y así fue, cada mañana al despertar
Estrella corre a saludar a su dueña y la despide cuando tiene que
marchar hacia la escuela, igualmente la espera en la puerta cuando
regresa, ambas son muy unidas.
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