Poema dedicado a Sylvia Thomson (2001) |
Versión Primera para libro.
Como viento al alma
Por Jorge Aliaga Cacho
Entraste como viento al alma,
remolino,
para acariciar mis penas,
botitas irlandesas repiqueteando,
mi corazón enfermo.
Cuánto puede durar un vendaval.para acariciar mis penas,
botitas irlandesas repiqueteando,
mi corazón enfermo.
Inesperado.
Sorpresivo.
Mirada negra de luz blanca y negra,
figura etérea,
cabellera africana, sonajitas.
Volviste.
¡Oh hebdomadaria espera!
El profesor espera,
Llegaste, viento sonriendo,
sentose en esa aula de dolor,
pena y defunción.
¡Pongan sus diccionarios sobre los pupitres!
Hoy vamos a conjugar el verbo SER:
Soy
Eres
Es
Somos.
¿Qué soy corazón?
Dímelo tú, viento.
Tus manitas se agitaban.
Diccionario, páginas, felices,
y mi corazón lloraba tu alegría.
Volaste, a una de tus estrellas,Tus manitas se agitaban.
Diccionario, páginas, felices,
y mi corazón lloraba tu alegría.
mi alma quedó con el recuerdo,
botitas marrones,
canillitas abrazadas,
sujetadas por pasadores gastados,
como mi espera.
Desde ese día busqué el céfiro,
susurro de tu brisa.
Huracán de tu boca que nunca
arrasó mi boca.
Quiso Dios un día,
que mi pena se convirtiera en tifón,
busqué,
te encontré,
lluvias,
nos unimos en trueno,
lloramos,
y juntos volamos suertes de alegrías y desgarros.
¡Ay de mí, corazón!
COMO VIENTO AL ALMA
Distintas sensaciones en un mismo trabajo, bello poema, gracias.
Claro Eugenio Rodriguez
Hermoso poema que provoca sensaciones contradictorias, desde la dulzura al dolor. Felicidades. Un beso.
María Oreto Martínez Sanchis
Excelente poema, cada línea es un elogio y grito de nostalgia, felicidades poeta.
Luzhiano
Hola Jorge, Que bien escrito y que buena narrativa, te felicito amigo, un abrazo.
Carlos Martínez
Es una gran historia convertida en poema. Tanta nostalgia y amor que llega al alma.
Milagros Hernández Chiliberti