Derek Trotter |
Por Jorge Aliaga Cacho
Derek Trotter, comediante inglés, nacido en el sur de Londres, ha sido el artista que más he disfrutado de la televisión británica. Más de la mitad de mi vida, la he vivido en Escocia y por eso recuerdo agradecido aquellas tardes que al llegar a casa, encontraba una sartén humeante agitada por Anne, mi esposa, la tetera hirviendo, lista para el te, y el programa de televisión ''Only Fool and Horses'' con Derek Trotter como figura principal. No existe precio a pagar por las satisfacciones y risas obtenidas gracias al talento, trabajo escénico y el singular personaje: ''Del Boy'', con el que Derek hizo disfrutar de sus ocurrencias a toda la familia reunida en casa, en aquel pequeño y querido departamento en Stockbridge, que colinda con la Edinburgh Academy, la escuela donde estudiara el escritor, Robert Lewis Stevenson, en Edimburgo.
Como agradecimiento a David Trotter, Rodney, Raquel, Damien y todo el plantel de la serie, público en mi blog la traducción de la introducción a su libro ''Del Boy: He who dares''.
Cuando esa atractiva mujer, editora de Ebury Publishing, se puso en contacto conmigo, y me preguntó si alguna vez había considerado escribir la historia de mi vida, tuve que ser honesto y decir que sí, que lo había hecho, muchas, muchas veces. Es solo que, como siempre he sido un hombre de acción más que de palabras, nunca había encontrado el tiempo para sentarme y hacerlo bien. Pero ahora que estoy semi-retirado y disfrutando de mis días de merecido descanso, sentado, mirando la alfombra, pensé: Sí, ¿por qué no? Después de todo, he vivido una vida rica y llena de acontecimientos, ¿por qué no compartirla con el mundo a cambio de una parte decente de las ganancias? Lucy (creo que se llamaba así, fue hace ya un tiempo) estaba muy contenta y no podía agradecerme lo suficiente (aunque luego le había puesto un poco de après moi, le deluge, que en mi experiencia es suficiente para ablandar a las mujeres bonitas más duras), pero le dije que tendría que discutir el asunto con mi asesor financiero y hermano, Rodney, antes de que yo pudiera decir algo. Entonces, le di su número y le dije bonjour por el momento (nunca te hagas el interesante).
Rodney, me llamó cinco minutos después, así que debieron haber tenido una charla bastante profunda, y si Lucy sonaba emocionada, ¡Rodney parecía estar preocupado! Al principio, pensó que era su amigo Mickey Pearce quien lo estaba molestando, (Lucy tiene una voz anormalmente profunda para una mujer bonita).
Rodney hizo todo lo que pudo para desanimarme de esa idea, así siempre lo hacía, pero ya era demasiado tarde: ya había encontrado un lapicero en el suelo, al costado del sofá, y estaba buscando por una hoja de papel. En ese momento no me di cuenta del todo, pero me había picado el gusanillo de la escritura. Y, desde ese día, hasta hoy no he hecho prácticamente nada más que escribir: poemas (bueno, quintillas cómicas), cuentos cortos, cuentos más largos, listas de la compra, boletos de apuestas... No me importa, solo tengo esta profunda y ardiente necesidad de expresarme. Y lo realmente genial, ahora que no estoy tan vivaz como antes, es que puedo hacerlo todo sentado sobre mi trasero.
Lucy, echó un vistazo al primer borrador y me preguntó si había considerado contratar a un escritor fantasma (y usar un diccionario, yegua descarada), cosa que no había hecho. No es que tenga nada en contra de los negros literarios, pero, como le expliqué, esta es la historia de mi vida, no una historia de terror. De todos modos, seguí su consejo sobre el diccionario y volví a escribirlo unas cuantas veces. Y este libro que estás leyendo ahora es el resultado final de mis esfuerzos.
Probablemente no te des cuenta, pero eres una persona muy afortunada, porque no solo has hecho una inversión muy inteligente en un libro de verdad (tiene notas a pie de página, corchetes, comas introvertidas, contexto, subtexto, teletexto, ¡de todo!), sino que además, literalmente, tienes mi vida en tus manos. Está todo ahí, los altibajos, las risas y las lágrimas, el sol y la lluvia, lo... ancho y lo estrecho, y así sucesivamente. Así que sírvete un trago si tienes sed, si no, no te molestes, y ponte cómodo mientras te llevo en el viaje que es mi vida hasta la fecha. Me llevó unos setenta años recorrer el camino más largo, tú lo lograrás en unas pocas horas. (David Trotter).
Traductor: Jorge Aliaga Cacho
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