Por Jorge Aliaga Cacho
Diferentes eran los grupos envíados a los campos de concentración nazi. A todos ellos se les otorgaban símbolos, que deberían llevar prendidos en la prenda de vestir. Esto lo hacían con el propósito de identificar, desde la perspectiva nazi, 'la inferior condición del oprimido'. Los símbolos, a los que me refiero, eran triángulos invertidos y cada grupo tenía un triángulo de color diferente.
Los criminales, llevaban un triángulo invertido de color verde; estos eran cosidos en la prenda de vestir, a la altura del pecho. Los prisioneros políticos llevaban un triángulo de color rojo. El triángulo negro, era para los vagabundos e inconformes. A los gitanos, se les asignaría un triángulo de color marrón. A los testigos de Jehova se les daría un triángulo morado y, a los homosexuales un triángulo rosado. Los judíos, por su parte, eran obligados a coser en la prenda, una estrella amarilla y, de pertencer a otra categoría, se les asignaba, adicionalmente, el color del triángulo correspondiente a dicho grupo. Así los dos símbolos, juntos, formarían una estrella.
Los infortunados, que eran llevados a los campos de concentración, tenían una esperanza de vida de tres meses. En el campo de internamiento, estos grupos, desempeñaban labores forzadas. Los nazis, también utilizaban los cuerpos de los internos para realizar brutales experimentos. Estos últimos eran realizados sin el empleo de anestecia. Para este menester, seleccionaban los cuerpos de los gitanos, los de algunas etnias polacas, prisioneros soviéticos, discapacitados y judiós de toda Europa. Los procedimientos eran inhumanos. Muy pocos sobrevivían a los maltratos. Los que pervivían los experimentos, quedaban desfigurados y/o, con alguna discapacidad física o mental. Los nazis, estaban convencidos de las 'bondades' del eugenismo que les permitiría, según ellos, significativo ahorro de recursos económicos. Los métodos que usaban, para este fin, incluían la esterilización: algo similar se hizo con las mujeres peruanas, en la época de Fujimori. Los nazis también llegaban, aunque sin disimulo: a la ejecución.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), también ha denunciado la eventual 'ejecución y masacre de manifestantes durante la represión de las protestas sociales en el Perú'.
Es inaceptable que, en pleno tercer milenio, sígamos soportando estas prácticas inmorales y represivas. En el caso de la eugenesia, esta, históricamente, ha sido usada como justificación para pericias discriminatorias y violaciones de los derechos humanos. Así lo ha sentenciado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Desde este blog seguiremos haciendo recordar y exigiendo que se haga justicia a las víctimas de la represión en el Perú y el mundo.
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