Artilleros antiaéreos soviéticos en el techo del hotel "Moscú". En el fondo, el Kremlin disfrazado. |
Actores estadounidenses. |
Por Jorge Aliaga Cacho.
'El Día de la Victoria' conmemora la victoria del Ejército Rojo sobre la Alemania fascista en la Gran Guerra Patria de 1941-1945. Esta celebación oficial fue creada por Decreto del Presidium del Soviet Supremo de la URSS del 8 de mayo de 1945 y se celebra el 9 de mayo de cada año. Desde 1965, el Día de la Victoria ha sido el día festivo más importante del calendario soviético y también lo es, hoy en día, en la Federación de Rusia.
La Historia
Berlín había quedado completamente sitiada el día 24 de abril y Hitler ordenó al general Helmuth Weidling que defendiera la ciudad. El Alto Mando Supremo Soviético, mientras tanto, conocido como la Stavka, ordenaba a los generales Kónev y Zhúkov la captura de la ciudad teutona. Stalin, inteligentemente, propició una competencia entre los dos generales para ver quien llegaba primero a la toma del Reichstag y de esa manera compartir la gloria. Más de 27 millones de soviéticos murieron en la guerra. Ese inmenso sacrificio trató siempre de ser ocultado por la media capitalista que, en su lugar, nos engañaba con programas televisivos bélicos sobre la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo 'Combate', donde los héroes de la película eran los actores estadounidenses: Vic Morrow (Sargento Saunders), Rick Jason (Teniente Gil Hanley), o Dick Peabody (Little John). Por esas ironías que nos manda la vida, el actor estadounidense, Vic Morrow, que interpretaba al Sargento Saunders, fue decapitado por las palas de un helicóptero durante el rodaje de una película, en 1982.
Fue labor de los comunistas alrededor del mundo contar la verdad sobre la guerra contra el fascismo. De no haber sido por esa labor las nuevas generaciones no habrían tenido rastros de la verdadera historia y hubieran seguido pensado que la guerra la ganaron los estadounidenses y sus aliados capitalistas. Si bien es cierto la participación de los aliados también fue meritoria, su incursión no hubiera sido posible sin las victorias heroicas y el sacrificio de decenas de millones de soviéticos.
Terminado el asalto a Berlín, Wilhelm Keitel, firmó la capitulación incondicional el 8 de mayo de 1945 a las 22:43, (0:43 del nueve de mayo según la hora de Moscú), ante el mariscal de la Unión Soviética Gueorgui Zhúkov y los ídemás comandantes de las tropas aliadas. La diferencia horaria explica por qué en los países occidentales la victoria se celebra el 8 de mayo mientras que en Europa del Este se celebra el día 9 de mayo.
En esta guerra el Ejército Rojo defendió a su país pero también liberaron a Europa de los invasores fascistas. Cuando llegaron a Berlín consiguieron la rendición del enemigo que depuso la armas frente al poderío del Ejercito Rojo. En Rusia, la II Guerra Mundial es conocida con el nombre de “Gran Guerra Patria” porque esta llegó a todos los hogares. No existe ninguna familia soviética que no haya tenido combatientes fallecidos en esta guerra. Actualmente se pueden ver en los pueblos del este europeo placas recordatorias de los soldados de esos pueblos que ofrendaron sus vidas para la liberación de la humanidad. Son listas interminables y algunas registran los nombres de familias completas.
Todos los años, con excepción del presente año de pandemia, un desfile militar en la Plaza Roja de Moscú es el punto más importante de la celebración. Desde el año 1943, a iniciativa de Stalin, se puso en efecto la disposiciòn de un decreto, por el cual debieran dispararse salvas de fuegos artificiales, para celebrar la liberación de Oriol y Bélgorod que habían sido tomadas por los nazis. Después del colapso de la Unión Soviética esta celebración sufrió un debilitamiento pero, en 1995, al cumplirse 50 años de la victoria recuperó su fuerza. El 3 de mayo de 2012 presencié en Moscú los ensayos para dicha gran celebración cívico - militar. Grata sorpresa para mi fue ver pasar a tanques rusos en los cuales flameaba la bandera roja con la hoz y el martillo. Esa bandera es un sìmbolo del ejército soviético que el capitalismo ruso no ha podido desauorizarla. Tampoco, a pesar que lo intentaron, han podido poner fin al mausoleo de Lenin de la Plaza Roja. Cientos de placas conmemorativas y monumentos de homenaje al líder de la Revolución de Octubre todavía se yerguen dignas en todo el territorio de la Federación de Rusia y, particularmente, en el este del país. Cada año al lado de las murallas del kremlin se realiza la ceremonia oficial de la ofrenda floral a la Tumba del Soldado Desconocido. Desde el año 2005, entre los rusos se inició, lo que ya es tradición, la repartición de cintas de la orden de San Jorge, cintas de color naranja y negro, que son el símbolo de la victoria y que representa la continuidad de las generaciones y el agradecimiento a los veteranos de guerra. Esta podría ser una respuesta a la tradición británica, más antigua que aquella, que consiste en prenderse en la solapa una amapola roja del recuerdo (remembrance poppy), que en Bretaña es un símbolo de reconocimiento y homenaje a los soldados británicos que también lucharon en el conflicto.
¡Viva el 9 de Mayo!
¡Viva el Ejército Rojo!
¡Viva el Socialismo!
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