Por Raúl Gálvez Cuéllar
Falta algunos minutos para las ocho de la mañana
y vengo a la computadora para escribir cualquier cosa
cargando mis ochentaicinco almanaques
sin saber si alcanzaré los ochentaiséis,
Puede ser el hábito de escribir,
nadie sabe ni lo sabrá
y además esto a nadie interesa
lo que a uno le place y a otros no.
Pues bien, he pensado en ti
Gran Poeta y Excelso Amigo
Julito Solórzano Murga
para trazar al alimón
unas cuantas palabras espontáneas
que luego si me place
podré copiarlas desde aquí, siempre a mano
para aumentar el volumen de mis archivos;
y es que mi antigua máquina de escribir
ya exhibida en La Casa de la Literatura,
está ahora más vieja que yo mismo.
No es que me crea un Walt Whitman
con su Canto a mí mismo,
debo sacudirme de toda influencia
aún sabiendo que esto es muy difícil.
Una separación estrófica no estaría demás
cosas que uno escribe a la vejez,
una ensalada mixta
cuando falta pocos días
para el IV ENCUENTRO INTERNACIONAL
DE POETAS Y ESCRITORES que lleva tu nombre
a realizarse en la Amigable Ciudad de Huacho,
Cuna de valientes revolucionarios
que lucharon en las calles por los derechos del pueblo
de los trabajadores y obreros. Es la historia
de tu linda Tierra, querido Hermano Julito.
Para escribir no se requiere prepararse
sino únicamente soltar lo que se siente
y escuchar esa voz absolutamente anónima
que nos impulsa a seguir viviendo.
En estos momentos aparece en mi memoria
"Soy un Traidor de la Poesía", "La Perezosa del Poeta"
y "Cuando Muere un Poeta", entre otras cosas
del misterio de Las Letras. Nadie sabe
lo que nos trae el segundo que pasa
como José Pablo Quevedo y Jorge Aliaga Cacho
nombres de sendos Encuentros Internacionales.
Pero todos los escritores son nuestros hermanos
sin ninguna distinción, solo que hay que llenar los renglones
como para decir después que hicimos alguito
soltando sin esfuerzo al corazón.
Recuerda Hermano que "a cada rato nazco, a cada rato muero"
y que "mi bandera no tiene símbolo divisorio"...
Ya no quiero seguir porque me aprieta la flojera
y acabo de decidir ya no copiar estas líneas a mano
porque el tiempo es ahora lo que más vale para mí,
y entonces estas líneas solo tú las tendrás;
ya salí con mi gusto de escribir, y punto.
He quedado satisfecho con mi vida
porque siempre alenté a los jóvenes poetas
para que la Poesía nunca muera;
y porque ataqué sin misericordia
a los eternos explotadores de las masas.
Tal vez me animé a escribirte
porque este es tu año, mi querido Hermano.
Gracias por leerme y que Dios te bendiga.
raul galvez cuellar,
La Molina, Lima, 24 de junio de 2019
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