EL FRAUDE ELECTORAL DEL 10 DE ABRIL.
Por Carlos Angulo-Rivas
Una política de principios debe primar sobre los confusos acomodos de la resignación. El pueblo está desorganizado y permanecerá desorganizado si no se toman medidas de enfrentamiento a la imposición mafiosa de unas elecciones irregulares y fraudulentas, las mismas que han lanzado al país a una encrucijada sin salida posible entre los finalistas apañados por el JNE: Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori. Las coyunturas políticas crean la organización espontánea de las masas populares para luego constituirse en fuerza política. Recordando la historia, en el Perú tenemos el rechazo a los resultados electorales de 1962, cuando Haya de la Torre y Odría se pusieron de acuerdo para nombrar presidente al ex dictador, y fue Fernando Belaúnde con las barricadas de Arequipa denunciando el FRAUDE quien logró nuevas elecciones en 1963. La Marcha de los Cuatro Suyos denunciando el FRAUDE de la tercera elección de Fujimori fue otro hito histórico que cambió el curso de la historia con la renuncia por fax del dictador japonés. Las movilizaciones del Alto y La Paz en Bolivia generaron el liderazgo de Evo Morales y la derrota de la mafia de Sánchez de Lozada. Aceptar el FRAUDE resignados no es una buena posición política para la izquierda (Verónika Mendoza y Gregorio Santos) menos para el SUR peruano que vería frustradas sus aspiraciones de cambio político por segunda vez (Ollanta Humala los traicionó).
Primero hay que denunciar y rechazar el arbitrario manejo del JNE o sea el FRAUDE, pues está comprobado que en estas elecciones del 10 de abril el JNE y sus entes electorales han impuesto con toda IMPUNIDAD los resultados que padecemos. ¿Cómo dejar pasar la compra de votos en el Mercado Negro establecido por los fujimoristas filmados con profusión en pleno reparto de electrodomésticos, dinero en efectivo, alimentos y regalos, inclusive con la participación directa de Keiko y su marido, Kenji y sus partidarios, etc? ¿cómo la manipulación de las cédulas marcadas antes de la votación; la propaganda de los matones fujimoristas en las colas de votación?; y además, la ausencia de fiscalización, denunciada por la Comisión Europea en los gastos de campaña; o la denuncia de “farsa electoral” por el prestigioso The Economist; o la del Secretario General de la OEA, Luis Almagro de llamar elecciones Semi-democráticas en el Perú. Y para aumento del desbarajuste electoral impune tenemos la tacha a César Acuña y Julio Guzmán, y no a otros quienes cometieron las mismas irregularidades por las que estos dos candidatos fueron eliminados de la contienda de un solo plumazo; y ni qué decir de la absoluta parcialidad del JNE respecto a rebajar la valla electoral para salvar a la alianza Apra-PPC o Alan García-Lourdes Flores.
Frente a este escenario, resulta ridículo estar hablando de impedir el regreso del fujimorismo cuando el FUJIMORISMO ya ingresó por la puerta grande al poder con una mayoría regalada por el JNE en el Congreso de la República con 70 o 71 congresistas, La NULIDAD de estas elecciones debería ser una corriente de la izquierda (Mendoza-Santos) YA! inclusive de Barnechea, Guzmán, Acuña, Toledo; pues la resignación preparándose para el “mal menor” es una débil y confusa aceptación al FRAUDE y a la MAFIA que lo impuso. Para no hacer olas, se podrá elegir entre los impresentables PPK o Keiko, pero ello no legítima a las elecciones y menos al gobierno que vendrá.
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