Por Manuel Mosquera
a Juan Cristóbal
Cuando dejaron de canturrear las cuculíes
Nos dimos cuenta que la tristeza
Había puesto su velorio sobre las plumas del parque
Al cual tú acudías para decirnos
Que la paz/Con sus ojos aurorales
Era hija del sagaz petirrojo
Glorificado en la semilla del combate
Nos mostrabas los afiches que diseñabas
Acompañado de Bretón
Nos hablabas sobre las frentes bañadas con trabajo y sudor
Del eterno enfrentamiento que sostienen
Los signos náuticos con el hacha vigilante
Pero nosotros conocíamos tu secreto mejor guardado
La lírica de Hernández resguardando
Los manuscritos del fuego
Hasta el último aliento de la batalla
Fuiste honesto contigo y tus ideales
...Tu estarás como siempre en el parque
En el que aun las cuculíes hablan de ti
y nos traen el estruendo
De relampagueantes epopeyas.
Cuando dejaron de canturrear las cuculíes
Nos dimos cuenta que la tristeza
Había puesto su velorio sobre las plumas del parque
Al cual tú acudías para decirnos
Que la paz/Con sus ojos aurorales
Era hija del sagaz petirrojo
Glorificado en la semilla del combate
Nos mostrabas los afiches que diseñabas
Acompañado de Bretón
Nos hablabas sobre las frentes bañadas con trabajo y sudor
Del eterno enfrentamiento que sostienen
Los signos náuticos con el hacha vigilante
Pero nosotros conocíamos tu secreto mejor guardado
La lírica de Hernández resguardando
Los manuscritos del fuego
Hasta el último aliento de la batalla
Fuiste honesto contigo y tus ideales
...Tu estarás como siempre en el parque
En el que aun las cuculíes hablan de ti
y nos traen el estruendo
De relampagueantes epopeyas.
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