Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
email address:
jorgealiagacacho@hotmail.co.uk
https://en.m.wikipedia.org/wiki/Jorge_Aliaga_Cacho
http://www.jorgealiagacacho.com/

12 de octubre de 2008

X Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes

Fidel



"Granma" en primera plana informa acerca de nuestro encuentro con Fidel.
En la foto al centro se puede apreciar a nuestro\amigo Florencio Manuel Vargas
Por Jorge Aliaga Cacho 
Entre el 28 de julio y el 5 de agosto de 1973 se celebró en el Berlin, el X Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. La Repùblica Democràtica Alemana, hermosa, límpida, embanderada, recibía en su seno a destacados batallones juveniles que acudían al llamado del Comité Internacional Preparatorio del X Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes: ’Por la solidaridad anti-imperialista, la paz y la amistad’. Miles de jóvenes provenientes de 140 países del orbe, usarían todos los medios de transporte disponibles para darse cita en la patria de Rosa Luxemburg y Carlos Liebknecht. La Federación Mundial de Juventudes, FDJ, por su parte, esperaba con entusiasmo el recibimiento a los protagonistas de esta fiesta internacional: l30,0000 delegados con sus banderas, canciones, ponencias y consignas de lucha anti-imperialista. La delegación peruana iba con más de cien delegados y junto a la chilena fueron las más nutridas de Suramérica. En los barcos 'XX Aniversario' de Cuba y el 'Baltika', de la URSS, se embarcaron quinientos jóvenes cubanos. Los peruanos lo hicieron en el barco 'XX Aniversario'. Las dos embarcaciones zarparon de La Habana, un día soleado de julio, en medio del estruendoso sonido de sirenas, de embarcaciones grandes y pequeñas, que a manera de despedida, hacían sonar sus inmensas bocinas graves. La juventud cubana había organizado un excelente y variado programa que incluía visitas a los trabajadores de construcción civil, trabajadores marítimos, a la Universidad de La Habana, al colegio secundario Tupac Amaru. Allí, los peruanos entonaron, en coro improvisado, el vals Mi Perú a una audiencia escolar que luego se deleitara con los contorneos de Susana Baca bailando su 'Toro mata'. En la parte final del programa, reunidos en la escuela "Lenin", recibimos a Fidel. Allí, en un patio escolar, Fidel Castro pronunció un discurso dirigido a la juventud latinoamericana. Las palabras del líder indiscutible de la revolución cubana sería la estela de luz que alumbraría, para siempre, a la juventud de Nuestra América. Había llegado la hora de partir para Alemania. Desde la borda del barco divisamos la silueta de la costa habanera. Nos apenaba la partida pero también sabíamos que dentro de unos días, dieciocho para ser más exactos, seríamos testigos de los logros socialistas de un país europeo que era el orgullo del socialismo desarrollado. Los días en alta mar la pasamos preparando documentos, construyendo la unidad, noches poéticas, discursos políticos, manifestaciones artísticas, conversaciones infinitas. Las noches fueron también de música y baile pues viajaban dos bandas cubanas que se alternaban para ponernos el ritmo en la sangre: La Revé y Los Van Van. Los peruanos no se quedaron atrás pues, además de los músicos que Mario Delgado traía en su taller de teatro 'Cuatro tablas', también traían a la banda peruana, 'El polen', cuyo bombo hicieron sonar al paso de los peruanos en el estadio "Lenin" de Berlín, especialmente construido para el evento. Juan Gonzalo Rose la pasaría recluido en su cabina, casi toda la travesía, sufría de fuertes mareos. Años más tarde me contaría, entre anécdotas, acerca de su militancia comunista, acerca de aquellos terribles mareos que sufriera en su viaje a bordo del 'XX Aniversario'. Entre los viajeros también se encontraban Teófilo Stevenson, el campeón olímpico del boxeo cubano, y Rosa Davis, luchadora social norteamericana, hermana de la legendaria Angela Davis. Llegaríamos a Rostock, cumplidos los dieciocho días, un día de sol europeo: Raúl Nuñez, jefe de la delegación peruana, se había agenciado unos polos blancos con la imagen de Tupac Amaru impresos en el pecho. Los polos, si mal no recuerdo, fueron facilitados por Héctor Béjar que era funcionario del SINAMOS. Los siempre solidarios cubanos, al percatarse de la sencillez de nuestro aliño, nos obsequiaron pañuelos multicolores, que con la insignia redonda, logo del Festival, completaron el uniforme ‘oficial’. Existen varias anécdotas y recuerdos de los festivales mundiales que deberían registrarse. Recuerdo la siguiente: Por las calles de Berlín me crucé con la marcha de una banda militar que entonaba los acordes de ‘La batea’, canción chilena, con instrumentos de metal. Henchido de emoción, al reconocer la canción del Quilapayún, formé con ellos. ¡Oh surrealismo!, fue verme cantando las estrofas de aquella canción de la Unidad Popular, al frente de esa banda teutona. Un militar alemán, para no desentonar, o para hacerlo más carnavalesco, pues estábamos de festival, me encajó en la cabeza un quepi militar. Seguidamente, por un Berlín soleado, socialista, contento yo, cantamos el Himno de las Juventudes del Mundo: ‘Por sobre el odio y la guerra surge el canto de la humanidad...'