Julio Solórzano Murga |
Por Julio Solórzano Murga
Mi padre
Fue un hombre de mirada fija.
Fue guerrero como todo Padre
Que ama a su creación.
Siempre cuido mis pasos de pequeño.
Me hablaba con rudeza, así era él,
Solo éramos los dos tratando de vivir la vida.
Acostumbraba guardar su ternura, para días difíciles
Lloraba en silencio, para no entristecerme
Apagaba el candil y decía, mañana será otro día.
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