Por Raúl Gálvez Cuéllar
Conozco comentarios de Editores que lo único que destacan son los premios concedidos al autor a quien publican. Tenemos amigos a los que he llamado "cazapremios" por su obsesión exclusiva y excluyente a considerar únicamente la obtención de galardones, como si esto fuese garantía incuestionable. Y claro que no es así, porque según mi opinión los mejores escritores de todos los tiempos son quienes no recibieron premios o que los rechazaron por las razones que trato de decir en líneas anteriores. Hemos visto en países más desarrollados que la gente descansa leyendo, y hasta en los transportes públicos se nota esta actitud. Desafortunadamente los escritores más promocionados por las grandes Editoriales, no son los mejores, y por el contrario difunden ideas que deforman elementales principios morales y de creencias existenciales, las que en estos momentos no voy a detallar por obvias razones de espacio. Artículos como "Los Premios Literarios", de Jorge Aliaga Cacho, que anima este comentario, son muy valiosos porque descubre verdades que permanecen ocultas al entendimiento generalizado, de dejarse llevar por equivocaciones que hasta podríamos decir constituyen pensamientos generalmente aceptados, y que se debe corregir. También conocemos países mucho más cultos que el nuestro, donde circula la buena lectura al margen de toda contemplación a los "premios". El artículo en referencia, "Los Premios Literarios" es un valioso aporte al conocimiento, y porque reafirma la necesidad de contar de una vez por todas con la Ley del Escritor. Y aprovecho esta oportunidad para abrazar a mis hermanas y hermanos Poetas a quienes mucho extraño, a pesar de que me encuentre alejado de las Reuniones Literarias, que son los únicos momentos en que vivo plenamente esta aventura de existir. Abrazos y que Dios les bendiga. rgc.
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