Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
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http://www.jorgealiagacacho.com/

18 de abril de 2016

LA BRUJA DEL MATORRAL



(Cuento)

Por Saúl Gárate Farfán



Hace muchísimos años atrás, en el pueblito de San Juan de Allancay (ubicado dentro las estribaciones del imponente CAÑON DEL COTAHUASI-LA UNION_ AREQUIPA), vivía entre aromas de retamas e higueras una muchachita de carita angelical; labios, pétalos en flor y de un cuerpo, purita tentación.



Aún hasta hoy se comenta que por esos tiempos, un apuesto joven llamado Lorenzo, se había enamorado perdidamente de ella, logrando ser correspondido, pero, bajo ciertas condiciones, como no visitarla los días martes y viernes. Lorenzo fue montando en celos cada vez más enfermizos. Y no aguantó más, hasta que decidió terminar con este enigma que lo torturaba día y noche. Se puso al acecho. Un martes o viernes día que estaba vetado a visitarla se fue por la mañana y trepando una pared contigua a la casa de su amada, desde donde se podía acceder a una ventana, asomó sigiloso sin imaginar lo que percibirían sus ojos. Ella, su amada, yacía allí sobre su cama, de cúbito dorsal sin la cabeza que había sido seccionada del resto del cuerpo y del que se percibía un ronquido aterrador.



Lorenzo, recobró la calma y armándose de valor, bajó presuroso y tan luego regresó con una bolsa llena de ceniza con cuyo contenido taponeó profusamente el ensangrentado cuello. Sigiloso se alejó un tanto del lugar de los hechos y desde una prudente distancia se puso a observar lo que pronto vendría a suceder luego. Al rato, entre fuertes ventarrones que remeció los añosos arbustos llegó volando cual cometa extraviada, la cabeza de su amada dentro del halo de su blonda cabellera. Rovoloteó sobre el cuerpo inerte, trató vanamente acoplarse, mas al ver que todo esfuerzo le era inútil, irrumpió en un desconsolado llanto. – Lorenzo, amor mío ¿qué haz hecho con mi cuerpo? Le reprochaba a voz en cuello. De pronto el ladrido furioso de unos perros cercanos de la vecindad, espantaron a un venado que indiferente se guarecía bajo el follaje de guayabos e higuerales, quien saltó hecho una exhalación desde el fondo de los matorrales. 

La cabeza seccionada de la mujer, creyendo que su amado Lorenzo se había trocado en tan bello cervatillo, voló prestamente acoplándose en el acto al lomo del espantado animal, que en su desenfrenada huida se desbarrancó al río, mientras que la cabeza le imploraba: AL BARRANCO NO LORENZO, AL RIO NO LORENZO, se comenta que en noches de luna llena se logra ver al venado con la cabeza de la mujer al lomo, correteando al silencio de la noche por el puente de NIÑO CHACA . Lo que sigue, es otra cosa.

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