Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
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http://www.jorgealiagacacho.com/

5 de diciembre de 2015

Los Rolling Stones


Mick Jagger

Por Jorge Aliaga Cacho

Es hora de entender la importancia de apoyar a nuestros músicos, cantantes, artistas. Todo ciudadano de la Patria Grande debería entender la importancia de ello. Esto lo entienden con mayor facilidad quienes salen a vivir al extranjero, quienes sin diferenciar clase o raza, celebran unidos nuestra música. Tuve la oportunidad de dirigir una peña, por algunos años, en Escocia. Allí, promovimos, entre otros, a bandas peruanas como APU, y AMARU DE TINTA. Bolivianas como Inti Raymi, Awatiñas, Rumillajta, a Edgardo Villaroel. A mis amigos chilenos Galvarino Cerón y Carlos Arredondo, y hasta tuvimos la visita de algunos integrantes del grupo Inti-Illimani, cuando estos visitaban Edimburgo. También nos visitò Martina Portocarrero, entre otros artistas.
Tenemos que ver este fenómeno en su dimensión exacta. No creo que se trate de oponerse a la música de otras regiones del mundo porque toda música es bella. De lo que se trata es de ver que se haga justicia, y exista paridad en las oportunidades que se les brinde a los músicos y artistas del mundo. Para explicar poso la siguiente pregunta: ¿Alguno de mis lectores escuchó alguna vez en la radio a un grupo de Sitabamba o del Huauco? La respuesta seguramente es: No. Naturalmente, porque muchos no saben siquiera donde queda Sitabamba, uno de los ocho distritos de Santiago de Chuco, en el departamento de La Libertad, norte del Perú. Y posiblemente, tampoco sepan que el Huauco fue el antiguo nombre del distrito de Sucre, en la provincia de Celendìn, en Cajamarca. Lo anterior nos ayuda a ubicarnos. Pero, bueno, eso no venía al caso. Lo que quería proponer es que un grupo de Sitabamba o de cualquier otro lugar del mundo debería tener promoción en las cadenas de radio, televisión, industria de grabaciones etc. Para que existan grupos populares hay que hacerlos populares. Y ello se hace dándoles espacios en forma equitativa, pero aquí se aplica la ley del embudo.
Existe un mensaje en cada tema musical, no solamente es la tonada o el ritmo. Es también el contenido de la letra de las canciones que, muchas veces, no son entendidas por una audiencia que cae en la alienación. Existe música que apoya y difunde el sistema imperante, al igual que en la literatura, existe mùsica que promueven el dominio cultural. 
Cuando visitamos, o vivimos en Europa, nunca escuchamos en la radio local, o cadenas televisivas, nuestra música americana y morena. Claro, es que de acuerdo al criterio dominante no se debe ir en contra de una moda global. Todos los pueblos del mundo deben, de acuerdo a ellos: escuchar lo que programa el sistema a través de los medios de comunicación, ya sea en su forma oral, escrita, radial o televisiva. Nuestras canciones, libros, pinturas, etc., contienen ideas que podrían revolucionar al mundo. La cultura, alguien diría, es subversiva. A eso le teme el sistema y por ello descerebran a nuestros jóvenes, les limitan el derecho a elegir tal o cual pieza musical. Recuerdo que en los años sesentas, los programas de radio que lanzaban al aire mùsica andina, eran transmitidos a las 4 o 5 de la madrugada. Eran los programas para ´las cholas´. A ellas les daban su dosis de entretenimiento musical antes de explotarlas en el trabajo doméstico. Pero, claro, había también otro interés. Resulta que en el Perú, en la década de los sesenta, la SONY, del Japón, invadió el mercado con la venta de radios transistores al precio de un sol por cada transmisor. La radio llegó de esa manera a la jalca, a la puna. A través de la propaganda radial empujaban las ventas de la mercancìa capitalista. Y así llegó la idea de comprar, por ejemplo, la pila chola, porque era la pila 'de más larga duración´, los zapatos Bata Rimac, que tienen siete vidas, la 'pura' leche Gloria, la Coca Cola, Ña Pancha, para lavar tu ropa, etc. Entonces, lo que sucedìa era que con el manejo y control de la radio dirigían el mercado, pero tambiièn imponían su selección musical. Si antes, existía la necesidad de formar y tener músicos: hacer y crear música. Ahora, eso se suplía con el radio transistor, con la programación musical que difundía,  de preferencia, a la mùsica de afuera y cerraba las puertas a los mùsicos y artistas autòctonos. Entonces, empezamos a dejar calzar  ojotas, pues ahora preferìamos zapatos de plástico, "Siete Vidas", "Caramelo", que duraban menos y costaban más. Dejamos de consumir la leche pura que ordeñàbamos de nuestras vaquitas, ahora la leche la comprábamos en latas. Las vacas, o la producción de leche, serìan compradas por la fábrica Gloria, y la fàbrica Gloria nos la volverìa a vender, con valor agregado y mezclada con agua. Así, llegamos a una época de tuberculosis porque las familias no podían proveer de productos lácteos a los niños peruanos. Muchos cambiaron sus jugos de frutas naturales por las bebidas gaseosas. Eso se producìa por el bombardeo publicitario de las bebidas gaseosas, Inca Kola, 'la bebida de sabor nacional'. Coca Cola, la chispa de la vida. Y así, podríamos mencionar innumerables cambios culturales para retroceder, porque, que bueno hubiera sido que esos cambios hubiesen sido para avanzar. Lamentablemente, no fue así. Prueba de ello es que, en aquel entonces, se produjo un éxodo a la ciudades de la costa por parte de los pobladores de la sierra. Pero no venían a vivir a Lima o sus distritos aledañoss sino a vivir, como lo hacen hasta el día de hoy, en los terrales, en los cerros arenosos, donde no tienen instalaciones de luz, ni agua, ni nada. 
A Algunos peruanos, desde luego, sí les fue bien. Ellos pertenecían a las capas sociales que se aprovecharon de toda esta campaña a nivel mundial. Pues tenía que haber un sector de clase media que se beneficiara para que, con su complicidad, las empresas extranjeras se adueñaran de las economías nativas. Antes, sabíamos ver la hora, mirando la posición de los astros, ahora, para saberla teníamos que comprar un reloj Seiko, Omega, Tissot. Los ricos comprarìan Longines suizos o Rolex. Y esta ´moda´, sigue consumiendo las mentes de nuestros jóvenes que lo único que ven es el 'ascenso social individual', craso error. Si no, veamos, como a través del tiempo, los diseñadores del sistema neoliberal, siguen creando necesidades superfluas, para insertarlas en las mentes de los consumidores de nuestros países 

Leamos un anuncio reciente:
"Hoy daremos un repaso por el mundo de los relojes de moda para hombre. Y es que, un buen reloj es uno de los complementos que más nos ayudan a fijar nuestro estilo y que más cuentan de nuestra personalidad. Aunque en sus orígenes era más habitual el uso de relojes de mano, en la actualidad, los relojes de pulsera son los más populares por adaptarse de la mejor manera al ritmo de vida actual. La variedad de materiales es infinitamente amplia: caucho, titanio, acero o plata son algunos de los más habituales". Y los ingenuos o alienados les creen´ y se gastan la gratificación, comprando el reloj para impresionar a 'la flaca'. Ese es el mundo en el que vivimos. Volviendo a la música extranjera, desde luego que debemos recepcionarla, pero respetando la paridad con la difusión de nuestra música en los paìses de sus creadores. Si queremos, debemos escuchar las estridentes notas de Los Rolling Stones o Los Beatles.
Los que fueron al concierto limeño de los Rolling Stones, atraídos solamente por el sonido de las cuerdas y los tambores, o por la cara mediática de Mick Jagger, seguramente recibirían una sorpresa, al enterarse que Los Rolling Stones en su tema "Satisfaction", estaban denunciando al sistema social imperante en el cual vivimos. Sistema que no nos da satisfacciòn. 

No puedo obtener ninguna satisfacción
No puedo obtener ninguna satisfacción
Porque yo trato y trato y trato y trato
Yo no puedo conseguir no, yo no puedo obtener ninguna
Cuando estoy conduciendo en mi coche
Y ese hombre en la radio
está diciéndome más y más
Sobre alguna información inútil
Supuestamente para atraer mi imaginación
No puedo obtener ninguna satisfacción.

I can't get no satisfaction
I can't get no satisfaction
'Cause I try and I try and I try and I try
I can't get no, I can't get no
When I'm drivin' in my car
And that man comes on the radio
And he's tellin' me more and more
About some useless information
Supposed to fire my imagination.
I can't get no satisfaction.

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