Por Luana de Oliveira
Toroalco así se llamaba el testigo de un cariño allá nacido, que se alejaría por unos días pero que pronto volvería, con la intensidad jamas esperada, vivida o planeada.
Toroalco así se llamaba el testigo de un cariño allá nacido, que se alejaría por unos días pero que pronto volvería, con la intensidad jamas esperada, vivida o planeada.
Pronto estábamos juntos otra vez, compartiendo aquel día, otro domingo de alegría.
El destino ahora tenia nombre: INCACHACA, él decía, que era lugar de paz, antiguos amores y armonía.
Salíamos a explorar otra vez aquel lugar.
En una floresta llena de pinos su abrazo encontré y cómo olvidar el beso que allá le regalé.
El destino ahora tenia nombre: INCACHACA, él decía, que era lugar de paz, antiguos amores y armonía.
Salíamos a explorar otra vez aquel lugar.
En una floresta llena de pinos su abrazo encontré y cómo olvidar el beso que allá le regalé.
Mientras el viento una bandera tocaba, una foto grandiosa allá me sacaba.
En el camino largo entre subidas y bajadas a un puente yo miraba y allí estabas con una sonrisa de niño, reviviendo un pasado jamás olvidado y un presente jamás esperado.
Aquel bosque lleno de magia, amor, alegría, pasión, armonía.
Donde solo Dios era testigo de mi amor allá nacido.
Volví a sentir sus manos, su calor, su beso. El agua del lago que quietita nos miraba, el viento que suavemente soplaba, mientras una foto ahora yo te sacaba.
Mientras el viento una bandera tocaba, una foto grandiosa allá me sacaba.
En el camino largo entre subidas y bajadas a un puente yo miraba y allá estabas con una sonrisa de niño, reviviendo un pasado jamás olvidado y un presente jamás esperado.
Aquel bosque lleno de magia, amor, alegría, pasión, armonía,
Donde solo Dios era testigo de mi amor allá nacido.
Volví a sentir tus manos, tu calor, tu beso. El agua del lago que quietita nos miraba, el viento que suavemente soplaba, mientras una foto ahora yo te sacaba.
Aquel día en que mis lagrimas dibujaran el camino a casa, lágrimas de alegría de haber vivido aquel día.
Lágrimas de dolor en saber que en algunas horas perdería aquel hombre, que ahora soñaba en llamarle:mi amor.
Aquel día en que mis lagrimas dibujaran el camino a casa, lágrimas de alegría de haber vivido aquel día.
Lágrimas de dolor por saber que en algunas horas perdería aquel hombre, que ahora soñaba en llamarle: mi amor.Contigo re-aprendí a amar, y hoy sé que no hay distancia que pueda borrar, el sentimiento allá nacido, compartido y vivido. Aquel día.
Contigo re-aprendí a amar, y hoy se que no hay distancia que pueda borrar, el sentimiento allá nacido, compartido y vivido. Aquel día.
En el camino largo entre subidas y bajadas a un puente yo miraba y allí estabas con una sonrisa de niño, reviviendo un pasado jamás olvidado y un presente jamás esperado.
Aquel bosque lleno de magia, amor, alegría, pasión, armonía.
Donde solo Dios era testigo de mi amor allá nacido.
Volví a sentir sus manos, su calor, su beso. El agua del lago que quietita nos miraba, el viento que suavemente soplaba, mientras una foto ahora yo te sacaba.
Mientras el viento una bandera tocaba, una foto grandiosa allá me sacaba.
En el camino largo entre subidas y bajadas a un puente yo miraba y allá estabas con una sonrisa de niño, reviviendo un pasado jamás olvidado y un presente jamás esperado.
Aquel bosque lleno de magia, amor, alegría, pasión, armonía,
Donde solo Dios era testigo de mi amor allá nacido.
Volví a sentir tus manos, tu calor, tu beso. El agua del lago que quietita nos miraba, el viento que suavemente soplaba, mientras una foto ahora yo te sacaba.
Aquel día en que mis lagrimas dibujaran el camino a casa, lágrimas de alegría de haber vivido aquel día.
Lágrimas de dolor en saber que en algunas horas perdería aquel hombre, que ahora soñaba en llamarle:mi amor.
Aquel día en que mis lagrimas dibujaran el camino a casa, lágrimas de alegría de haber vivido aquel día.
Lágrimas de dolor por saber que en algunas horas perdería aquel hombre, que ahora soñaba en llamarle: mi amor.Contigo re-aprendí a amar, y hoy sé que no hay distancia que pueda borrar, el sentimiento allá nacido, compartido y vivido. Aquel día.
Contigo re-aprendí a amar, y hoy se que no hay distancia que pueda borrar, el sentimiento allá nacido, compartido y vivido. Aquel día.
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