El primer vehículo que llegó a la Luna fue exhibido en Lima, en la otrora Feria del Pacífico, lugar que hoy ocupa Tottus, en la Av. La Marina, en el distrito de San Miguel. Allí, hace ya muchos años, nos tocó la noble tarea de resguardar a este histórico vehículo por encargo de la embajada soviètica.
La tarea la cumplimos conjuntamente con Pedro Aspillaga y el "Gordo" Pedro, los tres integrantes de la Juventud Comunista Peruana.
Al evento inaugural de la exhibición asistió el presidente de la República del Perú, el General Juan Velasco Alvarado. Esta es una foto para la historia de las relaciones de amistad entre el Perú y la ex Uniòn Soviètica.
Wikipedia:
El Lunojod 1 fue transportado a la Luna por la sonda Luna 17, el 17 de noviembre de 1970. El pequeño vehículo poseía ocho ruedas, tenía una longitud de 2,22 m y 1,60 m de ancho y un peso de 756 kg.
Teledirigido desde la Tierra, exploró ampliamente el Mare Imbrium (Mar de las Lluvias), realizando en casi un año de actividad más de 10 km de recorrido y transmitiendo a la Tierra más de 20.000 imágenes televisivas y 200 vistas panorámicas de una zona de más de 80.000 metros cuadrados. Logró realizar cerca de 500 pruebas experimentales sobre el suelo lunar, en las cuales analizó las propiedades físicas del suelo en 500 puntos y las químicas en 25 (ver RIFMA). Importante en esta primera misión fue la utilización del reflector-láser diseñado y construido por especialistas franceses, que permitieron obtener excelentes medidas de la distancia Tierra-Luna con una exactitud 100 veces superior a la de los métodos tradicionales de radio localización. Durante 10 días lunares, el Lunojod I obedeció las órdenes dadas por el equipo de Tierra, superando con creces los 90 días terrestres que se estimaron de vida útil, dejando de obedecer a los técnicos en octubre de 1971, al finalizar su undécima noche lunar. La causa del cese de actividad de esta sonda, fue debido al agotamiento de la pila isotópica de la calefacción del equipo de instrumentos, con el consiguiente congelamiento del mismo. En previsión de que no pudiese superar la undécima noche lunar, se planeó estacionar el Lunojod en una zona plana, para que una vez agotada su vida útil, aún pudiese servir como plataforma del reflector láser que se dejó apuntando a nuestro planeta. A pesar de permanecer en la Luna, en 1993 el vehículo robótico fue vendido en subasta por 68.500 dólares.