Jorge Aliaga Cacho en el Callao |
Por Ricardo Vacca, desde NY, USA.
Con referencia al vocablo ¡Chim Pum Callao! alegoría, enunciación, o alocución onomatopéyica, no existe un acuerdo entre los historiadores, lingüistas, antropólogos, psicólogos sociales o comunitarios, sociólogos, incluida la gente común y corriente del Callao o fuera del puerto.
Versiones múltiples intentan darle un nacimiento o significado a esta voz que ya ha trascendido los límites de nuestra patria y se ha convertido en un símbolo nacional qué identifica no solo al chalaco [o callauquino, a decir del periodista chalaco Ricardo Torres Llosa denominación real que le correspondería al habitante del Callao por haber nacido en dicha ciudad y no chalaco, alguien dijo que también le cave el gentilicio de Callaense o Callaino] sino que también identifica al peruano fuera del país.
Por ejemplo, quien escribe este articulo se haya viviendo en USA, New York desde hace un buen tiempo y encuentro que gente de otras nacionalidades cuando saben que soy peruano, me dicen ¡Ah, tu eres Chin Pum Callao! Y al preguntarle como es que saben que al peruano le dicen así, más de uno me contesto, “es que uno lo escucha por allí… es como Laura Bosso, -agregaron- todos sabemos que es peruana y que a los peruanos les faltan los dientes, la mayoría de los hombres son prostitutos, y que las infidelidades de los matrimonios se dan en las polladas…”. [Huelgan los comentarios de esta última alusión] Hace pensar que los programas de tv. realizados en el Perú por la abogada Laura Bosso se constituyeron como un símbolo de un distorsionado perfil psicológico-social del peruano, el ser desdentado, el plato nacional son las “polladas”, y que además los que asisten a las “polladas” son infieles, borrachos, violentos y mujeres celosas. Tópico que merece un análisis aparte.
Y es que el vocablo ¡!Chim Pum Callao!! se haya presente no solamente en la garganta del chalaco o del peruano en general, sino también es mencionado por algunos personajes celebres de la música, así tenemos que si nos ponemos a escuchar la canción salsa “La Múcura” [cuya letra comienza, “...la múcula esta en el suelo mama no puedo con ella...”] grabadas por el fallecido cantante de los cantantes, Héctor Lavoe, al final de ella termina diciendo: ¡Chim Pum Callao!. El Grupo Niche, hasta inclusive el malogrado cantante Frankie Ruiz en sus Cd’s grabados en uno de sus tantos conciertos, la mencionan y se escucha al publico gritar ¡Callao!
El Gran Combo de Puerto Rico, en uno de sus conciertos comienza a aludir a la diversidad de nacionalidades que se había dado cita a dicho evento musical y dice: Puerto Rico y la gente grita ¡Presente!, Dominicana, ¡Presente!, Panamá, Cuba, ¡Presente!, Venezuela, ¡Presente!, presente, Chim Pum ¡Callao!. [Ellos no gritan Perú, gritan Chim Pum] El ex ministro de Cultura de Panamá el cantante don Rubén Blades también en uno de sus conciertos grita Chim Pum coreando el publico ¡Callao!. Hemos podido identificar que gente de otras nacionalidades grita también ¡Callao! aun sin saber que es el Callao, pero si saben que se trata del Perú.
Es que dicha voz ya identifica no solamente al chalaco fuera de su provincia sino al peruano fuera de los límites patrios logrando tener un significado que trasunta los límites propios del viril puerto, para convertirse en un símbolo nacional.
Dicha voz: ¡Chim Pum, Callao!, se viene repitiendo desde tiempos inmemoriales y tiene diversas explicaciones, referente a su significado y a su origen. Desde las tomadas de las fuentes orales de los familiares y personalidades del Callao. Voces que se convierten en rumores y estos en leyendas urbanas que a veces lindan con lo histórico y otras con lo absurdo. Leyendas que se originan, difunden, se modifican, cambian y se trasmiten de boca en boca. Existen algunos estudiosos –sobre todo chalacos- que han intentado dar una explicación y seguimiento al nacimiento o difusión de este vocablo. Descubrimos entonces que las explicaciones son de lo mas pintorescas y eso por que a veces la historia, las leyendas y los mitos, van de la mano y es difícil realizar un deslinde de los términos y es así que un hecho histórico se pierde en el hilo de lo posible o hasta de lo increíble pues se enreda en la madeja lo popular y de lo creíble.
Y es que el sonido de dicha palabra, es decir su onomatopeya, suena como algo beligerante, explosivo y hasta contundente. Dejemos a los lingüistas al análisis denotativo y connotativo del término, sin embargo aventurémonos a realizar un seguimiento de su nacimiento e inclusive de la trayectoria del celebérrimo ¡Chim Pum, Callao!, sobre todo ahora que se esta a punto de celebrar otro aniversario mas de su fundación el 20 de Agosto.
LA REALIDAD Y LAS PALABRAS
Bien sabemos que la realidad que nos circunda no es la realidad tal cual es. Eso significa que nuestro cerebro interpreta a realidad de acuerdo a mucho factores, que van desde la cultura, aprendizaje y hasta de acuerdo a los factores neuropsicológicos del individuo. Las palabras no siempre tienen un origen académico o mejor dicho, no son siempre validadas por un encuadre academicista o culto. Muchas de las palabras que originalmente fueron inventadas o creadas por un sector marginal de la población, o un pueblo, se han logrado difundir en tal magnitud que trascendiendo sus limites geográficos han terminado por ser aceptadas por la Real Academia de la Lengua Española como palabras académicas integrando después la historia de una comunidad, pueblo o nación.
LOS VOCABLOS, SUS DERIVACIONES Y DEFORMACIONES.
Así tenemos la palabra “cebiche” o “seviche” cuya escritura puede realizarse de ambas maneras. Lo que originó esta forma dual de su escritura fue una anécdota, en la cual estuvieron involucrados dos, de los más insignes representantes de la literatura peruana. Sucede que en cierta oportunidad, Don Gonzales Prada [político, periodista y escritor, articulista y filosofo] dirigió una carta a la Real Academia Española escribiendo dicha palabra de una manera y en otra oportunidad, Don Ricardo Palma [autor de la celebérrima obra “Las Tradiciones Peruanas”] la escribió de un modo diferente, pero refiriéndose al mismo potaje. La Real Academia para no desairar a ninguno de los dos personajes de la letras hispanas, terminó aceptando ambas formas de escritura, por lo tanto, se puede escribir de las dos maneras, pero es mas difundida la forma: “cebiche”, por utilizar el prefijo “ce” al hacer alusión a la cebolla, ingrediente principal de dicho potaje peruano.
EL VOCABLO “CHALACO”
Tenemos pues que palabras que tienen, a veces, un nacimiento oscuro y hasta desconocido, concluyen siendo difundidas y aceptadas por una comunidad y luego por un pueblo, pudiendo llegar a constituirse como expresiones que lo identifican. Entre ellas tenemos el término “chalaco” que identifica al poblador que ha nacido en el puerto del Callao. Su origen o nacimiento también se pierde en la oscuridad de los tiempos. Sin embargo, existe un documento, que data del año 1629, en el cual por primera vez se usa de manera oficial el termino chalaco, para referirse a la Provincia Constitucional del Callao, como “Puerto Chalaco”. Sin embargo, historiadores como Don Francisco Moore plantea en sus investigaciones que el gentilicio chalaco no se deriva de la palabra Callao sino viceversa, Callao proviene de la palabra Chalaco.
Si seguimos investigando. e ingresamos a los dialectos e idiomas en nuestro país, descubrimos que en el idioma aimara existen dos palabras “Challa” y “Haque”. La palabra Challa significa costa, y Haque = hombre, lo cual permite elaborar la hipótesis de la derivación a la de palabra Challa-Haque a la de Chalaco.
También hay quienes opinan que, según el idioma quechua, la palabra “Challauco” significa pescador derivando con el transcurrir del tiempo al vocablo chalaco.
Según otros investigadores, la palabra chalaco puede haber surgido de una deformación de la palabra Callao, originando Callaco derivando en Chalaco.
Otros investigadores aluden que, el término chalaco, proviene del término chala que quedó como prefijo y gentilicio de la palabra chalaco, y que se popularizó hasta dar nombre a sus pobladores. De esta manera son varias las hipótesis que pretenden dar explicación al apelativo denominativo del poblador del Callao, y al nombre de dicho puerto.
EL PUERTO DEL CALLAO
Dicho vocablo tiene a la vez un nacimiento u origen también oscuro y las hipótesis, que tienden a explicar su procedencia, son varias, las cuales, a veces, se pierden en lo anecdótico, alejándose de lo histórico y donde, lo objetivo y subjetivo, se mezclan generando una línea casi invisible entre la historia, rigurosamente investigada, y las fuentes orales, que a veces se imponen y dificultan la claridad del hecho histórico.
Estas son las características con las que el vocablo ¡Chim Pum! ¡Callao! Nace y se difunde. Y es que el vocablo ¡Chim Pum Callao! No solamente distingue al poblador procedente del Callao, por nacimiento [el chalaco neto], sino también al advenedizo,[el cual de manera accidental o intencional vive en el puerto del Callao].
Este vocablo se ha llegado a constituir en un símbolo, una voz que suena en los oídos y que, no solamente un sonido, sino una fuerza en el viento, como una bandera que se enarbola y se agita contra el cielo. Y es que el grito de ¡Chim Pum Callao! Suena como un grito de guerra, como una amenaza y hasta como una promesa de volver a recorrer las calles del puerto con el grito de: ¡Chim Pum Callao!
Es orgullo de una historia que se inició hace un millón de años, a inicios del pleistoceno, cuando comenzó la formación de la costa del puerto hasta la actualidad. Y es que la población chalaca ha sido testigo de múltiples guerras con el exterior y reyertas bélicas intestinas, hasta llegar el 22 de abril de 1857 cuando obtuvo el titulo de Provincia Constitucional.
El Gobierno de aquel entonces lo estableció de la siguiente manera: “ Considerando que la Provincia litoral del Callao ha merecido bien de la Patria combatiendo hasta rendir a los enemigos de la Constitución que desembarcaron en la mañana de hoy; decreta: en su articulo único.- La expresada Provincia se denominará “PROVINCIA CONSTITUCIONAL”
¡!CHIM PUM CALLAO!
De algunas fuentes orales se ha recogido que por los años 1890 y a inicios del 1900, cuando el fútbol en el Perú se iba popularizando de una manera incipiente y se difundía cada vez más, la rivalidad entre chalacos y limeños en lo que concernía a la competencia futbolera era muy intensa. Con el correr de los años y con la fundación de dos de los principales clubs de fútbol del puerto el “Atlético Chalaco” llamado el León Porteño, o la Furia Porteña, y luego la fundación del Club “Sport Boys Association”, es que la competencia se hizo más activa y los encuentros futbolísticos entre porteños y capitalinos fueron sucediéndose con mayor frecuencia.
Por aquellos años existían únicamente dos vías de acceso al puerto del Callao desde la capital, una era la avenida “La Colonial”, llamada posteriormente Av. Oscar R Benavides, y la otra era la avenida Progreso, llamada posteriormente Av. Buenos Aires y, en la actualidad, Av. Miguel Grau. Dichas avenidas fueron testigos de la aglomeración de gente que iba desde el Callao a la capital a espectar a su equipo favorito.
Como es lógico el equipo de futbol también iba a pie y se mezclaba con la “hinchada” yendo a la cabeza de la multitud. La mayor cantidad de gente que constituía dicha multitud, eran los pescadores del puerto. Durante ese largo trayecto la multitud iba dando vivas al equipo de fútbol y nombrando a cada uno de los jugadores. La gente al escuchar cada uno de los nombres de los jugadores gritaban ¡Callao! Y de esa manera llegaban motivados al certamen e identificados con el equipo del puerto.
Cuentan los vecinos que por el camino iban entonando canciones que algún ingenioso improvisaba al momento o que ya eran preparadas de antemano y/o conocidas por la multitud. Dentro de esas vivas y algarabía que despertaba dicho acontecimiento se lanzaban cohetes y algún pescador [a los cuales por aquel tiempo se les permitía pescar en ciertos sectores del mar con dinamita], sacaban sus cartuchos y los lanzaban al aire provocando tremenda explosión, la cual no espantaba a los integrantes del gentío, sino más bien, después de cada explosión la gente gritaba a voz de cuello ¡Callao! Esto provocaba, en el vecindario del trayecto, el denominado “cierra puertas” y a la voz de: “allí vienen los chalacos... allí vienen los chalacos”, las tiendas eran cerradas y las madres encerraban a sus hijos en sus casas. Los pobladores observaban a la multitud, desde el techo de las casas, y alguno que otro aplaudía al desfile de gente, mientras que otros lo observaban simplemente con ojos de asombro.
El chalaco iba de esta manera contribuyendo a la construcción de su perfil psicológico y social que ha logrado identificar en el escenario nacional. Iba tallando la imagen que después lo caracterizó: el ser peleador, bullanguero, fiero, deportista...
La multitud al llegar a la capital, se dirigía al improvisado estadio ubicándose en un lado del campo, compitiendo con las “barras” que alentaban al equipo capitalino. Se escuchaban en ese conglomerado de voces los petardos y los cohetes, llamados “surgidores”, porque al encenderlos se elevaban a lo alto produciendo un sonido como: sshhhhii, explosionando en la altura: ¡Pum! A lo cual la multitud coreaba después del Pum, ¡Callao! Y de manera cada vez más infrecuente durante el partido, se escuchaba alguno que otro dinamitazo después del cual, la multitud seguía coreando: ¡Callao! [La policía tenía prohibida la dinamita por lo peligroso, pero los pescadores acogiéndose a múltiples artilugios, la escondían entre sus ropas para cumplir su cometido.
Los encuentros eran fieros, lucha de valientes. Ponían hasta la última gota de sudor y de esfuerzo en la cancha. Era no solamente el encuentro de dos equipos de futbol, era el encuentro de dos mundos, de dos poblaciones que integraban el Perú, pero que cada una de ellas representaban su propio escenario, con sus costumbres, su vestimenta, su manera de hablar, de comportarse. El señorito limeño, el apitucado, el elegante de sarita y corbata vs. el pescador, el hombre de trabajo rudo, el aculturado, el tostado por el sol, el hombre con olor a mar y ojos de madrugada. Era el encuentro de dos corazones cada uno de ellos defendiendo a través de un partido de fútbol lo suyo, su mundo.
Con el transcurrir de los años, la modificación de usos y costumbres y la legislación, hicieron que el uso de la dinamita quedara en el pasado, en el hecho, pero no en la memoria o en el sonido, que esta producía; por ello, es que queda en los oídos, y en las venas del chalaco actual, lo que sus antepasados iniciaron y que quedó como un símbolo en la garganta del habitante del Callao. El sonido de los dinamitazos ya no se escuchan en la actualidad para celebrar algún acontecimiento, pero queda el sonido onomatopéyico que este produjo. El sonido del encendido de la mecha de dinamita, o del cohete de arranque [el surgidor], que era el “sshhhhh”, ahora se repite en la garganta con el característico “Chim”, donde “Pum”, es la explosión que desencadena la inevitable palabra: ¡Callao!!”.
Hay quienes creen que este fue el origen del celebérrimo vocablo ¡Chim Pum, Callao”. No “Chin”, como algunos opinan sino “Chim” con “M” pues ese se supone es el sonido del cohete o de la mecha de la dinamita. Otros investigadores le atribuyen un nacimiento más musical que el citado línea arriba. Dice el investigador chalaco C.F. Sánchez Olivencia que “Chin Pum Callao al parecer ha surgido en la historia del primer puerto cuando sus hijos quisieron expresar cabalmente su plena identificación con la causa del Callao histórico. El vocablo “Chin” –alude el investigador chalaco- es una voz onomatopéyica que pretende caracterizar al Callao con el sonido de los platillos “chin, chin, chin” con los cuales las antiguas bandas de músicos acostumbraban acompañar a las manifestaciones políticas o sociales de la época.
Del mismo modo el “Pum” –continua el insigne investigador- es el sonido del golpe del martillo sobre el tambor: “pum, pum, pum. Todo parece indicar –termina diciendo- que el vocablo surgió por el deseo de identificar al “chin pum” con el Callao en momentos en que el criterio de los chalacos de la segunda mitad del siglo pasado, se jugaba una causa importante para el futuro de la Provincia Constitucional.
Conclusion
Y es que el grito de ¡Chim Pum Callao! No solamente es una simple descarga emocional o fisiológica, es un grito de guerra, es un símbolo, es la palabra hecha vida, es el grito que corre por las venas ya no solamente del chalaco, sino que trascendiendo sus fronteras se ha constituido en un símbolo del Perú, en el extranjero. Palabras cuya oscura procedencia a veces no interesa, puesto que “el alma colectiva, esta formada por todos y a la vez por nadie” , pero se requiere de una voz para repetir.
Y es que el CHIM PUM CALLAO, es una voz que no solamente es propia del poblador chalaco, sino del peruano en general que la repite y la corea como propia y que a la vez reconoce en el chalaco a una persona diferente, ni mejor ni peor, simplemente “diferente”.
Nota: Correcciones de estilo hechas por Jorge Aliaga Cacho.
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