A la Pachamama nos refugiamos
y en un conjuro le brindamos:
Nuestros sueños sembrados de esperanza,
para una cosecha en lontananza!
La fogata nos calienta y ata
al ritual bendecido y compartido,
evocando a nuestros agoreros ancestros,
que desde el horizonte, llegan sus rezos...
La luna confidente nos protege,
mientras nuestras invocaciones se tejen,
nuestras manos hábidas se enternecen
acariciando la esperada cosecha:
Qué paso a paso, anuncia que a su tiempo florecerá!
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