Raúl Gálvez y su esposa, Lucyta |
Corría el año 1999. Más precisamente el primer día del mes de octubre. El maestro Gálvez Cuéllar y Juan Benavente habían recibido la noticia del fallecimiento de un gran vate. Su nombre era Mario Florián Díaz. Juan y Raúl, de los registros de la ANEA, se dirigieron de inmediato a la casa de Florián que Gálvez Cuéllar conocía muy bien. Allí, a todos los poetas asistentes, se les pidió que escribieran versos en homenaje al vate cajamarquino. De esta manera uno a uno fueron leyendo sus versos en cuerpo presente. Mario Florián nació un 5 de octubre de 1917, año de la Revolución Bolchevique. Aquí inserto, en exclusiva, para los lectores de mi blog, los versos que escribiera Raúl Gálvez Cuéllar. Nota ed. JAC.
Por Raúl Gálvez Cuéllar
La muerte no existe,
que los muertos hayan muerto es otra mentira:
viven con nosotros,
abren nuestros párpados en la mañana,
nos siguen y se sientan a la mesa.
La muerte está muerta: la mató el recuerdo
de tu habla que regresa con el tiempo,
de tu voz sin la que no puede andar mi soledad.
Por eso debo negarla,
negarla absolutamente,
porque la muerte no es sino una palabra
que pasa como una nube bajo el cielo.
Publicado en "CINCUENTA AÑOS", en "POESÍA, CUENTOS Y PENSAMIENTOS"; etc.
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