(Colectivo Avanzar)

Los últimos intentos de los gobiernos llamados nacionalistas, Argentina y Perú, se han visto enfrentados a la resistencia de sus pueblos, frente al avance de sus políticas de minería a cielo abierto. El nivel de conciencia de los ciudadanos a alcanzado en los últimos años un crecimiento notable, este es reflejado en la organización que se ha logrado para resistir de manera cada vez más amplia, la implementación de las políticas de entrega de nuestros recursos naturales, que los gobernantes han firmado a espaldas y en contra de la voluntad, de aquellos que les dieron su voto de confianza y los llevaron y aun los sostienen en el poder. Está comprobado científicamente, que ninguna actividad industrial es tan agresiva ambiental, social y culturalmente como la minería a cielo abierto (MCA). La minería a cielo abierto utiliza, de manera intensiva, grandes cantidades de cianuro, una sustancia muy tóxica, que permite recuperar el oro del resto del material removido. Para desarrollar todo este proceso, se requiere que el yacimiento abarque grandes extensiones y que se encuentre cerca de la superficie.
Como parte del
proceso, se cavan cráteres
gigantescos, que pueden llegar a tener más de 150 hectáreas de extensión y más
de 500 metros de profundidad. Vaughan (1989) considera que “en términos
ambientales y sociales, ninguna actividad industrial es más devastadora que la
minería superficial” (a cielo abierto). El sistema para la obtención se llama
lixiviación, “La lixiviación, o extracción sólido-líquido, es un proceso en el
que un disolvente líquido pasa a través de un sólido pulverizado para que se
produzca la elución de uno o más de los componentes solubles del
sólido”.El impacto sobre la vida silvestre y las aguas
Aunque son rentables para las compañías mineras, las minas que utilizan la extracción por lixiviación con cianuro son bombas de tiempo para el medio ambiente, tal y como lo indica el amplio estudio de la National Wildlife Federation de los Estados Unidos (Alberswerth et al, 1992), del cual citamos a continuación las principales preocupaciones:
A la vez que se extraen millones de
toneladas de mineral de minas a cielo abierto y se les trata con millones de
galones de solución de cianuro, las operaciones que utilizan la extracción por
lixiviación con cianuro trastornan los hábitats de la vida silvestre y las
cuencas hidrográficas, y pueden redundar en una multitud de riesgos para la
salud y el ambiente. Estos
impactos pueden manifestarse durante varias fases de la operación. Los estanques
de cianuro seducen a la vida silvestre. Ha sido registrada frecuentemente la
muerte de animales silvestres, en especial aves, atraídos por el señuelo de los
espejos de agua de esos estanques. La extensión generalizada de la mortalidad de
animales silvestres en las instalaciones que utilizan dicho proceso ha provocado
la preocupación del Servicio de Vida Silvestre y Pesquerías de los Estados
Unidos, a pesar de que existen técnicas para evitar la muerte de animales
silvestres, por ejemplo cercas y re-des que cubren las plataformas de
lixiviación y los embalses de almacenamiento, para impedir que las aves y los
mamíferos entren en contacto con la solución venenosa. Después de la lixiviación, el cúmulo de
mineral ya procesado contiene todavía vestigios de la altamente tóxica solución
de cianuro, así como de metales pesados concentrados que han sido precipitados
del mineral. Muchas operaciones optan por tratar los desechos contaminados con
cianuro enjuagando con agua fresca el cúmulo hasta que la concentración de
cianuro baje a un nivel inferior al máximo permitido (este nivel varía entre los
estados y países). Una vez que la concentración de cianuro baja al nivel
permitido, normalmente se deja en el lugar el material ya procesado, se compacta
y puede que se haga o no se haga el esfuerzo de reconstruir ecológicamente el
sitio. Si no se enjuaga totalmente el mineral usado y la roca de desecho, o si
se le deja sin tratar, el cianuro puede seguir filtrando-se al medio ambiente.
Tanto el cianuro como los metales pesados liberados por él (entre ellos se
encuentran arsénico, antimonio, cadmio, cromo, plomo, níquel, selenio, talio) y
otras sustancias tóxicas que se encuentran en el cúmulo y los lixiviados (por
ejemplo sulfuros), son una amenaza para las quebradas, ríos o lagos, para las
fuentes subterráneas de agua y para los peces, la vida silvestre y a las plantas
(citado también por Hartley, 1995).Otros autores llaman la atención sobre lo siguiente:
Las soluciones de cianuro utilizadas en la minería pueden filtrarse a las aguas subterráneas (freáticas) (Engelhardt, 1989). Los problemas a largo plazo derivados de la lixiviación de metales pesados de los cúmulos de desechos de las operaciones que utilizan la extracción por lixiviación con cianuro probablemente exceden el impacto directo del cianuro en sí (Hocker, 1989) Sobre los escapes de cianuro al medio ambiente
El
cianuro utilizado en el proceso de extracción por lixiviación puede ocasionar (y
ocasiona) daños ambientales y altos niveles de toxicidad para las plantas y los
animales, los derrames de cianuro pueden matar la vegetación e impactar la
fotosíntesis y las capacidades reproductivas de las plantas. En cuanto a los
animales, el cianuro puede ser absorbido a través de la piel, ingerido o
aspirado. Concentraciones en el aire de 200 partes por millón (ppm) de cianuro
de hidrógeno son letales para los animales, mientras que concentraciones tan
bajas como 0.1 miligramos por litro (mg/l) son letales para especies acuáticas
sensibles. Concentraciones subletales también afectan los sistemas
reproductivos, tanto de los animales como de las plantas. Las dosis letales para
humanos son, en caso de que sean ingeridas, de 1 a 3 mg/kg del peso corporal, en
caso de ser asimilados, de 100-300 mg/kg, y de 100-300 ppm si son aspirados.
Esto significa que una porción de cianuro más pequeña que un grano de arroz
sería suficiente para matar a un adulto. La exposición a largo plazo a una dosis
subletal podría ocasionar dolores de cabeza, pérdida del apetito, debilidad,
náuseas vértigo e irritación de los ojos y del sistema respiratorio. Hay que
tener mucho cuidado al manejar el cianuro, para efectos de prevenir el contacto
dañino de parte de los trabajadores. Sin embargo, según la industria, no hay
ningún caso de fatalidades humanas en las minas que usan las técnicas de
lixiviación con cianuro.
La
minería a cielo abierto, no solo destruye el entorno natural sino que además
acaba con un recurso tan vital como son las fuentes de agua, púes se requieren
grandes cantidades para el lavado del mineral obtenido, además destruye las
fuentes de trabajo de grandes grupos de la población campesina, que ven como sus
tierras y cultivos y animales de granja van muriendo frente a sus ojos y ante
la mirada impávida de sus representantes, a quienes solo les interesa mantener
sus rentas espurias, las cuales obtienen negociando con las grandes
corporaciones transnacionales, colocando un velo de sombras y muerte sobre el
futuro de las próximas generaciones. La lucha por la emancipación de la clase
obrera, partiendo de la expropiación de los medios de producción privados, y su
nacionalización bajo control obrero, debe, por esencia, modificar a beneficio de
la mayoría, las metodologías de producción. Esta modificación se desarrollará
consecuentemente con el avance de las fuerzas de producción, la tecnología y la
conciencia popular por sobre el tope capitalista. El pueblo gobernará para el
pueblo, por lo tanto todas las actividades que dañen y disminuyan la calidad de
vida de ese, serán modificadas para su bienestar. Desde el Colectivo Avanzar por
la Unidad del Pueblo llamamos a todas las organizaciones políticas y sociales a
profundizar la unión y la lucha continental frente a esta declaración de muerte
a la humanidad.