Por Jorge Aliaga Cacho
El 16 de setiembre de 1928 en la playa de La Herradura, se fundó el Partido Socialista que fue afiliado a la Tercera Internacional. Todos los participantes en la reunión fueron marxistas: Julio Portocarrero, Avelino Navarro, Manuel ambulante.
Hinojosa y N.Borja fueron trabajadores manuales; Ricardo Martínez de La Torre, empleado de una compañía de seguros, Bernardo Regman, vendedor
José Carlos Mariátegui no pudo atender a esa reunión pero sus puntos de opinión y adherencia fueron expresados en la misma por Martínez de La Torre quien también se desempeñaba como periodista.
Tres semanas más tarde, el 7 de octubre de 1928, en la casa de Avelino Navarro, que quedaba en Barranco, ‘La célula secreta de los siete’, como solían llamarse, fue convocada nuevamente para acordar la elaboración de la constitución del partido. Dicho partido que basaba su organización en los trabajadores manuales y campesinos encomendó a Mariátegui preparar el manifiesto. En esa declaración Mariátegui invocó la creación de células en sindicatos, fábricas y haciendas. También dejó clara la táctica del frente popular con la inclusión de la pequeña burguesía siempre y cuando tenga trabajo de masas. A esta reunión también asistió Luciano Castillo y Ricardo Chávez León. Ese mismo día José Carlos Mariátegui fue elegido secretario general del partido.
El 11 de octubre de 1928 los mineros de Morococha empezaron una huelga en protesta por la paupérrima condición laboral y asentado por la muerte de varios mineros en el desborde de las aguas del lago Morococha. Esta fue la primera acción sindical tomada por su recién formado gremio, La Federación de Mineros de Morococha. También era la oportunidad para que el Partido Socialista, recientemente creado, se pruebe en la lucha. Mariátegui, se dice, estuvo envuelto en la lucha de los mineros. Jorge del Prado mencionó en una de sus charlas que Mariátegui le había encomendado la misión de apoyar la lucha de los mineros en Morococha. Por ese entonces la polémica entre Mariátegui y Haya de La Torre, acerca del papel de vanguardia de la clase obrera, estaba en su punto. Una carta fechada de fecha 31 de diciembre, cuyo extracto reproduzco, nos da una clara idea de las discrepancias.
‘Yo le escribí a fines de noviembre a New York haciendo serios reparos al carácter personalista de (Haya de La Torre) su acción y, sobre todo, a la tendencia a constituir el APRA como partido, y no como alianza, y abandonar cada vez más la teoría y la práctica del socialismo’…..’No suscribo, por otra parte, la esperanza en la pequeña burguesía, supervalorizada por el aprismo’.
El 29 de diciembre de 1928 Viajó a Alemania después de haber sido expulsado e Panamá. Haya llegó a Bremen a bordo del “Phoenicia” y después se trasladó a Hamburgo. En París, el mismo día, César Vallejo, Jorge Seoane, Eudocio Ravines, Juan P. Paiva y Armando Bazán firmaron un documento donde hacen claro su distanciamiento de Haya de La Torre y su ideología política. Esto nos demuestra la gran influencia que tuvo Mariátegui en los peruanos residentes en Europa. El mismo Luís Alberto Sánchez comenta lo siguiente: ‘en esos momentos, según frase de Haya de La Torre, los apristas del principal núcleo de Europa, cabían en un sofá.
Otro aspecto que necesita clarificación es la alusión a la supuesta divergencia entre Mariátegui y el COMITERN. Mariátegui, en mi opinión, como marxista no desestimó los constructivos aportes del debate político. En realidad hay muchas razones para creer que Mariátegui había tomado una clara posición apoyando las formulaciones propuestas por el COMITERN. Lo que Mariátegui le comentó a Ravines en la carta antes mencionada (31.12.1928) presenta el mismo espíritu que el documento enviado por el COMITERN, dos años después, al Partido Socialista, a pocos días de la muerte de Mariátegui en 1930:
‘Con que masas debe ligarse más estrechamente el Partido Comunista?
No con las masas de la pequeña burguesía de las ciudades, que seguirían, puede ser, facilmente la acción de un partido socialista’…….
‘La pequeña burguesía no constituye una clase homogénea que tiene intereses comunes. Está formada por diferentes capas sociales de intereses muy distintos y de las tendencias más opuestas, está constituida sobre todo por los restos de las clases en vías de desaparición, que representan los vestigios de sistemas económicos y relaciones sociales en vías de liquidarse, artesanado, pequeño comercio, pequeña propiedad, etc. Estas capas de la pequeña burguesía pueden participar activamente en la lucha contra el imperialismo, porque se sienten amenazadas por él en su propia existencia. Pero su lucha no es ‘revolucionaria’ en su orientación fundamental….’
Estas premisas hechas por el COMITERN están en concordancia con las ideas expresadas por Mariátegui previamente en relación al papel de vanguardia del proletariado para la realización de la revolución socialista. La única discrepancia que se puede percibir con el COMITERN es en relación al nombre del partido. Esta posible discrepancia, creo, habría producido conjeturas de naturaleza subjetiva. La posición de Mariátegui con respecto al nombre creo que estaba en concordancia con la realidad Latinoamericana donde elementos empobrecidos de la pequeña burguesía hubieran sido más fácilmente ganados a las posiciones de un partido revolucionario en lugar de enrolarse en las filas del APRA social demócrata.
El renombrar a los existentes partidos marxistas como comunistas de acuerdo con las instrucciones del COMITERN, tal vez haya tenido un efecto negativo en el Perú y Latinoamérica, Esto negó la posibilidad de una ecléctica y heterogénea alternativa. Con el surgimiento de Stalin un experimento hegemónico nubló la esfera política. El desarrollo del pensamiento político, en esas circunstancias, estuvo limitada a la misión coordinadora de la burocracia del COMITERN que le entregó el poder a cuadros como Codovilla cuyo manejo y práctica política fueron limitadas si queremos compararla con la grandeza de José Carlos Mariátegui.
En 1929 los mineros de Morococha fueron masacrados en Malpaso. Esta fue la respuesta militar en respuesta a sus justas demandas. Jorge del Prado recuenta esta lucha:
‘La participación activa y directa que tuve en todo el proceso de consolidación de lo ya logrado, y la extensión del trabajo de formación de sindicatos en los diversos asientos de la Cerro de Pasco Corporation y en otras empresas mineras, esfuerzos que culminaron en el I Congreso de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos del Centro, reprimido más tarde con la traidora masacre de Malpaso; toda esta proficua y ardua labor, de viva ligazón con el proletariado minero, constituyó para el autor (Jorge del Prado) de estos apuntes la primigenia gran experiencia político social de su vida’.
En mayo de 1929 Mariátegui envió dos delegados al Congreso de la Confederación Sindical Mundial, realizada en Montevideo. En junio de ese mismo año la Primera Conferencia Latinoamericana de Comunistas fue celebrada en Buenos Aires. Las dos conferencias escucharon los planteamientos de Mariátegui a través de sus delegados: Hugo Pesce y Julio Portocarrero. La posición era la de desarrollar un marxismo creador.
La Conferencia de Buenos Aires denegó los derechos de los delegados peruanos hasta que no renombraran el nombre de Partido Socialista por el de Partido Comunista. A los delegados peruanos les dieron el derecho a voz pero no a voto. En setiembre de 1929 la revista “Labor”, dirigida por Mariátegui, fue clausurada por el gobierno y “Amauta”, también dirigida por él, amenazada con cierre. Mientras tanto la salud de Mariátegui deterioraba. A mediados de marzo de 1930 Mariátegui cae enfermo. Había, hace poco, sido animado por Waldo Franco, y Samuel Glusberg, para que vaya a Buenos Aires a realizar actividades políticas y de carácter periodístico. Pero ya era muy tarde. Cuando Mariátegui pensaba en esa empresa su condición deteriora aún más y muere el 16 de abril de 1930,
Hasta los años treinta las luchas de los trabajadores fueron centralizadas en la región de la costa. Después de la huelga minera en la región central el Partido Comunista fue puesto fuera de la ley.
Hinojosa y N.Borja fueron trabajadores manuales; Ricardo Martínez de La Torre, empleado de una compañía de seguros, Bernardo Regman, vendedor
José Carlos Mariátegui no pudo atender a esa reunión pero sus puntos de opinión y adherencia fueron expresados en la misma por Martínez de La Torre quien también se desempeñaba como periodista.
Tres semanas más tarde, el 7 de octubre de 1928, en la casa de Avelino Navarro, que quedaba en Barranco, ‘La célula secreta de los siete’, como solían llamarse, fue convocada nuevamente para acordar la elaboración de la constitución del partido. Dicho partido que basaba su organización en los trabajadores manuales y campesinos encomendó a Mariátegui preparar el manifiesto. En esa declaración Mariátegui invocó la creación de células en sindicatos, fábricas y haciendas. También dejó clara la táctica del frente popular con la inclusión de la pequeña burguesía siempre y cuando tenga trabajo de masas. A esta reunión también asistió Luciano Castillo y Ricardo Chávez León. Ese mismo día José Carlos Mariátegui fue elegido secretario general del partido.
El 11 de octubre de 1928 los mineros de Morococha empezaron una huelga en protesta por la paupérrima condición laboral y asentado por la muerte de varios mineros en el desborde de las aguas del lago Morococha. Esta fue la primera acción sindical tomada por su recién formado gremio, La Federación de Mineros de Morococha. También era la oportunidad para que el Partido Socialista, recientemente creado, se pruebe en la lucha. Mariátegui, se dice, estuvo envuelto en la lucha de los mineros. Jorge del Prado mencionó en una de sus charlas que Mariátegui le había encomendado la misión de apoyar la lucha de los mineros en Morococha. Por ese entonces la polémica entre Mariátegui y Haya de La Torre, acerca del papel de vanguardia de la clase obrera, estaba en su punto. Una carta fechada de fecha 31 de diciembre, cuyo extracto reproduzco, nos da una clara idea de las discrepancias.
‘Yo le escribí a fines de noviembre a New York haciendo serios reparos al carácter personalista de (Haya de La Torre) su acción y, sobre todo, a la tendencia a constituir el APRA como partido, y no como alianza, y abandonar cada vez más la teoría y la práctica del socialismo’…..’No suscribo, por otra parte, la esperanza en la pequeña burguesía, supervalorizada por el aprismo’.
El 29 de diciembre de 1928 Viajó a Alemania después de haber sido expulsado e Panamá. Haya llegó a Bremen a bordo del “Phoenicia” y después se trasladó a Hamburgo. En París, el mismo día, César Vallejo, Jorge Seoane, Eudocio Ravines, Juan P. Paiva y Armando Bazán firmaron un documento donde hacen claro su distanciamiento de Haya de La Torre y su ideología política. Esto nos demuestra la gran influencia que tuvo Mariátegui en los peruanos residentes en Europa. El mismo Luís Alberto Sánchez comenta lo siguiente: ‘en esos momentos, según frase de Haya de La Torre, los apristas del principal núcleo de Europa, cabían en un sofá.
Otro aspecto que necesita clarificación es la alusión a la supuesta divergencia entre Mariátegui y el COMITERN. Mariátegui, en mi opinión, como marxista no desestimó los constructivos aportes del debate político. En realidad hay muchas razones para creer que Mariátegui había tomado una clara posición apoyando las formulaciones propuestas por el COMITERN. Lo que Mariátegui le comentó a Ravines en la carta antes mencionada (31.12.1928) presenta el mismo espíritu que el documento enviado por el COMITERN, dos años después, al Partido Socialista, a pocos días de la muerte de Mariátegui en 1930:
‘Con que masas debe ligarse más estrechamente el Partido Comunista?
No con las masas de la pequeña burguesía de las ciudades, que seguirían, puede ser, facilmente la acción de un partido socialista’…….
‘La pequeña burguesía no constituye una clase homogénea que tiene intereses comunes. Está formada por diferentes capas sociales de intereses muy distintos y de las tendencias más opuestas, está constituida sobre todo por los restos de las clases en vías de desaparición, que representan los vestigios de sistemas económicos y relaciones sociales en vías de liquidarse, artesanado, pequeño comercio, pequeña propiedad, etc. Estas capas de la pequeña burguesía pueden participar activamente en la lucha contra el imperialismo, porque se sienten amenazadas por él en su propia existencia. Pero su lucha no es ‘revolucionaria’ en su orientación fundamental….’
Estas premisas hechas por el COMITERN están en concordancia con las ideas expresadas por Mariátegui previamente en relación al papel de vanguardia del proletariado para la realización de la revolución socialista. La única discrepancia que se puede percibir con el COMITERN es en relación al nombre del partido. Esta posible discrepancia, creo, habría producido conjeturas de naturaleza subjetiva. La posición de Mariátegui con respecto al nombre creo que estaba en concordancia con la realidad Latinoamericana donde elementos empobrecidos de la pequeña burguesía hubieran sido más fácilmente ganados a las posiciones de un partido revolucionario en lugar de enrolarse en las filas del APRA social demócrata.
El renombrar a los existentes partidos marxistas como comunistas de acuerdo con las instrucciones del COMITERN, tal vez haya tenido un efecto negativo en el Perú y Latinoamérica, Esto negó la posibilidad de una ecléctica y heterogénea alternativa. Con el surgimiento de Stalin un experimento hegemónico nubló la esfera política. El desarrollo del pensamiento político, en esas circunstancias, estuvo limitada a la misión coordinadora de la burocracia del COMITERN que le entregó el poder a cuadros como Codovilla cuyo manejo y práctica política fueron limitadas si queremos compararla con la grandeza de José Carlos Mariátegui.
En 1929 los mineros de Morococha fueron masacrados en Malpaso. Esta fue la respuesta militar en respuesta a sus justas demandas. Jorge del Prado recuenta esta lucha:
‘La participación activa y directa que tuve en todo el proceso de consolidación de lo ya logrado, y la extensión del trabajo de formación de sindicatos en los diversos asientos de la Cerro de Pasco Corporation y en otras empresas mineras, esfuerzos que culminaron en el I Congreso de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos del Centro, reprimido más tarde con la traidora masacre de Malpaso; toda esta proficua y ardua labor, de viva ligazón con el proletariado minero, constituyó para el autor (Jorge del Prado) de estos apuntes la primigenia gran experiencia político social de su vida’.
En mayo de 1929 Mariátegui envió dos delegados al Congreso de la Confederación Sindical Mundial, realizada en Montevideo. En junio de ese mismo año la Primera Conferencia Latinoamericana de Comunistas fue celebrada en Buenos Aires. Las dos conferencias escucharon los planteamientos de Mariátegui a través de sus delegados: Hugo Pesce y Julio Portocarrero. La posición era la de desarrollar un marxismo creador.
La Conferencia de Buenos Aires denegó los derechos de los delegados peruanos hasta que no renombraran el nombre de Partido Socialista por el de Partido Comunista. A los delegados peruanos les dieron el derecho a voz pero no a voto. En setiembre de 1929 la revista “Labor”, dirigida por Mariátegui, fue clausurada por el gobierno y “Amauta”, también dirigida por él, amenazada con cierre. Mientras tanto la salud de Mariátegui deterioraba. A mediados de marzo de 1930 Mariátegui cae enfermo. Había, hace poco, sido animado por Waldo Franco, y Samuel Glusberg, para que vaya a Buenos Aires a realizar actividades políticas y de carácter periodístico. Pero ya era muy tarde. Cuando Mariátegui pensaba en esa empresa su condición deteriora aún más y muere el 16 de abril de 1930,
Hasta los años treinta las luchas de los trabajadores fueron centralizadas en la región de la costa. Después de la huelga minera en la región central el Partido Comunista fue puesto fuera de la ley.
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