De huaraches, caminas lento…
como reconociendo el campo,
para no volver a tropezar, tu paso corto pero muy seguro,
así vas por el mundo, enfrentando las vicisitudes
en ese suelo espinoso, que tu vida ha de rasgar.
Las ilusiones llegaron a tu existencia de manera temprana,
alguien con engaños robo tu inocencia y quedaste embarazada,
paso una y otra vez. Ahora estás sola, para dar de comer
a esos hijos que solo son tuyos, paridos de tus entrañas,
te aferras a conservar el género, a no cometer pecado
cómo te enseño tu mamá.
Sacas fuerzas de dónde no las hay,
a la leña vas con ayate, mecapal y machete
cortando críticas y mochando abusos
para subsistir cada día.
Te convertiste en mujer guerrera antes de tiempo,
el mecapal sostiene el tercio de leña envuelto en ayate,
lo recargas en tu espalda, cargando la responsabilidad
de evitar que tú prole siga con más dolor
y más sudor tu sufrimiento sin cesar.
Un día… ¡Decidida! logras despertar.
En la escuela buscas tu bienestar, rompes esquemas
y la sociedad más fuerte te empieza a juzgar.
¡Necia, necia! te gritan sin descansar.
¿Esa india porque ha de cambiar?
¡India se debe quedar!
y más sudor tu sufrimiento sin cesar.
Un día… ¡Decidida! logras despertar.
En la escuela buscas tu bienestar, rompes esquemas
y la sociedad más fuerte te empieza a juzgar.
¡Necia, necia! te gritan sin descansar.
¿Esa india porque ha de cambiar?
¡India se debe quedar!
Autora: Dra. Gricelda Dzul Escamilla
Todos los derechos reservados.
Tasquillo, Hidalgo, México.
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Tasquillo, Hidalgo, México.
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