Por Jorge Aliaga Cacho
Encuentros literarios en varios países han sido marco para que escritores representativos de diversos gremios se manifiesten a favor de la unidad de quienes se dedican a la creación literaria en el mundo. Esta idea empezó a tomar forma, posiblemente, cuando, en un evento literario realizado en Tarija, el Ing.René Aguilera Fierro, Presidente de la Unión de Escritores y Artistas, de esa ciudad, develara una bandera verde como símbolo que represente a los escritores del mundo. Este sentimiento unitario se vio enriquecido en agosto último, cuando, Luís Aguilera González, vicepresidente de la Sociedad de Escritores de Chile, base de La Serena, se pronunciara a favor de la formación de una Internacional de Escritores. El anuncio fue hecho en el marco del III Encuentro Internacional de Poetas y Escritores realizado en Huacho, Perú. En ese mismo certamen se vertieron opiniones anunciando el inicio de una nueva ola de la literatura mundial y de un segundo boom literario, entre otras que aspiraban la unidad de los trabajadores de la pluma. Recientemente se ha efectuado el I Congreso Ecológico de Escritores en Viña del Mar, Chile. La escritora Jackeline Barriga Nava, Presidenta de la UMECEP, Bolivia, ha vertido una interesante propuesta que se resume en el siguiente enunciado. "Llevar la palabra a la acción con impacto social, es la única manera de cambiar el mundo". En la Argentina he tenido la oportunidad de conversar con Gladys Tapia y Efraín Quintero quienes animan el importante conglomerado "JA" (Autores Jujeños). Ellos también han manifestado interés de sumarse a la acción de unir a los hombres y mujeres que se dedican a la creación literaria en el mundo. Otras voces como la de Patricio Guzmancardenas del Ecuador, Julio Solórzano, Lidia Vásquez Ruiz, Luis Flores Prado o Héctor Cacho, en el Perú. Antonio Florido en España. Oscar René Benítez, en El Salvador, Luz Elena Sepúlveda Jiménez en Colombia, Edmanuel Ferreira Mondaca, Roberto Salinas Morán o René De la Barra, en Chile, suman cientos de espíritus por este clamor de unidad, pues solo la acción conjunta podría hacer que los escritores ganen espacios culturales que beneficien a los pueblos, al desarrollo social y, sobretodo, a los escritores mismos que no gozan de protección ni apoyo por parte de los gobiernos de sus respectivos países. Nuestra época ha visto el deterioro de las entidades políticas y sus representantes que han perdido simpatía y aceptación por parte de sus respectivos electorados. Ha llegado la hora de los intelectuales y artistas para que tomen la iniciativa política y ganen espacios que permitan la renovación de la clase dirigente que ha caído en la corrupción generalizada. Esta tarea es de todos.
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