By Jorge Aliaga Cacho
Photo: The author in Machu Picchu.
The Indian versus the Hispanic world in “Los ríos profundos”. José María Arguedas was born in 1911, in Andahuaylas, a region of the Central Andes of Perú. “Los ríos profundos” was published in 1958 and is one of the most acclaimed works of the indigenista genre. Mariategui’s opinion of indigenismo is given in the following: “La literatura indigenista no puede darnos una versión rigurosamente verista del indio. Tiene que idealizarlo y estilizarlo. Tampoco puede darnos su propia ánima. Es todavía una literatura de mestizos. Por eso se llama indigenista y no indigena, si debe venir, vendrá a su tiempo. Cuando los propios indios estén en grado de producirla’ (JCM, “Siete ensayos, 1958, p.252). Some have ventures to affirm that the indigenista time envisaged by Mariátegui arrived with José María Arguedas , who in their viwe represents the beginning of an indigenous literature. Arguedas does not stylize the Indian. His writing is more in the terrain of indigenismo. However we ought to be aware that such a term needs major explanation. Mario Vargas Llosa has written the following description of one of the most important aspects of “Los ríos profundos”, namely memory: ‘Como en esas cajas cajas chinas que encierran dentro de cada una, una más pequeña, en “Los ríos profundos” la materia que da origen al libro es la memoria del autor;de ella surge esa ficción en la que el protagonista a su vez, vive alimentado de una realidad caduca, presente solamente en su propia memoria. Tras esa operaciónde rescate del pasado, Ernesto descubre su añoranza de una realidad no mejor que la presente, sino vivida en la inconsciencia, incluso, cuando todavía ignoraba el mal, (Vargas Llosa in “Ensoñacion y magia en José María Arguedas”, Expreso, Lima, 24 April, p.15. It is therefore through Ernesto’s recollection that we are going to explore the presence of the Indian and the Hispanic in “Los ríos profundos”. From the beginning of the novel we can see how Ernesto’s memory is juxtaposed with reality. Ernesto did not wait to come to Cusco to discove the city as it actually is, but compares Cusco with his memories of the tales told by his father about the great city of the Incas. ‘Entramos al Cusco de noche. La estación del ferrocarril y la ancha avenida por la que avanzamos lentamente, a pie, me sorprendieron. El alumbrado eléctrico era más debil que el de algunos pueblos pequeños que conocía. Verjas de madera o de acero defendían jardines y casas modernas y casas modernas. El Cusco de mi padre, el que me había descrito quizas mil veces, no podía ser ese’. (1) El Cusco which permeates Ernesto’s memory was the Cusco of the Incas. This is obvious in the magic description and respect with wihich the Inca architecture is presented to the reader. - ‘Dondequiera que vaya, las piedras que mando formar Inca Roca me acompañaran. Quisiera hace aquí un juramento. - ¿Un juramento? Estás alterado, hijo. Vamos a la catedral. Aqui hay mucha oscuridad. Me besó en la frente. Sus manos temblaban, pero tenían calor’.(2) This quotation shows that Ernesto’s father was aware of his son’s confusion. It is also clear that the architecture of the city made an impression on the youn Ernesto which can be inferred from his description of Inca Roca’s Palace and when he states: “La construcción colonial, suspendida sobre la muralla, tenía la apariencia de un segundo piso. Me había olvidado de ella. En la calle angosta, la pared española, blanqueada, no parecía servir sino para dar luz al muro’. (3). In this passage it seems to be clear that the Indian wall, el muro, was given more importance, in the narration, than the Spanish wall. The Spaniards used the Indian architectural base in order to build their own buildings. The Cathedral in Cusco is another similar example of the secondary function of white culture in the Indian universe. The following paragraph (p.11) expresses in full the great impression caused by the Inca buildings on Ernesto. ‘Eran más grandes y extrañas de cuanto había imaginado las piedras del muro incaico; bullían bajo el segundo piso encalado que por el lado de la calle angosta era ciego. Me acordé, entonces, de las canciones quechuas que repiten una frase patética constante
, río de sangre, agua sangrienta, lago de sangre que hierve, lágrimas de sangre. Acaso podía decirse, piedra de sangre o piedra de sangre hirviente? Era estático el muro, pero hervía por todas sus lineas y la superficie era cambiante, como la de los ríos en el verano, que tienen una cima así, hacía el centro del caudal, que es la zona terrible, la más poderosa. Los indios llaman al tiempo violento de las danzas guerreras, al momento en que los bailarines luchan. Puk-tik, yawar rumi! –exclamé frente al muro, en voz alta. Yo como la calle seguía en silencio repetí la frase varias veces. El viejo, his relative had a different concept of the Indian. In page 23 el viejo states about Indian buildings the following: '–Inca Roca lo edificó. Muestra el caos de los gentiles de las mentes primitivas'. El viejo did not understand the soul of the Indian. El pongo who served his house gave signs of social fatality and when disputing this state of affairs with his father Ernesto asks why this situation was permited by the Inca, the father responds: los incas están muertos. This is the central intrigue of the novel, namely, the past reality and Ernesto’s memory which develops during the narration. El Zumbayllu is a story included by Arguedas in “Los ríos profundos”. Chapter 6 contains a passage in which the narrator expresses his concern with the Spanish audience’s understanding of the work. The narrator is interested not just in a semantic communication with his audience but he would like to provide the reader with the language’s spiritual content. The text contains a conscious attempt by the author to present Quechua culture to the reader, seen as an outsider. An instance of this is the following linguistic commentary: ‘La terminación Quechua yllu es una onamátopeya. Yllu representa en una de sus formas la música que producen las pequeñas alas en vuelo; música que surge del movimiento de objetos leves. Esta voz tiene semejanza con otra más vasta: illa. Illa nombra a cierta especie de luz y a los monstrous que nacieron heridos por los rayos de la luna. Illa es un niño de dos cabezas o un becerro decapitado; o un peñasco gigante, todo negro y lucido, cuya superficie apareciera cruzada por una vena ancha de roca blanca, de opaca luz; es también illa una mazorca cuyas hileras de maiz se entrecruzan o forman remolinos; son illas los toros míticos que haían al fondo de los lagos solitarios, de las altas lagunas rodeadas de totora, pbladas de patos negros. Todas las illas, causan el bien o el mal,pero siempre en el grado sumo. Tocar una illa, y morir o alcanzar la resurrección, es posible. Esta voz illa tiene parentesco fonético y una cierta comunidad de sentido con la terminación yllu’, (5) The same concern for cultural explanation is found in the narrator’s description of the making of the Indian flutes:’pinkuyllu, mamak’. The use of these instruments has functions which can only be understood by being aware of the Indian cultural scale of values, their emotions. : ‘Pinfuyillu es el nombre de la quena gigante que tocan los indios del sur durante las fiestas comunales. El pinkuyllu no se toca jamás en las fiestas de los hogares. Es un instrumento épico. No lo fabrican de caña común ni de carrizo, ni siquiera de mamak’, caña extraordinaria y dos veces más larga que la caña brava. El hueco del mamak’ es oscuro y profundo. En las regiones donde no existe el huaranhuay los indios fabrican inkuyllus menores de mamak’, pero no se atreven a dar al instrumento el nombre de pinkuyllu, le llaman simplemente mama’k, para diferenciarlo de la quena familiar. Mamak’ quiere decir la madre, la germinadora, la que da origen; es un nombre mágico. Pero no hay caña natural que pueda servir de materia para un pinkuylly; el hombre tiene que fabricarlo por sí mismo. Construye un mamak’ más profundo y grave; como no nace ni aun en la selva. Una gran curva extrae el corazón de las ramas del huarahuay, luego lo curva al sol y lo ajusta con los nervios de toro. No es posible ver directamente la luz que entra por el hueco del extremo inferior del madero vacío, solo se distingue una penumbra que brota de la curva, un blanco resplandor, como el del horizonte en que ha caido el sol’. (6). In the last passage we can appreciate the narrator’s intention to provide maximum representation to Indian cultural details. He goes on to describe the Indian’s behaviour when playing the musical instruments: the pinkuyllu and the wak’rapuku are used only to play epic songs and to accompany dances in which the drunken Indians sing old war songs and while some play the songs others beat themselves up blindly, bleed and then cry near the shadows of the high mountains, near the abysses, or in front of the frozen lakes, and the steppe. During religious celebrations those instruments were not played. But they were played during ceremonies to appoint communal authorities; during the ferocious fights performed by the young during carnival days or while branding of the cattle or, during bullfighting. (“Los ríos profundos”, p. 74, 75). In the same paragraph just mentioned the narrator shows us signs of western cultural integration such as bullfighting and cattle branding. For some the intentional wounding of the bull is more ‘morally’ unacceptable than the Indians self-imposed flagellation during their epic dances. It is true that bullfighting has been embraces bye the Indians. However we should notice that in many regions the Indians do not sacrifice the animal. The branding of cattle was also unknown during the Indian past. In the Indian music we can see a ‘Hispanic’ influence in the wak’rapuku which is a flute made out of a bull’s horn. The metal mouthpiece added to this instrument is of Hispanic origen. The narrator provides this information when he states: ‘El wak’rapuku es una corneta hecha de cuernos de toro, de los cueros más gruesos y torcidos. Le ponen la boquilla de plata o de bronce’ (7) Arguedas Cultural Mestizaje, and his conscious awareness of it, was clearly compelling in the mind of Arguedas. He wrote about his awareness of living in a divided world. To Arguedas mestizaje is a division, an accident, an unavoidable cultural encounter which needs to be handle with fearlessness and tolerance. Antonio Cornejo Polar, is his book “Los uiversos narrativos de José María Arguedas”, has written that in “Yawar fiesta” and, less clear, en “Los ríos profundos” the oposition is between the Andean world and the Costeñan world, the Indian world against the white elements of the cities. Cornejo Polar interprets this division as originating from their unequal cultural and socio-economic substance. ‘Se trata de una de las obsesiones que impregnan dolorosamente la actitud de Arguedas: la conciencia de vivir en un país dividido. (8) This is obvious when we compare Ernesto’s recollection of his early life with the description of his life in the catholic school. The first, the Indian communal world, is described differently: the westernised city is full of individual vices, personal ambition, greed. ‘It is a place where people kill each other in an absurd battle for wealth and power’. The following passage from the school, a white man’s institution, can provide us with a glimpse of the school’s spirit: “E Padre Director empezaba suavemente sus prédicas. Elogiaba a la virgen con palabras conmovedoras; su voz era armoniosa y delgada, pero se exaltaba pronto. Odiaba a Chile y encontraba siempre la forma de pasar de los temas religosos hacía el loor de la patria y de sus héroes. Predicaba la futura guerra contra los chilenos. Llamaba a los jovenes y a los niños para que se prepararan y no se olvidaran nunca que su más grande deber era alcanzar el desquite. Elogiaba a los hacendados; decía que ellos eran el fundamento de la patria, los pilares que sostenían su riqueza. Se refería a la religiosidad de los señores, al cuidado con que conservaban las capillas de las haciendas y a la obligación que imponían entre los indios de confesarse, de comulgar, de casarse y vivir en paz, en el trabajo humilde. Luego bajaba nuevamente la voz y narraba algún pasaje del calvario. Despueés de la misa, las autoridades y los hacendados lo esperaban en la puerta de la iglesia: lo rodeaban y lo acompañaban hasta el colegio’. (9). In contrast with our last quotation we can refer to one which, instead of hate or revenge, delivers feelings of love. It is a passage concerning the Indians: ‘Huyendo de parientes crueles pedí misericordia a un ayllu que sembraba maíz en la más pequeña y alegre quebrada que he conocido. Espinos de flores ardientes y el canto de las torcazas iluminaban los maizales. Los jefes de la familia ylas señoras, mamakunas de la comunidad, me protegieron y me infundieron la impagable ternura en que vivo’. (10). The conflict between the Indian and the Western cultures can be seen in the following passage. A student of Indian extraction expresses disagreeable feelings towards the educational institution. ‘El interno más humilde y uno de los más pequeños era Palacios. Había venido de una aldea de la cordillera. Leía penosamente y no entendía bien castellano. Era el único alumno del Colegio que procedía de un ayllu de indios. Su humildad se debía a su origen y a su torpeza. Varios alumnos pretendimos ayudarlo a estudiar, inutilmente; no lograba comprender y permanecía extraño, irremediablemente alejado del ambiente del colegio, de cuanto explicaban los profesores y del contenido de los libros. Estaba condenado a la tortura del internado y de las clases. Sin embargo, su padre insistía en mantenerlo en el Colegio, con tenacidad invencible. Era un hombre alto, vestido con traje de mestizo. Usaba corbata y polaínas. Visitaba a su hijo todos los meses. Se quedaba con él en la sala de recibo, y le oíamos vociferar encolerizado. Hablaba en castellano, pero cuando se irritaba, perdía la serenidad e insultaba en quechua a su hijo. Palacios se quejaba, imploraba a su padre que sacara del internado’. (11). The last quotation reflects clearly the dilemma experiences by Arguedas from his childhood: the dilemma of the mestizaje shown in forms or racial ambiguity like attitude of Palacio’s father, a cholo, who spoke in Spanish when he was calm but in Quechua, the Indian language when he was angry. This phenomenon can be observed in many passages of the book. Ernesto, an autobiographic character, shows many signs of this racial ambiguity, to which I will refer later. Julio Ortega said the following about Arguedas:‘El personaje de sus cuentos <>, derivaba constantemente en esta ambiguedad racial, que es una lucha solitaria entre la configuración afectivamente indígena y las urgencias de la conciencia’ (12). Mestizaje is present also in other passages, for instance, the narrator states that Antero, the second year student, the owner of the zumbayllus, has blonde hair in (p.77) but he also states after, in (p,80), that Antero’s hair roots were black. Ernesto’s father, we ought to remember, had blue eyes. And if Antero, the Markaska, had a preference it was for dark skinned girls: ‘De lejos y de cerca he mirado a todas las chicas. Y ella es la reina. Se llama Salvinia. Esta en el Colegio de las Mercedes. Vive en la Avenida de Condebamba, cerca del hospital. Tiene ojos chiquitos y negros. El cerquillo le tapa la frente. Es bien morena, casi negra’. (13). Ernesto’s taste for girls is quite different on p. 68 when he remembers his dream girl, he asserts his preference for a thin girl, small and blue eyed: ‘debía ser delgada y pequeña, de ojos azules, y de trenzas’. (14). However, if the latter is an ambiguous racial attraction, when we deal with the problem of race and power we find in ‘Los ríos profundos’ very clearly who posses power. We see the powerless condition of the servant pongo, semi-clothed, Quecha speaking, which is different from that of the mestizo. Both individuals were ‘employed’ bye ‘el viejo’ but their deprivation was set by their degree of transculturisation. The mestizo, western clothed, with better command of Spanish, is found higher in the social pyrammid. The social relations attained by the pongo, for instance, are quite different from the ones enjoyed by Antero. Ernesto is aware of this fact when he states: ‘Hasta aquella mañana de los zumbayllus, Antero había sido notable únicamente por el extraño color de sus cabellos y por sus grandes lunares negros. El apodo lo singularizópero le quito toda la importancia a la rareza de su rostro <>, me dijeron cuando pregunté por él. Era mayor que yo y estudiaba en el segundo grado de media; me adelantaba en dos grados. En su clase no se distinguía ni por excelente ni por tardo. No tenía amigos íntimos y era discreto. Sin embargo, algún poder tenía, alguna autoridad innata, cuando sus compañeros no lo convirtieron en “punto” de la clase,es decir, en el hazmereir, en el manso, o el raro, el predilecto de las bromas. A el solo le pusieron un apodo que no lo repetían ni con exceso ni en son de burla’. (15). The division of classes is also shown in the fact that Antero, like ‘el viejo’, or Salvinia have Indian servants. This is clear whe Antero states: -No. Toavía no. Pero con su sirvienta le he mandado decir. Su sirvienta es de mi pueblo. (p.81). In the School the social classes are manifested by a combination of racial, ethnic and economic factors. The hermano Miguel, a black clergiman, is found at the bottom of the clerical hierarchy. Palacios, the Indian pupil, is also the humblest of his peers. However, Palacitos presence in the School is due to his father’s economic position. La opa, the mad woman, was Indian. The School servants are also of Indian extraction.. In chapter 11, entitled ‘Los Colonos’, we can appreciate that Gerardo and Pablo, sons of the military commander of the town, aare shown with different social characteristics. They are presented as icons of city life. In the following paragraph the preponderance of the criollos over the Indian or rural peoples is described: ‘Pablo, el hermano de Gerardo, se hizo amigo de Valle. Él también cultivaba la erudicción y la elegancia. Conquistó, además, , a un Martel, a un Garmendia, y a un joven delgado y pálido, de apellido extranjero, que tampoco se mezclaba con la plebe. Cuidaban de su ropa y no iban al campo de tierra. Subían durante los recreos al corredor alto. El Padre Director los toleraba. Ocuparon también la parte del corredor que daba al salón privado del Director, sobre la boveda de entrada al colegio. El Padre no los echo de allí. Reunidos en ese lugar privado, limpios, con los puños de la camisa almidonados, sus corbatas de seda bien cuidadas, y el k’ompo de Valle que se hizo cotidiano, ese grupo de alumnos que daba la impresión de gente empingorotada que estuviera de visita en el Colegio’. (16) The dichotomy city-countryside or criollo-Indian, is not as clear as in other novels by Arguedas, however, awareness of the ethnic and cultural complexities alluded to in ‘Los ríos profundos’ would allow to perceive this very present reality. The arrival of the costeños in Abancay seems to make clearer the distinction between both racial groups. Gerardo seems to have succeeded in influencing his peers: - Romero también se dejaba guiar por él. - No hay discusión –decía-. En la costa saben más que nosotros tienen más adelanto en todo.. Dejó tocar su rondín varias noches. Lo sentí preocupado. Yo lo seguía. Palacitos estaba deslumbrado por sus nuevos descubrimientos. - No puedo tocar. No hay ánimo –me dijo Romero, cierta noche. - Sin ti no habría equipo, de nada. Yo no conoces sino Andahuaylas y Abancay, y el camino –le dije. - Así que tu crees que en la costa no hay más adelanto? - Si, creo que hay más adelanto. Pero, ¿Quién te gana a ti en salto largo? ¿Quién te pasa en la defensa? ¿Te pasa Gerardo? ¿No he visto cómo le haces hociquear en el campo y la bola queda a tus pies? Romero era ingenuo, alto, fuerte, creyente. Tocó huaynos en seguida, esa noche. - ¿Casi te averguenzas del huayno, no? –le pregunté. - ¿Será eso? –dijo. (p.219) In the following paragraph, Romero explains what he feels about Gerardo’s influence. He asserts that Gerardo, the city boy, does not understand Quechua, the Indian language, and that the looks down on him when he speaks Quechua. ‘Ese Gerardo le habla a uno, lo hace hacer a uno otras cosas. No es que se harte uno del huayno. Pero él no entiende quechua; no se si me desprecia cuando me oye hablar quechua con los otros. Pero no entiende, y se queda mirando, creo como si uno fuera llama’. (p.220). The Church also has a role in the Hispanic-Indian dichotomy of Arguedas work. In “Los ríos profundos” the priests message for the Indian is distinctive and contradictory to the one delivered to the landlords. The Church helps to consolidate power in the handas of the wealthy. This is obvious in the following: ‘…¡Aquí hemos venido a llorar, a padecer, a sufrir, a que las espinas nos atraviesen el corazón como a Nuestra Señora! ¿Quién padeció más que ella?. (17). Undoutedly it was a message looking for the resignation of the Indian to their miserable existence and the preservation of the white, criollo, landord as empowered class. In 1968 an anti-imperialist government led by General Juan Velasco Alvarado promulgated agrarian reform in Peru. I 1969 José María Arguedas committed suicide inside a classroom of the University of San Marcos in Lima where he was a senior lecturer. I agree with Sara Castro Klaren (18) when she asserts that Argueda’s literature is neither indianist nor indigenist, neither regionalist nor ‘novela de la tierra’, neither it is a protest novel. What Arguedas does is to synthesised all those currents with the aim of offering an inner vision of a national world which until then was unexplored. Arguedas, through a realist narrative, draws refined memories of life in the Andean region of Peru, the focus of historical confrontation between Western and indigenous cultures.
References
(1) “Los ríos profundos”, p.8, Alianza Editorial, Madrid, 1994
(2) Idem, p.13.
(3) Idem, p.12.
(4) Idem, p.35.
(5) Idem, p.72.
(6) Idem, p.73.
(7) Idem, p.73.
(8) Cornejo Polar, Antonio. “ Los universos narrativos de JMA” , p.17, Losada, Buenos Aires, 1973.
(9) “Los ríos profundos”, pp.49, 50.
(10) Idem, p.48
(11) Idem, p.60.
(12) Ortega,Julio,Introducción to Los ríos profundos,Oxford, Pergamon Press,1973.
(13) “Los ríos profundos”, p.81.
(14) Idem, p.68.
(15) Idem, p.80.
(16) Idem, p.128.
(17) Idem, p.124.
(18) Castro Klaren, Sara, “El mundo mágico de JMA”, p.17, IEP, Lima, 1973.