Por Maigualida Pérez Gonzáles
Simón Bolívar tenía 32 años cuando llegó a Kingston (Jamaica). Llevaba ya tres años luchando por la emancipación de América, desde el año 1812, con una intensa actividad militar. Llevó a cabo la famosa Campaña Admirable (1813) para intentar refundar la República, empresa que fracasó frente a las huestes del temible asturiano José Tomás Boves. Luego de este fracaso, de sufrir incomprensibles derrotas políticas y militares, se dirigió el Libertador a Nueva Granada llegando a Cartagena de Indias donde se sintió incomprendido. Decide entonces, en mayo de 1815, tomar el camino del destierro hacia Jamaica, donde vivirá ocho meses, animado por la idea de ir a Inglaterra y convencer a los ingleses de cooperar con el ideal de la Independencia Hispanoamericana.
Estando allí, el seis de septiembre de 1815, Bolívar escribe uno de sus documentos más importantes conocido como La Carta de Jamaica. La redacta como respuesta a un caballero que le había enviado el 29 de agosto una carta donde le formulaba una serie de preguntas acerca de los sucesos en las colonias hispanas de América.
En su respuesta el Libertador tuvo un alto nivel de visión política analizando cuáles habían sido hasta ese momento los sucesos históricos en la lucha por la libertad, dando un balance del esfuerzo de los patriotas desde 1810 a 1815, a la vez que hacía un llamado a Europa para que cooperara con ellos. De igual manera plantea su visión geopolítica sobre América y argumenta sobre el destino de México, Centroamérica, Nueva Granada, Buenos Aires, Chile, Perú y Venezuela exponiendo sus ideas en forma ordenada y basando sus consideraciones históricas y sociológicas en una visión futura de esas naciones.
El reconocido historiador Pedro Grases señala la importancia de la Carta cuando expresa: Al leerla nos damos cuenta que Bolívar va más allá de una simple respuesta a una carta convirtiéndose sus letras en un manifiesto ante el mundo. En la situación en que se encontraba el Libertador por los fracasos vividos, quiso buscar por todos los medios informar la situación exacta de la guerra de Independencia de América del Sur.
El nombre de la persona que envió la carta permaneció casi siglo y medio sin identificación. En las primeras ediciones en castellano al destinatario se le llamó A un caballero de esta isla. Y en inglés se le llamó A friend. Hoy se sabe que el destinatario era el señor Henry Cullen, súbdito británico residenciado en Falmouth. El historiador Manuel Carrero explica que el documento que se conoce como Carta de Jamaica fue motivo de especulaciones durante muchos años respecto a su destinatario. Hubo que esperar hasta casi 140 años para que en 1954 el dato fuese aclarado por Monseñor Nicolás Eugenio Navarro quien después de acuciosas investigaciones pudo concluir que fue Henry Cullen a quien Bolívar le dirigió la misiva. De Cullen se pudo conocer que era un comerciante probablemente establecido en el Puerto de Falmouth, al norte de la isla. Contó que la pesquisa siguió un itinerario de documentos, cartas, publicaciones y circunstancias, confrontación de datos, verificaciones y cotejo de documentos hasta concluir sin asomo de duda que Cullen era el personaje destinatario.
La Carta fue traducida inmediatamente al inglés en Jamaica. La publicación impresa más antigua que conocemos del texto inglés fue hecha en el periódico de Kingston The Jamaica Quarterly Journal and Literary Gazette, número 1 volumen 3, correspondiente a julio de 1818, págs162-174.
Igualmente figura como texto transcrito en el cuerpo de un artículo publicado en varios números titulado Political state of the Spanish South American Colonies. Allí aparece la carta con el nombre de General Bolivar´s Letter to a Friend, on the Subject of South American Independence.
El 23 de julio de 1825 hubo una segunda impresión en The Jamaica Journal and Kingston Chronicle (Vol. III, 30).
La letra de la versión manuscrita en inglés parece ser del General John Robertson. El borrador del manuscrito se encuentra en el Archivo Nacional de Colombia, en el Fondo de Secretaría de Guerra y Marina, volumen 323.
Pedro Grases en su obra Escritos Selectos señala: Las correcciones y adiciones interlineadas corresponden a varias manos, hechas presumiblemente en momentos distintos, unas de 1815 y otras posteriores la más importante es la que aparece en un pasaje cuya redacción inglesa no traducía el significado del original y la corrección es autógrafa de Simón Bolívar escrita en francés. En castellano decía: Es constante que el que aspira a obtener la libertad, a lo menos lo intenta. En la versión inglesa la frase final se había traducido: Are at least, sincere in their intentions, que no expresa realmente la idea de Bolívar, quien corrige en francés en interlineado: On intente de le faire, o sea, intenta hacerla. Lo importante es que la corrección es autógrafa de Simón Bolívar por lo que vemos que revisó la traducción al inglés. Este manuscrito de la traducción al inglés cobra un valor rotundo de testimonio fehaciente respecto a la redacción original de la Carta de Jamaica. La presencia de la mano del Libertador le da plena legitimidad y autoridad.
La primera publicación conocida de la Carta en castellano apareció impresa en 1833, en el volumen XXI. Apéndice, de la Colección de documentos relativos a la vida pública del Libertador compilada por Francisco Javier Yánez y Cristóbal Mendoza. Se ha afirmado erróneamente que este texto en castellano fue hecho por Daniel Florencio O´Leary. No se había podido localizar el manuscrito original en castellano, ni se conocía copia alguna salvo la referida anteriormente, pero recientemente se informó del hallazgo en un Archivo ubicado en Ecuador del manuscrito original del Documento.
El Canciller del Ecuador, Ricardo Patiño confirmó el hallazgo señalando que el gobierno ecuatoriano podría hacer algún anuncio al respecto en el mes de diciembre durante la inauguración de la nueva sede de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en Quito. También expresó que lamentablemente parece que la última página no la encuentran. Es uno de los problemas que tenemos, porque ahí sería dónde estarían las firmas.
El ex ministro de Cultura de Venezuela Señor Pedro Calzadilla viajó a Ecuador y confirmó la veracidad del documento: Es un manuscrito de la época, de puño y letra de Pedro Briceño Méndez que fue Secretario del Libertador en 1815.
La Carta de Jamaica hay que leerla y conocerla, está escrita con claridad, está llena de sabias reflexiones y de un insuperable contenido político y filosófico. Bolívar la escribió en un momento de su vida cuando estaba sin recursos, derrotado, y sin embargo, sus letras dejan ver un hombre que no se amilana para conseguir la victoria. Manuel Carrero nos dice: Las cosas que dice Bolívar ahí son propias de un estratega que, un poco reposado de las tormentas de la guerra, está analizando las diversas situaciones en América como sucede con quien arma rompecabezas: coloca las piezas y observa escenarios posibles.
Por su parte el historiador Elías Pino Iturrieta en entrevista al Correo del Orinoco critica las nuevas lecturas que se han hecho de la Carta de Jamaica en las que se lee sin leer el texto para llegar a conclusiones que contradicen el manuscrito del Libertador. Recordó que cuando escribió esta Carta Bolívar estaba pasando una mala racha, con las tablas en la cabeza, no tenía ni un duro, lo habían echado de la Nueva Granada y fue a la capital de Jamaica a decir cosas maravillosas como un súper hombre a quien todo le resbala, aunque evidentemente, no todo le resbalaba.
El mundo de hoy, el mundo globalizado del siglo XXI, interconectado electrónicamente, debe leer, releer, debatir y valorar el pensamiento de nuestro Libertador Simón Bolívar dejando atrás la desmemoria histórica-social para comprender y valorar el sueño de este hombre: una sola gran Nación Americana.
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