Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
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jorgealiagacacho@hotmail.co.uk
https://en.m.wikipedia.org/wiki/Jorge_Aliaga_Cacho
http://www.jorgealiagacacho.com/

10 de enero de 2015

Hamed, el niño hombre del desierto

Por Alfred Asís

Como autor me he sentido impresionado por los acontecimientos
sucedidos en Paris y anteriores en el Oriente...
Mis manos no dejaron de escribir, quizás guiadas por un ser supremo
que me ordenaba seguir hasta terminar de realizar esta obra.
Les entrego esta novela fruto de la conciencia propia de quien ama su
vida y la de sus semejantes,
por el bien del mundo y esperando que las almas de esta tierra puedan
volver a la razón de ser..
de ser, realmente seres inteligentes por el bien del espíritu.
Alfred AsísHamed, era un niño de origen Musulmán nacido en una pequeña aldea del
desierto de Arabia. Su sueño era ser un gran señor y servidor de Alá;
desde muy pequeño sus padres vieron en el algo especial
y le entregaron un cuidado diferente.
Quizás Hamed, no estaba en edad de comprender ciertas cosas de la vida,
pero en su diario vivir almacenaba y comprendía más de lo imaginable;
así, se daba cuenta de las faltas que existían en su hogar y del
sufrimiento de muchos que rodeaban su entorno.
Hamed adoraba a sus padres y a su hermana
Elena, de tres años mayor que él.
Se podía decir de ella que era la sombra de Hamed;
la ternura rodeaba sus vidas y eso era lo más importante;
aunque sufrieran de hambre y frío en las noches del desierto.
La unión de ésta familia era inviolable.
La vida de ellos giraba en torno al cuidado de animales,
el cultivo de hortalizas y cualquier trabajo que fuera honesto,
no importando el esfuerzo que hubiera que hacer
Con el pasar del tiempo Hamed se sentía feliz junto a sus Padres y hermana,
pero también sentía que algo le faltaba a su vida; el no quería vivir
las penurias y amarguras que veía en cada rincón del implacable desierto;
algo sabía de Occidente, de los lugares santos
y de los habitantes de otros continentes,
se las había ingeniado para averiguar lo que sucedía más allá de sus fronteras
y del cerrado círculo del mundo Musulmán.
Hamed, se había dado cuenta de las grandes riquezas que habían en su tierra,
conoció del petróleo, de los Jeques Árabes, de los ricos Monarcas
y de los pueblos subyugados.
En su conciencia se despertó una duda inquietante;
algo le decía que recibiría algo especial quien sabe de dónde.
Un día al atardecer le dijo a sus padres y hermana:
Querida familia, necesito pensar en mi destino, algo me llama al desierto,
mi mente está llena de interrogantes
y solo con Alá sabré de las respuestas que necesito para ser felizy encontrar mi lugar en esta tierra
Al día siguiente Hamed muy temprano se levanta
para acudir a la gran cita con Alá.
Muy sorprendido se encontró caminando por el desierto
con una caña en sus manos.
Al enfrentarse al desierto Hamed comienza a darse cuenta
de situaciones muy especiales,
así en medio de aquel frío de amanecer él no lo siente
y mirando al cielo ve los rayos del sol de color rojo escarlata
que le impresionan.
Ya se daba cuenta de lo maravilloso que le tocaría vivir
en ésta mágica misión.
Mientras caminaba recordaba las palabras de Elena su hermana:
ella le decía que había visto una aureola en su imagen,
un fulgor muy luminoso en su mirada y una tranquilidad
que irradiaba y se impregnaba en sus semejantes.
Los padres le habían entregado todo su apoyo a los pensamientos
y hechos que debería realizar, tratándole con dulzura le dicen:
Hijo, eres fruto de nuestro amor, eres viento lejano y la briza de Otoño,
eres la penumbra de la noche y arenas calientes del día;
creemos y confiamos en ti, sabemos quién eres
alguien que tendrá mucho que aportar a ésta humanidad;
que Alá te bendiga siempre.
También le habían dicho: hijo, si no volvieras nos daremos cuenta
que has encontrado el camino al paraíso
y desde ahí ayudarás a tu prójimo; se fuerte hijo
y se débil, cuando se requiera, busca la bondad
que habita en cada roncón del alma de nuestros semejantes.
Ante éstas palabras Hamed había aumentado
insospechadamente su relación con Alá;
ya nada le perturbaba, sabía que su encuentro
no cambiaría su manera de ser ni de pensar,sólo le daría más fuerza a sus convicciones.
Ahora Hamed caminando por el desierto,
atravesando grandes dunas de arena,
llegando a un Oasis que nunca había visto, se sentía lleno de fe,
no se había recordado del ingerir alimento y el agua;
se dio cuenta en ese momento que con su fe bebía el agua
y alimentaba su espíritu.
Hamed se daba cuenta de que Alá estaba guiando sus pasos para el encuentro,
no tenía idea del tiempo que caminaba ni del lugar que buscaba,
sólo caminaba en pos del Oasis universal que albergaría su alma
y le mostraría las bendiciones de Alá.
Mientras Hamed continuaba su viaje,
sus padres en la aldea esperaban tranquilos y con mucha paz.
Varios de los parientes les preguntaban por Hamed, por que no estaba en casa
y que había sucedido con él.
Ante estas interrogantes el padre decía que Hamed
había ido al encuentro con Alá en el desierto.
Muchos comenzaron a dudar y pensaban que estaban locos,
como un niño común iba a realizar tal hazaña;
esto está destinado a los servidores del Islam
y aquel que lograra comunicarse con Alá sería un gran soldado
y lucharía en contra de los enemigos.
Ante todo lo que estaba ocurriendo
Elena su hermana fue molestada por la gente;
algunos le decían que su familia estaba poseída por el demonio.
Fue tanto el asedio de los que les rodeaban
que esto llegó a oídos de los fanáticos fundamentalistas del Islam.
Un líder pensó que esto era una oportunidad para aumentar la fe
de los pobladores para la causa del Islam.
Así Husey el líder fanático se dirigió a casa de los padres de Hamed
a conversar sobre éste asunto.
Como con cualquier persona que les visitaban los padres recibieron a Husey con afecto, cariño y humildad.
¿ Y a qué se debe ésta visita amigo ? preguntó el padre de Hamed.
Ante esto Husey le dice al padre que quiere saber más claramente
lo que está pasando con su hijo Hamed.
Entonces el padre le empieza a narrar de los acontecimientos
vividos por Hamed y de la necesidad de éste de ir al desierto
a reunirse con Alá, y que esperaban su regreso pronto.
Y, ¿cuantos días lleva en esto Hamed?
le pregunta Husey el líder islámico;
bueno, él partió hace 5 días le dice el padre,
pero no importa que sea una eternidad,
por el bien de su alma y nuestra tranquilidad
sabemos que solo Alá es dueño de su destino.
Ante éstas respuestas Husey le dice al padre
que le informen cuando regrese Hamed
para hablar con él y llevarlo a los grupos de
entrenamiento especial en el desierto.
Tambien le dice Husey al padre de que si es verdad lo de Hamed
la familia sería recompensada por el hecho de estar con ellos;
y diciendo esto se despidió.
Pasaron seis días y Hamed seguía caminando por el desierto
de blancas arenas calientes de día y heladas de noche sin sentir el cambio.
Después de haber caminado el séptimo día se dio cuenta de que el sol
era diferente, con la proyección de sus rayos
mostraba una majestuosa gama de tonos finos y suaves
que le atrajeron y le invitaron a descansar.
Así Hamed se deleita mirando al cielo azul con los rayos del sol cambiantes.
Al rato de estar contemplando ésta maravilla se abrió ante el
un verdadero panorama de fantasías;
Hamed, en ese momento se encontró en un oasis
con cascadas de aguas limpias y puras, animales y pequeños pajarillos que cantaban al son del fluir del agua.
Hamed entonces avanzó hacia el oasis y se sentó junto a una enorme palmera
y sin mediar más palabra se dispuso a conversar con Alá.
Todo era como haberlo vivido, sentía una impresionante paz
y su mente era la de un ser adulto con mucho conocimiento.
Entonces Hamed le pregunta a Alá:
¿Señor, tu has puesto éste maravilloso oasis en medio del desierto,
por qué no llenas por todos lados de estas maravillas para que los
habitantes del desierto gocen de la naturaleza?
Y Alá contestó a Hamed:
Hamed, ya somos conocidos y amigos, quiero conversar contigo
por toda la eternidad, mas, tú debes saber,
que hay millones que me necesitan y debo estar con los que sufren
para aliviarles el camino, y con los que hacen sufrir
para mostrarles el camino correcto;
por ello a éstos últimos quiero entregarles mi mensaje.
Hamed, te elegí a ti para éste gran acontecimiento
que al final deberá traer amor, paz y armonía entre los seres humanos.
Pasarán años para que recibas totalmente el mensaje,
sacrificios y penurias, penas y desvelos;
solo tú sabrás, si eres capaz de soportarlo.
Por ahora Hamed te diré que el desierto no está lleno de oasis
sabrás a su tiempo si unos no lo merecen y otros lo padecen.
Hamed, hay algo en tu mente que descubrirás
pues yo te he dado el Don de comprender y de razonar,
lo demás que tienes es obra de tus padres
que te han llenado de bondad y sabiduría.
Desde tiempos remotos los habitantes del desierto han vivido enfrentándose,
esa, ha sido la prioridad, los nómadas han recorrido muchos kilómetros
por las tierras áridas y nunca han sucumbido,
pero, poco se preocuparon de convertir el desierto en un vergel; y, es que esa es la tarea que les encomendé, y es la que no han podido cumplir.
La riqueza que les dejé en la tierra era para vivir en paz,
en armonía y fraternidad; no era para hacer la guerra
y fomentar odios, no era para crear el caos y el terror;
era para distribuirla entre todos y hacer del desierto mi vergel maravilloso.
Ah, ya veo Señor, le dice Hamed: el poder está en pocos
y el hambre en muchos, veo por el desierto las riquezas que dejaste
y éstas no son para todo el pueblo.
Unos viven en la opulencia con las riquezas petroleras
y otros sufren la desgracia de ser pueblo.
Hamed, le dice Alá: veo que eres muy despierto,
tienes el gran Don de serlo y te diré que:
son las conciencias las que admiten éste flagelo;
mi pueblo debe ser libre de pensar y actuar,
no puede haber poder en unos y otros,
todos deberían ser guías de nuestros propios destinos
y llamar a mantener el equilibrio.
Muchos sufren por su fanatismo y además arrastran a otros al abismo,
deben tener fe en Alá y no seguir a los que solo quieren causar daño,
mi pueblo debe luchar por la felicidad, la libertad y la armonía,
y, proyectarla hacia nuestros semejantes sin importar la clase,
el credo o nacionalidad, solo quiero a mi pueblo feliz,
pero, hay tanto... ¡tanto camino por recorrer!...
¡Oh Señor mi Dios! dice Hamed, alzando sus manos al cielo le pide:
llévame al cielo, tómame de las manos
y elévame por los cielos de los pueblos para contarles tu realidad.
Señor, quiero mostrarles la felicidad, llenarles de amor
y darles la oportunidad que no han tenido en siglos.
El Señor le responde a Hamed:
Hamed, es justamente lo que haré;
estaré acompañándote desde el cielo,
pero debes acordarte que deberás pasar por las pruebas de la tierra y así serás mi acompañante
por los cielos del mundo.
Solo atinó Hamed a responder:
gracias Señor por tus palabras, no te defraudaré,
me has enseñado a ver la vida de una manera diferente
y estaré a tu disposición en lo que requieras de mí,
solo quiero ser parte de mi pueblo y darles a conocer la verdad de tu palabra.
Al terminar su conversación con Alá,
Hamed se encontró de pronto en la soledad del desierto y anocheciendo.
Sin darse cuenta Hamed regresa a casa en solo una noche,
no sintió frío ni hambre, y estaba lleno de gozo.
Había caminado 7 días para el encuentro, y solo una noche de regreso,
esto no lo comentó con nadie pues ni el entendió lo sucedido.
Hamed sabía que su encuentro no debía conversarlo con nadie,
había un pacto secreto en su labor;
sin que su Dios le hubiera dicho nada, Hamed sabía que ésta era la manera
de realizar lo encomendado por Alá.
Al llegar a su hogar se habían reunido muchas personas;
entre ellos estaba el líder musulmán Husey.
Este ya había conversado con su padre para llevarse a Hamed
a los campos de entrenamientos de los fundamentalistas.
Bien sabía el padre que a esto no se podía oponer,
la respuesta era afirmativa por ser una obligación.
Cuando Hamed estuvo a solas con su padre éste le preguntó
sobre su partida a los campos de entrenamiento con Husey.
Hamed sin inmutarse le contestó a su padre
que eran los destinos del Señor y que no se opondría,
que tuviera fe que todo iba a ser como Alá le había conversado.
Su padre ante esta respuesta se maravilló de su hijo
y abrazó a Hamed en silencio y dándole una mirada a los ojos
comprendió que su hijo estaba marcado por el destino, y esto sería algo que les llenaría de orgullo.
Y llegando el día de la partida Hamed, se despide de su familia
y parte a las montañas; ésta era la primera parte de su misión,
con sus 14 años llega a los campos de entrenamientos,
le entregan un uniforme y un arma.
Para Hamed esto no fue extraño, pareciera que siempre había tenido un arma
y que el uniforme era parte de su indumentaria.
Así Hamed comienza con sus entrenamientos destacándose en todo,
inclusive en aquellas enseñanzas que el bien sabía
no eran la palabra del Señor ni las escrituras.
Asimiló todas las lecciones y fue líder de su grupo;
mientras en casa de sus padres había un mejor pasar debido a su condición.
Cuando Hamed tenía alguna interrogante,
recibía de inmediato la respuesta que solo él sabía de donde ésta provenía;
así no necesitaba hacer preguntas dudosas a sus compañeros,
era como que todo circulara en el aire
y solo tuviera que alzar las manos para atraerlo.
Después de un tiempo Hamed regresa de visita a su hogar,
durante la noche en paz conversa con su hermana Elena,
ésta le pregunta: ¿cómo me ves Hamed?
¡Ah! Elena, le dice Hamed, eres muy bella y puedo apreciar en ti
más profundamente en tu alma la belleza interior
que se manifiesta con tu espíritu fiel.
¡Oh! Hamed que bellas palabras me dices, eres tan generoso;
como quisiera que todo el mundo fuera así.
¿Crees Hamed que llegaremos algún día a
querernos como verdaderos hermanos?
Hamed le contesta a Elena: esto es tarea de nosotros mismos,
Alá está junto a nosotros el nos guiará por la senda de luz y paz.
Hermano, dime ¿por qué no puedo mostrar mi hermosura?
mis ojos quieren hablar, mi boca gesticular, mi cuerpo demostrar;..
mi alma está escondida y nadie la puede apreciar.
¿por qué ese fanatismo?... ¿dime Hamed si tú estás con ellos?
Entonces Hamed le dice:
yo estoy con ellos, hago lo que me ordenan, hablo lo que quieren,
pienso lo que me enseñan y digo solo lo necesario.
Hamed en ese momento se sorprendió de sus propias palabras,
era como que alguien ponía las palabras en su boca, pero ya sabía quién era.
Mientras sus padres solo le entregaban cariño y le deseaban lo mejor
para su vida. Su madre le decía: Hamed tu sabes lo que estás haciendo
y estamos contigo en todo, nuestro amor te acompañará
por doquiera que tu vayas; Alá nos entregó la fe necesaria
para seguir sus designios, no sé cómo, pero así es.
Ante éstas palabras de su madre Hamed la abraza
y se da cuenta de que esto ya lo había escuchado
y tranquilamente las acepta como algo natural.
Después de ese día Hamed regresa a sus entrenamientos
y es enviado a las alturas de las montañas.
Uno de sus más cercanos compañeros y amigo Raman
va junto a el subiendo los cerros, éste mira a Hamed
y se da cuenta de que hay algo extraño en él,
y le pregunta que es lo que tiene; a lo que Hamed
responde que siente una gran fuerza y no se cansa de caminar;
Raman ya hacía algún tiempo que veía algo extraño en Hamed
y se lo dijo, además le conversó de hacer cosas grandes por el Islam
y que él estaba dispuesto a realizar cualquier acto
para el que fueran encomendados;
Hamed lo miró y le dijo que el estaba de acuerdo
para el efecto de realizar los mandatos del líder.
Hamed en esos momentos pensó que Alá le estaba abandonando,
sin embargo se acordó de las palabras de él y se dio cuenta
de que las cosas iban cayendo en su lugar
igual que el rompecabezas al armarse;
veía a su amigo como uno de los fanáticos
que solo quería destrucción para los llamados infieles.
Aúnque Hamed proyectaba lo mismo,
en su interior estaba seguro de que su realidad era otra, y que su Dios le haría saber de su aporte al Islam y a la humanidad.
Sabía, y más, estaba seguro de que su acto serviría al mundo islámico
a darse cuenta de muchas realidades.
Un día Hamed al subir a los cerros del desierto se adelantó tanto
que dejo a sus compañeros atrás,
no se había dado cuenta de su rápido ascender;
al llegar a la cima se sentó al borde de la montaña,
desde ahí miró hacia el infinito desierto que se habría a sus pies;
casi en la primera mirada comenzó a ver algo maravilloso.
Desde los pies de la montaña se levantaba una gran Ciudad
con casas de colores, mezquitas y palacios.
Lo más grande que veía era que desde los palacios entraban
y salían gente común riendo, con vestimentas de colores verdes, azules,
rojos y amarillos; mas allá veía a su hermana Elena sonriendo
con su carita al aire y vestida de color.
Cientos de personas paseaban por las plazas llenas de luces multicolores,
las parejas se abrazaban felices y tomadas de las manos
y bailaban al son de los trinos de los pájaros venidos del paraíso.
Hamed se daba cuenta de que Alá le estaba mostrando la realidad
del pueblo que quería ver.
No existía armamento, ni bulla, ni monarcas llenos de perlas y diamantes;
las perlas más hermosas de oriente eran las mujeres y sus niños
que por primera vez gozaban de sus vidas.
La fe de Hamed se alimentó de ésta bella visión,
pensaba cada vez más en las palabras de Alá en aquella cita.
Después de esto se detuvo a pensar y hecho a andar su mente
igual que una cámara filmadora de video,
pasando delante de él muchas situaciones;
vio el desierto y sus poblados, en partes las mezquitas, los castillos,
los monumentos; y en otras imágenes el hambre,
el hacinamiento, la tierra reseca y las casas de barro,
las tiendas de lona y camellos flácidos.
Hamed en ese entonces vio con claridad las diferencias de los poderosos,
de los fanáticos y del pueblo. Se dio cuenta de los procesos de enseñanzas de los pequeños seres
desde los 8 años...de las escuelas de enseñanzas con un solo fin...
y claro, ahora estaba poniendo cada piedra en su lugar,
se daba cuenta de cómo desde pequeños les hacían captar las enseñanzas
que solo los jefes y educadores querían;
les mostraban solo un pequeño pedazo de mundo,
no había posibilidad de aprender más allá de los pensamientos islámicos.
Pero ¡por Dios! qué manera de engañarnos a nosotros mismos
y al mundo islámico, como enseñan a la mayoría a fomentar el odio,
como enseñan una sola materia y no se extienden más allá de ésta,
como quieren que sigamos viviendo en la miseria;
y que solo los poderosos del Islam y algunos elegidos
aprendan en Universidades extranjeras más allá de las fronteras.
Ah.. y por qué el odio si allá nos abren sus puertas para aprender
a ser mejores en ésta vida.
Ya me estoy dando cuenta, dice Hamed; no les interesa
que el pueblo sea grande y letrado,
así no se dan cuenta del engaño a que son sometidos,
así no se darán cuenta de las riquezas que poseemos,
y seremos arrastrados a las guerras que nos envíen,
mientras en sus castillos encerrados se dan la gran vida entre manjares
y seres humanos y mientras los fanáticos fundamentalistas
nos hacen caer en sus redes de locura.
Ahora Hamed estaba contento al darse cuenta de su papel
en la vida del desierto y de lo que Alá le había querido decir y encargar.
Hamed, de pronto recordó las palabras de Alá y se inquietó.
Hasta ahora había estado tranquilo y su vida transcurría en paz
con sus amigos y compañeros;
¿pero cuál era el sufrimiento
que Alá le había pronosticad?
no imaginaba que le habría querido decir respecto de su destino
más allá de las palabras.
Así con sus pensamientos se dio cuenta de que llegaban a la cumbre
sus compañeros justamente cuando casi todo lo había comprendido.Raman, se acercó a Hamed y le dijo:
estamos listos para las siguientes ordenes,
Husey quiere hablarte para algo importante mañana al medio día.
Hamed se preparó para asistir a la reunión sin darle mayor importancia;
así se presentó en ésta a la hora indicada.
Ya las ordenes estaban dadas, desde aquel día Hamed
comenzaba otra etapa de adiestramiento,
saldría del Islam a estudiar en Occidente.
Como todo lo que le había sucedido lo tomó como algo muy natural
aprestándose para su nueva misión.
Al despedirse de su familia Hamed le dice a sus padres
y a su hermana que se va a un mundo conocido a buscar nuevas respuestas
a sus interrogantes y retornará con más fe convertido en otra persona.
Hamed sube al avión y vuela hacia Occidente mirando apasionadamente
por la ventanilla ve como el territorio se va transformando;
pasa del desierto árido y seco a grandes construcciones
y urbes fantásticas. Hamed se da cuenta de que Alá le está mostrando
las diferencias de vida de los pueblos y está ansioso de ver más de cerca
lo maravilloso del nuevo mundo que se le abre a sus pies.
Al llegar a Occidente Hamed es recibido por gente del islam
que ya están estudiando en estos lugares,
desde ahí es llevado a una residencia en la que vivirá
mientras dure su estadía en aquel lugar.
Cuando Hamed le dice a sus nuevos compañeros
que quiere salir y ver más de Occidente y de la ciudad,
estos le informan de éstas culturas al modo del fundamentalismo fanático;
que estos son lugares de los infieles,
a lo que Hamed responde con una pregunta
¿y cómo nos acogen si son nuestros enemigos?
Ante ésta pregunta Hamed siembra una gran duda en sus compañeros.
Entonces le dicen que cambie sus pensamientos, que ellos están ahí para aprender y usar éstas enseñanzas
en contra de los países llamados infieles y en el mundo islámico.
Pasan los meses y Hamed ya ha conocido un mundo fantástico
en que las personas reciben el premio a su esfuerzo
y los que desean ser grandes triunfadores lo consiguen
ya sea ayudado por los demás y por sus propias iniciativas.
Ve las frutas, los árboles de todos tipos tamaños y colores,
las calles con pavimentos, las casas y la vida
desde otra perspectiva, la gente es amable y afectiva,
los animales y los pájaros son mágicos y las mujeres son libres,
ellas no son un objeto tan manipulado como en el mundo islámico;
son libres de actuar y de pensar.
Hamed en quellos momentos le pregunta a Alá:
¿Señor, todo esto es lo que querías mostrarme?
me alegro de haberte conocido… cuánto anhelo que cada uno de nosotros
converse contigo, quizás al hacerlo cambiaríamos con mayor rapidez
nuestra manera de ser y nuestros pensamientos.
Veo diferencias marcadas en la forma de vida;
como quisiera que mi mundo islámico olvidara el odio
y viviera en paz con el mundo.
Así podríamos tener nuestro desierto convertido en un vergel
y seríamos tan felices como cualquier ser humano.
Después de un par de años Hamed ya había aprendido a hablar tres idiomas
y no había hecho amistades por la cercanía de sus compañeros
a los cuales no les agradaba que éste hiciera amigos occidentales.
Solamente se consideraba éste tipo de amistad si se requerían
algunas informaciones para los propósitos del islam.
Hamed trataba de salir solo para ver en libertad éste mundo nuevo,
así va a los museos, plazas, teatros y bibliotecas.
Un día en una de éstas lee un gran libro sobre las culturas occidentales
y está horas en ello, pues es tanta realidad que encuentra en
estos tomos que se mantiene ávido de aprender sus contenidos.De pronto ante tanta expectativa Hamed está jubiloso
y se da cuenta de que muy cerca suyo está una mujer leyendo un libro,
sin pensarlo dos veces Hamed se dirige hacia ella
y le dice que necesita algunas respuestas,
que si ella le puede ayudar en sus inquietudes;
ella, al ver ella tanta firmeza en su petición
accede a darle las respuestas que requerirá…
Hamed entonces le pregunta que por qué hay tantas diferencias
en el modo de vida con su lugar de origen en el desierto,
explicándole de donde viene; ella se da cuenta del cambio de panorama
que éste ha tenido y le responde:
Sabes Hamed te diré varias cosas que te ayudarán a entender las diferencias:
debes saber, que todos los países tienen sus productos,
unos más y variados, otros menos.
Uno de los productos importantes es el turismo tratado como empresa
y en el Asia existen lugares que visitan desde Occidente millones
de personas. Otras son las industrias que generalmente están en occidente.
Ustedes, cuentan con el petróleo considerado como el producto
más importante del mundo.
Pero mi pueblo, dice Hamed, vive entre el polvo y la suciedad ,
no hay pavimento, teatros, museos, restaurantes,
centros de juegos para los niños y contamos con tanta riqueza petrolera.
Bueno Hamed le dice: Susy, lo que pasa que tu pueblo se ha dedicado
a otras cosas, unos a fomentar el odio,
y otros a construirse grandes palacios y guardar sus dineros
en grandes bancos de occidente,
las conciencias de tu pueblo son manejadas por unos pocos
y ustedes realizaran solo lo que se les ordene.
Te has dado cuenta Hamed, que un niño de tu pueblo,
lo único que quiere y le enseñan es a tener una arma en sus manos,
mientras que acá el mismo niño sueña tener un juguete en sus manos.
Esas son las grandes diferencias, desde niños les guían
por donde ellos quieren, mientras aquí hay libertad para elegir,
y si alguien quiere abrazar la fe Musulmana, Cristiana u Ortodoxa es libre de hacerlo y nadie se lo va a reprochar.
Aquí las personas pueden estudiar lo que quieren y ser grandes dice Hamed.
a esto, Susy le responde que siempre y cuando estas personas sean capaces
y libres de elegir.
Además de contar con el lugar para el estudio de todas las materias,
y no como algunas escuelas de Oriente que les enseñan solo lo que
el profesor les lee repitiendo las enseñanzas como autómatas.
Mira Hamed en todos los lugares de la tierra hay diferencias,
aquí hay poderosos que han trabajado más duro y otros
que han tenido más suerte, ellos les dan trabajo a miles de personas;
pero no por poseer tanto son malos, no,
ellos ayudan a que los demás tengan oportunidades;
los que luchan por ser mejores serán recompensados,
recibirán el fruto de su esfuerzo y tendrán un mejor pasar por la vida.
También hay pobres por diferentes circunstancias,
unos porque no estudiaron, otros no les gustó trabajar duro
y los demás por no encontrar oportunidades,
pero por sobre todas las cosas está la libertad de elegir tu destino terrenal.
Estamos llenos de productos tecnológicos, en los hogares hay de todo,
la gente se ha preocupado de tener un buen pasar digno de cualquier semejante
y hay oportunidades para cualquiera.
Después de un buen rato de conversación
Susy se despide de Hamed y le deja invitado para el día siguiente
y así seguir conversando del apasionado tema.
Al día siguiente Hamed va a casa de Susy,
ella le lleva a su estudio y se sienta a su lado
diciéndole que recorrerán el mundo.
Hamed, está ávido de saber más y Susy le empieza a mostrar por la red
de internet las capitales principales del mundo, los lagos, bosques,
las montañas nevadas, los museos y muchas de las maravillas de la tierra.
Hamed al ver tantas cosas nuevas le dice a Susy:
cuantas cosas bellas hay en el mundo, y cuantos de los míos no saben nada de esto,
solo quiero regresar a mi tierra y enseñarles todo lo que podemos tener
para vivir en paz y en comunión con la naturaleza.
¿Dime Susy, tu eres mujer, quién mejor para
preguntarle:… yo, tengo una hermana, que sueña con salir a las calles
sin impedimento alguno , elegir su ropa y su peinado
pero en el Islam fundamentalista es imposible;
la mujer no tiene derechos y es pisoteada hasta por su propia familia?...
¡Ah! Hamed, eso es algo terrible.
Acá en occidente, la mujer es libre,
también hubieron tiempos en que fuimos degradadas
y no teníamos derecho a nada,
pero la lucha constante de algunas que cada vez fueron
mas logramos salir adelante y mostrar la capacidad humana que tenemos.
Falta mucho por hacer aún, no creas que es fácil…
Es verdad que muchas sufren y la industria del sexo las utiliza en demasía,
pero en la mayor parte son las mujeres las que disponen de su conciencia,
cuerpo y espíritu, esa es la libertad de elegir tu propio destino.
Y Hamed le dice a Susy: hay algo que realmente me ha impactado,
de paso por los mercados he visto los alimentos para perros y gatos,
y veo como incluso a ellos se les atiende como a los seres humanos,
y además veo en los humanos una mayor proyección de vida,
en mi tierra generalmente esta no va más allá del medio siglo,
no hay una participación importante en investigación
que le dé mayor estabilidad a los seres humanos en materia de salud,
alimentación y subsistencia;
mientras ustedes en occidente si se preocupan de ello,
mientras los fanáticos fundamentalistas nos llevan por el camino más tortuoso
de sufrimientos y penurias.
Después de toda ésta conversación Hamed se va a su residencia
donde sus compañeros ya murmuraban sobre sus comentarios
y comportamiento. Algunos de ellos se van dando cuenta
de los estados diferentes de él y emiten un informe a los mandos islámicos
que les habían enviado a occidente.Al cabo de unos días Hamed es informado que debe volver a su tierra
para ver el resultado de sus estudios.
Hamed ante esta orden vuelve al Medio Oriente pensando como siempre
que ésta es otra parte de su misión secreta con Alá
y se presenta ante sus jefes para recibir nuevas órdenes.
Al entrar a la sede de la jefatura se da cuenta de que algo extraño ha pasado
y es interrogado por muchas de las situaciones ocurridas en occidente,
a lo cual el responde sin mostrar inquietud.
Luego de esto los jefes le dicen que su hermana tiene pensamientos impuros
y que deberían castigarla, y que él sería el encargado de hacerlo,
debería terminar con la vida de ella.
Hamed en ese instante se da cuenta de las palabras de Alá,
de los sufrimientos que padecería, y confía en su Dios
y accede a la petición de los jefes sin titubear;
entre los jefes se miran y se dan cuenta de que Hamed es verdadero,
es de los fanáticos y que ha sabido absorber las enseñanzas
del fundamentalismo y esperan que se lleve a efecto la orden.
Cuando Hamed regresa a casa le recibe su hermana Elena
y le confía que tuvo un sueño;
soñaba que volaba por los cielos y era libre por siempre,
que se encontraba con Alá y era llevada a un jardín lleno de flores y avecillas.
Hamed, la toma en sus brazos y le dice que Alá solo quiere verla feliz.
Al día siguiente Hamed lleva a Elena al desierto y al llegar a un oasis
ella se despide de él y le dice que comprende todo y que está feliz.
Hamed... le dice Elena... con lágrimas que no aparecían en sus ojos
pero que sentía que le lloraba el alma,
sigue tu camino, vuelve a casa que aquí se cumplirá la palabra de Alá,
yo te iluminaré desde el cielo junto a Alá.
Ante esto Hamed comprende y regresa a casa resignado al lado de sus padres.
Al día siguiente los jefes le llaman y le dicen
que encontraron el cuerpo de su hermana en el desierto y le felicitan por su labor y vuelven a confiar en el como antes.
Los padres lloran desconsoladamente la partida de Elena
y Hamed les explica que ella está con Alá y se abrazan en silencio.
Hamed, vuelve a occidente después de ésta desventurada situación.
Desde aquel día la organización tiene orden de preparar un golpe terrorista
en el cual incluirán a Hamed, este comienza a perfeccionarse
en materias técnicas las cuales usarán para atacar
y causar daño a quienes no piensan como ellos.
Al llegar a la gran ciudad va a ver a su amiga Susy para conversar
sobre los nuevos acontecimientos,
cuando se encuentra con ella sus ojos comienzan a nublarse de dolor;..
Susy se da cuenta de que algo terrible debe haber pasado y le dice:
Hamed no tengas miedo, si quieres no me cuentes nada de lo pasado,
pero te diré que estoy contigo en tu sufrimiento
y solo Dios te ayudará en tu pena;
Hamed mas confortado le dice a Susy que ella es la única persona
después de sus padres que le comprende
y le confía parte de lo vivido en su vida;
así le narra lo que ha pasado y de su encuentro con Alá,
dejando algunos detalles para sí;
al final le cuenta lo ocurrido con su hermana
y los dos se abrazan llorando durante un rato.
Susy le dice a Hamed que no se preocupe que lo sucedido
no se lo contará a nadie.
Luego de unos momentos Hamed se despide de Susy
y le dice que cree que no se volverán a ver,
pero que siempre la llevará en su corazón
y que le habría gustado vivir su vida junto a ella.
Después de esto Hamed sigue con sus estudios alternando el tiempo
en conocimientos variados y en mantener el contacto
con sus compañeros para no levantar sospechas del cambio que ha tenido su vida.
Un día Hamed recibe la orden de juntarse los fines de semana
con sus compañeros en una campiña alejada de la ciudad;
viajan a ésta seis musulmanes y el, al llegar a éste lugar les esperan tres más,
los cuales hacen de jefes operativos del islam línea dura fanática.
Después de alimentarse se reúnen en una sala acondicionada
especialmente para sus fines terroristas;
ésta cuenta con un pequeño escenario y elementos audio visuales
los cuales están preparados para enseñar de varias posibilidades
de ataques terroristas a diferentes objetivos.
Y así comienza una escuela totalmente diferente en la cual cada participante
aporta con lo estudiado en las universidades de occidente.
Juntan así sus especialidades para cometer ataques terroristas
en contra de objetivos definidos.
Hamed observa, aprende y aporta con sus conocimientos
para un plan que se realizará muy pronto.
Luego de esto las clases y preparativos se realizan cada fin de semana.
Después de pasado tres meses de preparación se reúnen en el centro de
operaciones y se entregan las últimas órdenes
para el primer ataque que realizarán en occidente.
El grupo ya contaba con los elementos para el desarrollo
del ataque terrorista en la gran ciudad, los contactos en otros lugares
ya disponían de todo lo necesario para ello.
Habían elegido un gran edificio público en el cual harían explotar sus cuerpos
llenos de explosivos.
Quienes llevarían los explosivos serían mártires del islam
los cuales morirían a causa de esto.
Antes de realizar el trabajo se reunieron en una sala para orar
y recibieron el último adiós, serían héroes y serían recompensados
ganándose un lugar en el paraíso por su entrega
a la causa fanática fundamentalista.
Hamed al orar le pregunta a Alá: ¿Señor, mi Dios, por qué tengo que causar éste flagelo a la sociedad?
y Alá le responde que estaba destinado
y que su labor no terminaba aquí con su muerte,
que confíe en él, que éste sería el gran paso que debía dar
para su obra más fantástica sobre la tierra.
Hamed... hay veces que caerán justos y pecadores,
pero al final muchos más ganarán en ésta cruzada.
Entonces ante éstas palabras de Alá, Hamed nuevamente comprende
que por algo está aquí y se entrega totalmente a su tarea.
Al día siguiente Hamed se reúne con sus compañeros para llevar a cabo
el acto terrorista; junto con llenarse el cuerpo de explosivos
se dirigen a su macabra obra.
Al llegar al lugar del hecho entran al edificio
y hacen explotar sus cuerpos con los explosivos causando un enorme daño
y la pérdida de vidas de hombres, mujeres y niños.
Cuatro fundamentalistas mueren en ésta explosión
entre los que estaba Hamed.
La alegría cunde entre los demás del grupo y en los jefes fanáticos
por el daño hecho. Por otra parte en occidente lloran la pérdida de éstas vidas
y el daño provocado por los fanáticos.
Después de éste hecho sucede algo extraordinario,
Hamed vuelve a su tierra y se ve llegando al desierto
y encontrándose con Alá;
entonces Hamed le pregunta a su Dios
¿Señor, que pasó?..¡ yo estoy muerto!..
y Alá le responde: si hijo mío, lo estás, pero también estás en mis manos,
las manos que me pediste en nuestro primer encuentro.
Primero Hamed te llevaré a un lugar que tengo
para quienes obran bien en la vida,
para los que viven en armonía y aman a sus semejantes;
y diciendo esto lo lleva a un paraíso maravilloso
y le muestra a Elena su hermana caminando por los jardines
feliz con su pelo negro brillante y su sonrisa encantadora.Hamed le agradece al Señor y su hermana le dice
lo dichosa que está en el jardín del Edén,
cree estar soñando ante tanta visión y al estar con Alá
y se siente muy feliz.
Ahora te llevaré para que veas el sufrimiento de tus compañeros
en el fuego del infierno, donde el mármol se funde con el fuego
y el premio es la desolación y el sufrimiento.
Así Alá lleva a Hamed a un lugar terrible lleno de fuego
y ve a sus compañeros que al verlo a él, le estiran sus manos y le claman;
piedad...¡¡ Hamed !!...¡¡ Hamed !!..sálvanos de este infierno,
dile a Alá que lo hicimos por nuestra tierra, por nuestros jefes
y que nos den el premio que nos ofrecieron.
Hamed al ver éste sufrimiento estira sus manos para tomar las de ellos
y salvarlos no llegando a tocarles. Alá le dice: no podrás salvarles Hamed,
sus espíritus se quemarán en éste fuego y sufrirán por siempre.
Ahora Hamed, tu eres el elegido para mostrarle a tu pueblo
que están equivocados, les dirás de lo que les espera por haber faltado
a las enseñanzas del bien.
Y Hamed se encuentra nuevamente en el desierto solo
caminando hacia su pueblo…
Al llegar a éste, todos le miran con los ojos desorbitados,
sabían que Hamed había muerto en las explosiones y lo alzan en brazos,
y se reúne todo el pueblo junto a él;
entonces Hamed les habla, y les cuenta de lo que padecerán
los que hacen daño, les dice de las desventuras de sus compañeros
en el infierno, les hace saber de Alá, que es un Dios maravilloso y justo,
que le ha mostrado un camino muy largo y penoso por lo cual
el también tendrá que pagar, les habla de los fundamentalistas fanáticos
del islam, que le mienten a su pueblo y cambian el sentido de las escrituras,
les cuenta de Helena en el paraíso y les dice que la mujer de oriente
es la perla más brillante de las arenas del desierto,
que no necesita cubrir su hermosura, que es digna de admirarse
y que cada ser debe aprender a llevar la vida que desee
y que la mujer no debe ser un instrumento en las manos del hombre,
luego les dice que los infieles son los fanáticos que cambian el sentido a las escrituras
y que pagarán entre en fuego del infierno por sus pecados
y que no hay premio en el paraíso,
que no puede haber premio para aquellos que no cumplen
los acuerdos eternos de Alá.
Los fanáticos que estaban entre la muchedumbre,
trataron de hacer callar a Hamed gritándole ¡Blasfemo no crean en él!...
En aquel momento tiembla la tierra y un viento fuerte
levanta polvaredas y remolinos.
Hamed, desaparece ante la mirada temblorosa de los presentes,
todos huyen hacia sus hogares a orar y pedir que esto se acabe
para que los habitantes del desierto vivan en paz junto a toda la humanidad.
Al día siguiente el pueblo amanece con un brillo especial,
las callecitas llenas de flores, oasis de abundantes aguas
y una nueva vida llena de colores inunda el desierto
para dar paso a nuevos tiempos… tiempos de fraternidad,
armonía y unión entre los seres humanos.
ALÁ se reconforta dándole a su pueblo las herramientas
para ser felices por siempre.
Todo aquel que tenga comprensión sabrá de las diferencias del mal y el bien.
A cada uno le corresponde su lugar en esta tierra;
el bien triunfará sobre la maldad y el mundo será digno
de estar en este gran universo.
No necesitamos terminar con esta humanidad
para cambiar nuestros procederes,
necesitamos cambiarnos a nosotros mismos para actuar en conformidad
con los valores propios de seres humanos por el bien de todos aquellos
que pisan la madre tierra y un buen día subirán a los cielos...

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