Sociólogo - Escritor

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"La Casa de la Magdalena" (1977), "Essays of Resistance" (1991), "El destino de Norte América", de José Carlos Mariátegui. En narrativa ha escrito la novela "Secreto de desamor", Rentería Editores, Lima 2007, "Mufida, La angolesa", Altazor Editores, Lima, 2011; "Mujeres malas Mujeres buenas", (2013) vicio perfecto vicio perpetuo, poesía. Algunos ensayos, notas periodísticas y cuentos del autor aparecen en diversos medios virtuales.
Jorge Aliaga es peruano-escocés y vive entre el Perú y Escocia.
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22 de enero de 2016

¿Habla usted el runa simi?

Jorge Aliaga Cacho
Por Jorge Aliaga Cacho
Lima tiene la mayor cantidad de quechua hablantes en el Perú. Esta realidad nos hace reflexionar en relación a la importancia de los lenguajes autóctonos en nuestra ciudad. Casi todas las lenguas están representadas por quienes residen en los diversos distritos limeños. En el Perú, se dice, existen 47 lenguas indígenas, tal vez existan muchas más. Somos uno de los países más diversos lingüísticamente. La Constitución del Perú reconoce a todas las lenguas peruanas como oficiales. Ellas son el runa simi, (quechua), Aymara, Caquinte, Awajún, Chamicuro, Jaqaru, Candoshi, Shapra, Ticuna, entre otras. Según diversos estimados entre 7 y 8 millones de personas hablan, en la actualidad, el runa simi en varios países de Sudamérica. La gran mayoría está concentrada en los países andinos centrales, Ecuador, Perú y Bolivia. En el Perú hay más de tres millones de compatriotas que tienen como lengua materna alguna de las variantes del runa simi  (quechua). Existe un sketch cómico con la actuación de los actores nacionales Salim y Loza, que muestra claramente la actitud negativa de los quechua hablantes, con respecto a su lenguaje y cultura maternas. Del mismo modo, ese sketch, nos permite ver la conducta alienante de los nacidos en la capital. Si ustedes se detienen a observar a sus vecinos quechua hablantes, comprobaran esta triste realidad. Muchos de ellos se auto proclaman defensores de su identidad, la misma que pregonan de boca para afuera. En realidad, si observan bien identificarán lo siguiente: existen hogares donde los padres son quechua hablantes pero no enseñan ese idioma a sus hijos, pues para ellos este no les ayuda para conseguir ascenso social. Por esta razón no practican la lengua materna. Estos habitantes del Perú profundo se encuentran pues, al igual que los costeños, alienados por los valores culturales del sistema social que nos amolda culturalmente. Algunos hablantes de lenguas autóctonas desconfían de los limeños porque estos no hablan dichas lenguas, pero la falta recae en los inmigrantes que llegan a Lima que no promueven su lenguaje. La realidad es que los limeños, de padres limeños, no tienen relación con un lenguaje autóctono, no teniendo padres ni abuelos quechua hablantes, tampoco gozan del entorno cultural que les permita el aprendizaje de un idioma nacido en el Perú, a pesar que el runa simi tiene sus orígenes en la costa peruana. Esta situación conlleva a que los habitantes de la sierra y selva, al igual que sus contra-partes de la costa, prefieran para sus hijos un idioma extranjero como instrumento de movilidad social. Entonces, al tener estos un erróneo entendimiento de los valores que conllevan a un avance social, incluso cayendo en el regionalismo mal definido, se olvidan de lo fundamental: la apuesta para que todos los peruanos, sin excepción, cuenten con educación, que incluya el contenido lingüístico, trabajo digno, servicio de salud, acceso financiero, etc.  De esa forma si podríamos participar en iguales condiciones, y sin discriminación, en todos los campos de la sociedad. Mientras ello ocurra impulsemos nuestras lenguas nativas. Enseñemos las con orgullo, con el mismo orgullo que sentimos cuando enseñamos a nuestros hijos a que mastiquen el idioma de Shakespeare. 

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